El Angelus
arquitectónico de Millet pintado por Dalí en relación al Angelus de Millet
Al
visitar el Museo de Arte Reina Sofía hace algunos días, por primera vez, tuve
ocasión de entrar en contacto un poco mas a fondo con la pintura de Dalí
La
casualidad me llevó hasta una de las salas en las que se encuentran expuestos
algunos de sus cuadros, y precisamente un cuadro en concreto me atrajo, y
durante un tiempo no pude separar la vista de ‚este.
Me
llenó de curiosidad tanto por lo que vi, o mejor dicho por lo que me inspiró o
lo que me sugirió personalmente, como posteriormente al enterarme de su "
historia".
El
cuadro en cuestión es:" El Angelus arquitectónico de Millet".
En
primer lugar he leído un poco sobre el excéntrico‚ e interesante carácter de
Dalí, así como familiarizarme, si esto es posible en tan poco tiempo, con su
manera de pintar, sus cuadros y movida por la curiosidad, también con su vida.
Mas
tarde, entré en contacto con Millet, pintor del que para ser totalmente sincera
no había oído hablar en mi vida, ya que de Dalí si tengo que decir que no era
esta la primera vez que veía uno de sus cuadros, ni por supuesto, la primera
vez que leía algo relacionado con su obra y sin embargo puede ser que, sin
serlo me parezca la primera vez.
Antes
veía un cuadro, pensaba si me gustaba o no y no me ponía a investigar el porque
de esto o de aquello, lo cual, no me ha pasado con el cuadro del que voy a
hablar.
Me
parecía algo increíble que el cuadro de Dalí pudiera estar inspirado en algo, y
mas aún, un cuadro como el" El Angelus" de Millet, que me resultaba
tan convencional, tan familiar sin haberlo visto antes, tan poco extraño, que
al principio me parecía casi una broma, algo que no cuadraba..., pero poco a
poco y a fuerza de mirar durante bastante tiempo creo que conseguí ver algo
mas, simplemente,...algo mas.
Sin
mas voy a empezar a exponer una " especie" de comparación entre la
obra de Millet y la de Dalí. Para ello no he buscado en ningún libro opiniones
sobre ambas obras para intentar así que todo lo que me pareciera, todo lo que
se me pasara por la mente fuera natural, y fuese mi opinión, mi propio criterio
nada mas.
En
primer lugar me remito al titulo, un titulo religioso, nunca hubiera asociado
ese cuadro a un tema religioso, de no ser por el hecho de que lo vi desde un
principio. Este aspecto ya es revelador en el sentido de que parece como si de
alguna manera inconscientemente ya tengo creada una imagen de lo que suele ser
un cuadro religioso, un momento de oración en este caso, algo así como el Angelus,
pero de Millet, y ni siquiera del todo porque no me esperaba un escenario como
el campo, mas bien me podría esperar el interior de una iglesia, una casa,
etc...
Pero
por otra parte personalmente no encuentro algo que me acerque a Dios como me
acerca la naturaleza, así que esto de por si ya hace que entre en
contradicción.
El cuadro de Dalí es una nueva concepción
de un momento religioso, y cuanto mas lo observo, mayor es la sensación de que
esta forma de expresar una realidad, que en un principio parece imposible, se
acerca a mi, deja de ser compleja y cada vez se acerca mas al primitivo cuadro
de Millet.
Me
parece que es como si de repente viera lo cotidiano con otros ojos, como si de
esta manera Dalí me estuviera haciendo
notar que en todo por muy sencillo, o por muy corriente siempre queda algo
nuevo, que no debiera pasar inadvertido, puesto que es muy humano fijarse solo
en lo nuevo, lo que no podemos tener, y dejar de lado todo aquello que está a
nuestro alcance todo lo que vemos a diario, lo que nos rodea.
Y así la sencillez de unos campesinos orando
en el campo se acaba transformando en ese TODO arquitectónico, que atrapa la
atención y que a simple vista resulta muy complejo.
Por otra parte hay un equilibrio entre las
formas ondulantes y extrañas centrales con el pueblecito de fondo, que por un
momento devuelve a la realidad, pero no es contrapuesto, no resulta chocante,
da la sensación de una perfecta unión entre ambos, y precisamente ese pueblo de
fondo y la figura humana que aparece a lo lejos, contrastado con las figuras
centrales, con su enorme tamaño, me sugiere lo pequeña que es la humanidad ante
lo divino.
Lo
divino que en cierta manera rodea todo el cuadro creando una sensación de
lejanía, profundidad, soledad y paz.
Si
ahora vuelvo al cuadro de Millet soy capaz de percibir esa misma sensación de
soledad, de cierta tristeza incluso, y percibo como si se tratara de que algo
tan simple y cotidiano como puede resultar rezar una oración, pero por una vez
no pasa en nosotros desapercibido.
La
majestuosidad de lo divino no tiene mejor lugar que en este descanso del arado
para rezar, y es precisamente esta grandeza y este cúmulo de sensaciones lo que
me parece que se encuentra a la par en ambas pinturas, cada una en su estilo.
Los
colores que ha usado Dalí en su cuadro, sobre todo ese azul claro y ese
amarillo resultan muy atractivos, y contribuyen a crear esa nueva imagen, esa
concepción bella de la que vengo hablando, pese a que en cierta manera aumentan
el ambiente de irrealidad, de ensueño, que por otra parte Millet ha sabido
recrear en una atmósfera diferente y solitaria.
Las
siluetas de los campesinos se transforman en figuras ondulantes, en las que hay
un cierto parecido con las piedras, pero esta aparente dureza queda desterrada
por el equilibrio en el que se encuentra sumida una de ellas tan sólo sostenida
por un palito delgado, no son pesadas, sino ligeras, es como si las apariencias
engañaran, y esto es cierto porque a primera vista no se piensa que escondan a
unos campesinos, que exteriormente pueden parecer rudos, carentes de educación,
pero demuestran en el cuadro de Millet una concentración, un recogimiento y una
conexión total con Dios a través de su rezo, y esto es algo que no se aprende
en un libro.
Dalí
capta en su cuadro la psicología del cuadro de Millet; el cual a su vez ha
captado la psicología de los personajes, de los seres humanos, como si se
tratara de una cadena entre ambos, llegando incluso a hacernos experimentar las
mismas sensaciones.
Esto
es lo que a mi me ha parecido ver a la hora de analizar ambos cuadros, que en
un primer momento me parecían lo mas distinto que puede haber y que mas tarde
se han ido fusionando de manera que ya no son para mi tan lejanos, y no puedo
pensar ahora en el uno sin el otro.
Mas
tarde estuve observando en uno de los libros un cuadro que también voy a
mencionar porque creo que aumenta la conexión de la que vengo hablando entre
ambos cuadros; este cuadro cuyo autor es de nuevo Dalí, se trata de "El
Angelus de Gala" pintado en el año 1935, dos años después de "El
Angelus arquitectónico de Millet" de 1933.
"El
Angelus de Gala", que parece mas convencional, presenta a una figura de
espaldas y en frente Gala sentada, lo curioso es que en la pared aparece un
cuadro, que no es otra cosa que la reproducción de "El Angelus de
Millet".
Esta
nueva reproducción, aún sin ser el motivo principal del cuadro, pone de
manifiesto de nuevo la influencia de Millet en Dalí, y por lo tanto su interés
por esta pintura, por el estudio de la misma.
Incluso
mas tarde no se conforma con su análisis y visión personal a través de la
pintura y en el año 1963 se publica " El mito trágico del Angelus de
Millet", en donde, y cito textualmente algunas de sus palabras
"....El Angelus es el único cuadro en el mundo, que yo sepa, que comporta
la presencia inmóvil, el encuentro y la espera de dos seres en un ambiente
solitario, crepuscular y mortal....", y creo que a su manera, de una forma
mas delirante, intenta captar esa sensación, mas que el cuadro o el dibujo, que
no le interesa tanto, siempre teniendo manifiestas sus obsesiones mentales, que
parecen mezclar el sueño con la realidad en un único mundo, en conexión con el
análisis del subconsciente en la línea de Freud.
Acabo diciendo que este cuadro pintado por
Dalí no supone una desacralización de Millet, sino una nueva propuesta mística
en términos arquitectónicos, como he podido leer en un comentario de su obra.
Con lo que estoy totalmente de acuerdo, ya
que para mi ha sido un placer, en un primer momento dudoso, analizar el momento
religioso desde otro punto de vista fresco e inusual, que en cierta manera
varía mis esquemas sobre la representación espiritual, pero que creo que me
aporta mas madurez, es decir, para no quedarme solo en lo superfluo y lo
conocido.
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