sábado, 23 de marzo de 2013

Millet vs Dalí


El Angelus arquitectónico de Millet pintado por Dalí en relación al Angelus de Millet

 

Al visitar el Museo de Arte Reina Sofía hace algunos días, por primera vez, tuve ocasión de entrar en contacto un poco mas a fondo con la pintura de Dalí

La casualidad me llevó hasta una de las salas en las que se encuentran expuestos algunos de sus cuadros, y precisamente un cuadro en concreto me atrajo, y durante un tiempo no pude separar la vista de ‚este.

Me llenó de curiosidad tanto por lo que vi, o mejor dicho por lo que me inspiró o lo que me sugirió personalmente, como posteriormente al enterarme de su " historia".

El cuadro en cuestión es:" El Angelus arquitectónico de Millet".

En primer lugar he leído un poco sobre el excéntrico‚ e interesante carácter de Dalí, así como familiarizarme, si esto es posible en tan poco tiempo, con su manera de pintar, sus cuadros y movida por la curiosidad, también con su vida.

Mas tarde, entré en contacto con Millet, pintor del que para ser totalmente sincera no había oído hablar en mi vida, ya que de Dalí si tengo que decir que no era esta la primera vez que veía uno de sus cuadros, ni por supuesto, la primera vez que leía algo relacionado con su obra y sin embargo puede ser que, sin serlo me parezca la primera vez.

Antes veía un cuadro, pensaba si me gustaba o no y no me ponía a investigar el porque de esto o de aquello, lo cual, no me ha pasado con el cuadro del que voy a hablar.

Me parecía algo increíble que el cuadro de Dalí pudiera estar inspirado en algo, y mas aún, un cuadro como el" El Angelus" de Millet, que me resultaba tan convencional, tan familiar sin haberlo visto antes, tan poco extraño, que al principio me parecía casi una broma, algo que no cuadraba..., pero poco a poco y a fuerza de mirar durante bastante tiempo creo que conseguí ver algo mas, simplemente,...algo mas.

Sin mas voy a empezar a exponer una " especie" de comparación entre la obra de Millet y la de Dalí. Para ello no he buscado en ningún libro opiniones sobre ambas obras para intentar así que todo lo que me pareciera, todo lo que se me pasara por la mente fuera natural, y fuese mi opinión, mi propio criterio nada mas.
   
En primer lugar me remito al titulo, un titulo religioso, nunca hubiera asociado ese cuadro a un tema religioso, de no ser por el hecho de que lo vi desde un principio. Este aspecto ya es revelador en el sentido de que parece como si de alguna manera inconscientemente ya tengo creada una imagen de lo que suele ser un cuadro religioso, un momento de oración en este caso, algo así como el Angelus, pero de Millet, y ni siquiera del todo porque no me esperaba un escenario como el campo, mas bien me podría esperar el interior de una iglesia, una casa, etc...

Pero por otra parte personalmente no encuentro algo que me acerque a Dios como me acerca la naturaleza, así que esto de por si ya hace que entre en contradicción.

    El cuadro de Dalí es una nueva concepción de un momento religioso, y cuanto mas lo observo, mayor es la sensación de que esta forma de expresar una realidad, que en un principio parece imposible, se acerca a mi, deja de ser compleja y cada vez se acerca mas al primitivo cuadro de Millet.

Me parece que es como si de repente viera lo cotidiano con otros ojos, como si de esta manera Dalí  me estuviera haciendo notar que en todo por muy sencillo, o por muy corriente siempre queda algo nuevo, que no debiera pasar inadvertido, puesto que es muy humano fijarse solo en lo nuevo, lo que no podemos tener, y dejar de lado todo aquello que está a nuestro alcance todo lo que vemos a diario, lo que nos rodea.

 Y así la sencillez de unos campesinos orando en el campo se acaba transformando en ese TODO arquitectónico, que atrapa la atención y que a simple vista resulta muy complejo.

    Por otra parte hay un equilibrio entre las formas ondulantes y extrañas centrales con el pueblecito de fondo, que por un momento devuelve a la realidad, pero no es contrapuesto, no resulta chocante, da la sensación de una perfecta unión entre ambos, y precisamente ese pueblo de fondo y la figura humana que aparece a lo lejos, contrastado con las figuras centrales, con su enorme tamaño, me sugiere lo pequeña que es la humanidad ante lo divino.

Lo divino que en cierta manera rodea todo el cuadro creando una sensación de lejanía, profundidad, soledad y paz.

Si ahora vuelvo al cuadro de Millet soy capaz de percibir esa misma sensación de soledad, de cierta tristeza incluso, y percibo como si se tratara de que algo tan simple y cotidiano como puede resultar rezar una oración, pero por una vez no pasa en nosotros desapercibido.

La majestuosidad de lo divino no tiene mejor lugar que en este descanso del arado para rezar, y es precisamente esta grandeza y este cúmulo de sensaciones lo que me parece que se encuentra a la par en ambas pinturas, cada una en su estilo.

Los colores que ha usado Dalí en su cuadro, sobre todo ese azul claro y ese amarillo resultan muy atractivos, y contribuyen a crear esa nueva imagen, esa concepción bella de la que vengo hablando, pese a que en cierta manera aumentan el ambiente de irrealidad, de ensueño, que por otra parte Millet ha sabido recrear en una atmósfera diferente y solitaria.

Las siluetas de los campesinos se transforman en figuras ondulantes, en las que hay un cierto parecido con las piedras, pero esta aparente dureza queda desterrada por el equilibrio en el que se encuentra sumida una de ellas tan sólo sostenida por un palito delgado, no son pesadas, sino ligeras, es como si las apariencias engañaran, y esto es cierto porque a primera vista no se piensa que escondan a unos campesinos, que exteriormente pueden parecer rudos, carentes de educación, pero demuestran en el cuadro de Millet una concentración, un recogimiento y una conexión total con Dios a través de su rezo, y esto es algo que no se aprende en un libro.

Dalí capta en su cuadro la psicología del cuadro de Millet; el cual a su vez ha captado la psicología de los personajes, de los seres humanos, como si se tratara de una cadena entre ambos, llegando incluso a hacernos experimentar las mismas sensaciones.

Esto es lo que a mi me ha parecido ver a la hora de analizar ambos cuadros, que en un primer momento me parecían lo mas distinto que puede haber y que mas tarde se han ido fusionando de manera que ya no son para mi tan lejanos, y no puedo pensar ahora en el uno sin el otro.

Mas tarde estuve observando en uno de los libros un cuadro que también voy a mencionar porque creo que aumenta la conexión de la que vengo hablando entre ambos cuadros; este cuadro cuyo autor es de nuevo Dalí, se trata de "El Angelus de Gala" pintado en el año 1935, dos años después de "El Angelus arquitectónico de Millet" de 1933.

"El Angelus de Gala", que parece mas convencional, presenta a una figura de espaldas y en frente Gala sentada, lo curioso es que en la pared aparece un cuadro, que no es otra cosa que la reproducción de "El Angelus de Millet".

Esta nueva reproducción, aún sin ser el motivo principal del cuadro, pone de manifiesto de nuevo la influencia de Millet en Dalí, y por lo tanto su interés por esta pintura, por el estudio de la misma.

Incluso mas tarde no se conforma con su análisis y visión personal a través de la pintura y en el año 1963 se publica " El mito trágico del Angelus de Millet", en donde, y cito textualmente algunas de sus palabras "....El Angelus es el único cuadro en el mundo, que yo sepa, que comporta la presencia inmóvil, el encuentro y la espera de dos seres en un ambiente solitario, crepuscular y mortal....", y creo que a su manera, de una forma mas delirante, intenta captar esa sensación, mas que el cuadro o el dibujo, que no le interesa tanto, siempre teniendo manifiestas sus obsesiones mentales, que parecen mezclar el sueño con la realidad en un único mundo, en conexión con el análisis del subconsciente en la línea de Freud.

    Acabo diciendo que este cuadro pintado por Dalí no supone una desacralización de Millet, sino una nueva propuesta mística en términos arquitectónicos, como he podido leer en un comentario de su obra.

   Con lo que estoy totalmente de acuerdo, ya que para mi ha sido un placer, en un primer momento dudoso, analizar el momento religioso desde otro punto de vista fresco e inusual, que en cierta manera varía mis esquemas sobre la representación espiritual, pero que creo que me aporta mas madurez, es decir, para no quedarme solo en lo superfluo y lo conocido.

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