martes, 26 de mayo de 2020

Gian Galeazzo y más


La saga
de
Fray Gian Galeazzo Ruspoli


Todo sobre el Bailío Gran Cruz de Justicia y Gran Prior de Pisa Fray Gian Galeazzo Ruspoli de la milenaria Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, denominada hoy simple-mente como Orden de Malta, además de otras publicaciones, listado general, portadas y contraportadas de libros de Carlo Emanuele Ruspoli.




Fray Gian Galeazzo Ruspoli es un personaje que en su semblante de fantasma procedente del guerrero de la alegoría de la ilustración ha ido seduciendo a su descendiente Carlo Emanuele Ruspoli con cada una de sus historias, hasta ejercer en él la fascinación que despiertan los grandes detectives de la literatura, como Hércules Poirot o Sherlock Holmes. Gracias a sus investigaciones, el lector podrá profundizar en su universo, en su carácter peculiar, en su exquisita cultura, en su círculo familiar, cargado de luces y sombras. No obstante, Ruspoli siempre es un personaje enigmático, que guarda tras su rostro inescrutable multitud de misterios y talentos desconocidos. Ruspoli nació en 1137 en Siena, en el seno de una noble y adinerada familia toscana. Gian Galeazzo creció junto a sus seis hermanos y cursó sus estudios universitarios en Florencia y Roma. A los veinte años ingresó en la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, por ser el más joven de los hermanos. El mayor heredó el mayorazgo, el segundo el campo, el tercero fue militar, y las dos hermanas fueron casadas para formar nuevas alianzas familiares. A los diez años dos lamas tibetanos se presentaron en la residencia fami-liar de Siena y, tras ser aceptados por sus padres, le examinaron por ser la posible rencarnación del lama Shiakamuni, padre de la medicina tibe-tana. Tras ingresar en la Orden de San Juan cursó estudios de medicina y cirugía, derecho magistral y canónico, entre otras doctrinas y se con-virtió en caballero Profeso a los cinco años, tomando los votos solemnes de pobreza, castidad y obediencia. Sin embargo en un momento de pérdida de memoria tuvo hasta una relación con una noble franco-egipcia de la que nació su única hija Ginebra. Tras ejercer durante años la me-dicina en Tierra Santa, sus extraordinarias capacidades le fueron llevando a otros terrenos, tales como la judicatura de la Orden y sobre todo la investigación que paulatinamente se convierte en su principal actividad por la que es llamado a resolver los casos más difíciles. El ya Fray Gian Galeazzo Ruspoli, héroe de la antigüedad, se convierte en un asombroso investigador de otras épocas. Viaja en el tiempo y en el espacio y puede estar en cualquier parte. Para no defraudar a sus compañeros en sus viajes en el tiempo su cultura fue actualizada conveniente-mente.

El aspecto físico de Gian Galeazzo Ruspoli impacta a quien le ve por primera vez. Es alto, delgado, esbelto y de maneras elegantes. La distinción que caracteriza su forma de caminar queda reforzada por sus trajes, siempre negros y confeccionados a medida, por las diestras manos de un sastre italiano. Ninguna facción del caballero Profeso pasa inadvertida. Sus ojos, de un penetrante color gris azulado parece que irradian luz por sí solos. Y su cabello, de un rubio plateado y resplandeciente, contrasta con la oscuridad de su atuendo. Tiene el aspecto, en todas las novelas posteriores a la primera donde se relatan sus primeros años, que recuerda al triste hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes, es decir un hombre que ronda los cincuenta años de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador, amigo de la oración, la meditación, la caza, las artes marciales  y de la buena condición social. Como dicta su abolengo, los modales y gustos de Gian Galeazzo Ruspoli son distinguidos. Sus pies sólo calzan zapatos elaborados en la mítica zapatería artesanal Sebago, que encarga directamente en New England cuando se encuentra en la época adecuada. Asimismo, su paladar es refinado y exigente, por lo que a veces encarga que le manden manjares exclusivos cuando está investigando un caso en cualquier par-te del mundo. Y conoce los buenos vinos como un gran sumiller.



Vaya donde vaya, Gian Galeazzo Ruspoli se desplaza con los mejores medios a disposición en la época en la que se encuentre. Cuando Gian Galeazzo Ruspoli sonríe, cosa que sucede en raras ocasiones, algo en su interior permanece gélido e insondable. Su voz es aterciopelada pero con la firmeza del cuero. Su arrogancia no es gratuita. Gian Galeazzo Ruspoli ha estudiado tantas disciplinas que su nivel 








intelectual supera el de todos los que le rodean: domina varias lenguas, muertas o vivas, es experto en medicina, arte, literatura, artes marciales y ciencias esotéricas, y un verdadero maestro en el arte de la meditación. La vastísima cultura de Gian Galeazzo Ruspoli es inabarcable, pero aun así, el Profeso continúa formándose e investigando sobre las más diversas materias.

Su destreza, cultura, inteligencia y valentía han convertido a Gian Galeazzo Ruspoli en un investigador letal e implacable y en un hábil manipulador de la mente humana capaz de adoptar distintas personalidades. No obstante, ha conseguido ganarse la confianza de sus fieles colaboradores, quienes creen a ciegas en las habilidades y la pericia del investigador. Como todos los genios, Gian Galeazzo Ruspoli tiene enemigos que le han marginado y perseguido, e incluso fue torturado, casi muerto, esclavizado, condenado y en prisión. Aun así, quien trabaja con él comprende de inmediato que se encuentra ante un caballero Profeso sorprendente, un investigador superdotado, una mente única, compleja y clarividente al servicio de los necesitados y de la justicia.

Estas son las novelas históricas protagonizadas por Gian Galeazzo Ruspoli, su hija Ginebra, su mujer Ileana o su mayordomo Gordon hasta el momento:

1. El Profeso: 684 páginas en formato A5, 185.000 palabras. Sinopsis: es la epopeya vivida por un caballero medieval de la Orden de San Juan, Fray Gian Galeazzo Ruspoli, médico y cirujano, enviado al Hospital de Jerusalén, ascendido a Bailío, luego a médico de la Casa Real, luego a Apóstol de la Vera Cruz. Participó desde entonces en todas las batallas del Reino Latino de Jerusalén contra los musulmanes, protegiendo la santa reliquia al frente del ejército. Vivió grandes aventuras, desveló algunos de los mayores secretos de la antigüedad, sufrió pruebas extremas. El relato de sus hazañas es el resultado de las múltiples entrevistas del espíritu del guerrero antepasado con el mismo autor de la obra. Abarca temas de religión, historia, política, guerras, batallas, onírica, medicina, meditación, magia, esoterismo, viajes astrales, superstición, locura, traiciones, torturas, reliquias, esclavos, asesinos, amazonas, amor, etcétera, y catarsis final del protagonista que regresa final-mente a su tierra de Toscana treinta años después de haberla dejado por la Orden para tomar las riendas del Gran Priorato de Pisa. La novela arranca desde la infancia hasta la madurez del protagonista.
2. Asesinato en el Letrán: 511 páginas en formato A5, 95.100 palabras. Argumento: el Gran Prior y Bailío de Justicia, Fray Gian Galeazzo Ruspoli se encuentra en Roma en el año 1188, acompañando a su Gran Maestre, Fray Garnier de Naplouse procedente de Chipre, para presentar el nuevo Código y los Estatutos de la Orden de San Juan adaptados a las nuevas circunstancias tras las pérdidas del Hospital de Jerusalén y de las Encomiendas de Tierra Santa. Un suceso inesperado y de consecuencias imprevisibles trastoca su estancia, el Arzobispo de-signado Baldwin de Canterbury, amigo personal del Gran Maestre, que viajó en la galera de la Orden con ellos desde Pisa, ha sido asesinado y han desaparecido las reliquias y los tesoros de incalculable valor que el alto prelado llevaba consigo para Su Santidad, Clemente III. A los dos hermanos de Justicia de la Orden se les encarga la resolución de este trágico suceso, aparentemente sencillo, porque el principal sospechoso es otro hermano de Orden y Capellán Conventual, que ha sido apresado huyendo cerca del palacio de Letrán, lugar de los hechos. Sin embargo GG en su nueva responsabilidad de investigador, se resiste a aceptar y confirmar esta culpabilidad porque hay demasiados cabos sueltos, y muchos sospechosos envueltos en una trama en la que se entremezclan horrendos crímenes del pasado, locos sueños de grandeza y oscuras ambiciones de poder.

3. Muertes de Profesos. 589 páginas en formato A5, 141.500 palabras. Sinopsis: El Gran Prior y Bailío de Justicia, Fray Gian Galeaz







En el Corte Inglés



zo Ruspoli, durante sus oraciones diarias en la capilla del Gran Priorato de Pisa, tras regresar de Roma donde pudo descubrir quién asesinó al arzobispo designado de Canterbury, percibe la visión de un Ángel que le comunica que la Orden de San Juan a la que pertenece necesita de sus servicios como monje guerrero e investigador en el futuro. Sorprendido ante esta petición que abre nuevas perspectivas a su vida, no puede evi-tar que la curiosidad se adueñe de él. El Ángel le cuenta entonces la historia de la Orden de Malta y sus cinco siglos de lucha encarnizada contra el Islam. Pero añade que su carácter militar acabó a principios del siglo XIX con la pérdida de sus últimas posesiones territoriales del archipiélago Maltés. La Orden había olvidado por completo su faceta militar y se había centrado desde entonces en sus obras hospitalarias, religiosas y culturales. Sin tener un adecuado cuerpo de seguridad, se encuentra inerme y no puede oponerse a una complicada trama que podría acabar en primer lugar con la vida de algunos de sus ilustres caballeros profesos investigadores de la historia de Jesús y de confirmarse sus in-vestigaciones podría minar los cimientos de hasta la misma Iglesia. Pero antes de todo el Ángel le pone al corriente de los cambios en el mundo debido al progreso, para que no se encuentre desfasado y pueda mane-jarse perfectamente en una época diferente. Gian Galeazzo acepta dicho-so e ilusionado ante el reto, comunica al Ángel que su vida está al servi-cio de Dios y se ve al instante proyectado hacia el año 2.000, ocho siglos después de la época en la le tocó vivir. Tiene que luchar con relación a los servicios secretos israelíes, palestinos, vaticanos, la sociedad secreta San Pío V y sobre todo contra el relajamiento de las costumbres de la Orden dividida entre sus loables y enconados esfuerzos hacia los necesitados y sus señores los enfermos, mientras muchos de sus dirigentes se dedican a una vida mundana donde sobre todo prevalece la pedantería y la vanidad. Las normas se han relajado y ya no existe la dura selección que la Orden exigía antaño a sus aspirantes y novicios. Su Gran Maestre Fray Andrew Bertie es un agradable señor inglés, antiguo profesor de catequismo y virtual experto en artes marciales, que vive tranquilamente dedicando la mitad del año a sus descansos y reposos y no quiere que su rutina se altere bajo ningún pretexto. Los historiadores profesos encontrarán datos inquietantes que podrían cuestionar la divinidad de Je-sús sobre la que se basan los cimientos de la iglesia. Por ello la Iglesia tiene sumo interés en silenciar todo lo que contradiga a la doctrina ofi-cial que defiende desde hace dos milenios. El cardinal protector de la Orden convoca al Gran Maestre para que acuda a la llamada del podero-so cardinal alemán prefecto de la congregación de Doctrina de la Fe, quien gobierna por delegación de Su Santidad, un gran Papa de origen polaco, los aspectos espirituales y hasta temporales de la Iglesia. Este es por lo tanto el peligroso marco donde se desarrollará la labor del Profeso quien deberá aportar todas sus virtudes y habilidades para evitar un desenlace trágico. ¿Logrará Gian Galeazzo llevar a cabo su misión celes-tial? ¿Cambiará la historia de la Iglesia? La acción se desarrollará en tiempos distintos. Por un lado la vida de Jesús y sus apóstoles en su época y después de su muerte, por otro la contemporánea a la acción de Gian Galeazzo, pasando por la historia intermedia, siguiendo la pista a ciertos datos a través de la historia y los siglos, donde intervendrán has-ta los caballeros del Temple.

4. El Profeso en Tíbet. 931 páginas en formato A5, 200.600 palabras. Sinopsis: Acudiendo a una petición de ayuda astral formulada personalmente por el Dalai Lama, el Gran Prior y Bailío de Justicia Fray Gian Galeazzo Ruspoli tendrá que viajar a unos monasterios remotos del Tíbet para esclarecer una amenaza de tiempos lejanos y enfrentarse a un enemigo que nadie nunca ha visto. El robo de un artefacto único y misterioso, tendrá que ser resuelto por el Gran Prior de Pisa acompañado por Lobsang Daizin, un Lama médico. Las peripecias sufridas por Fray Gian Galeazzo van desde un atentado con bomba sufrido que casi le cuesta la vida, hasta la persecución implacable del ejército rojo chino y de otras grandes aventuras. ¿Logrará Fray Gian Galeazzo cumplir con la ardua petición de ayuda del Dalai Lama? ¿Por qué Gian Galeazzo siempre está disponible para ayudar siempre de forma desinteresada a las causas justas? Uno de los grandes e inquietantes secretos acerca de la vida de Jesús encontrará también una explicación en este libro. En la novela hay una introducción con una descripción de las principales características de la religión y cultura tibetana a fin de agilizar la com-prensión de su lectura. El autor, Carlo Emanuele Ruspoli, un historia-dor y estudioso hechizado por su extraordinaria religión y cultura milenaria, reclama la devolución del Tíbet a los Tibetanos. En la novela hay un glosario y explicaciones para facilitar al lector una comprensión de la religión y cultura tibetana.

5. El Profeso y el diablo: 594 páginas en formato A4, 181.000 palabras. Sinopsis: La policía de homicidios de Nueva York solicita al Arzobispo Monseñor Timothy Dolan de la diócesis metropolitana la co-laboración de un investigador de la Iglesia Católica por las peculiarida-des observadas en unos asesinatos que parecen obra de Lucifer. El Ar-zobispo no dispone de nadie que pueda ayudar pero oyó hablar en los ambientes de la curia vaticana de un hombre extraordinario en la Orden de San Juan, un Profeso, así que llama al Presidente de la Asociación Norteamericana de la Orden de San Juan, Fray Edward Mac Pherson para solicitar su ayuda. Mac Pherson, cuya vida había salvado el Gran Prior y Bailío de Justicia Fray Gian Galeazzo en Roma unos años antes, se pone en contacto con su gran amigo y hermano de Orden, utilizando el sistema que le había sugerido entonces Gian Galeazzo, es decir mediante  los lamas del Kadampa Meditation Center de Nueva York, ubica-do en medio de 82 acres en el precioso valle del río Delaware en Glen Spey, a unas dos horas en coche de Nueva York y a tan solo unos minutos de las fronteras de Nueva Jersey y Pensilvania. Pero además de dedicarse a la oración y a la enseñanza, los lamas han desarrollado un sis-tema de meditación trascendental cuántica que permite trasladar personas en el espacio y en el tiempo. De esta manera traen a petición de Fray Mac Pherson a Fray Gian Galeazzo Ruspoli que deberá enfrentarse a la inexplicable muerte de un famoso crítico de arte. Esta vez le acompañará el detective de origen italiano de la policía neoyorkina asignado al caso. El cuerpo del asesinado se encontró en una habitación cerrada con llave desde dentro, con la marca de un crucifico grabada a pecho sobre su pecho, la huella de una garra en la pared y un insoportable olor a azufre. ¿Será obra del diablo? La investigación le llevará de vuelta a su tierra de Toscana donde Gian Galeazzo se verá obligado a enfrentarse con fuerzas desconocidas hasta ser víctima y padecer una venganza abominable. Y no está nada claro que consiga sobrevivir…

6. El Profeso y el emperador: 406 páginas en formato A4. 138.000 palabras. Sinopsis: Tras regresar de una estancia en Italia, completamente restablecido, Gian Galeazzo se encuentra con su hija Ginebra en la casa gótica de la familia Ruspoli en Nueva York. Ginebra está catalogando la importante biblioteca Ruspoli de unos 100.000 vo-lúmenes incluyendo incunables, pergaminos, documentos y cartas anti-guas. En ese momento su hija está estudiando los tomos de la historia del Imperio Romano centrada con la crisis del siglo III y somete a su pa-dre a una pregunta inquietante. ¿Conseguirán los persas frenar la expansión del mundo cristiano con su invasión? ¿Afectará al imperio ro-mano quien proclamará el cristianismo con el edicto de Milán en el año  313 como religión oficial solo dos generaciones después? En Anatolia, año 269 d.C.: el emperador ilirio Claudio II el Gótico se encuentra cerca-do por los persas en la ciudad de Edesa. Decidido a lograr un acuerdo con sus enemigos, sale de las murallas acompañado de su guardia, al mando de Aureliano; pero los persas, traicionando la inmunidad de los negociadores, apresan a los romanos y los obligan a hacer trabajos forzados en una mina. Gian Galeazzo decide entonces acudir a la ciudad de Edesa para intentar salvar al emperador disfrazado para la ocasión como una rencarnación de Rómulo, el fundador de Roma con Remo, hi-jo del dios mitológico Marte y nieto de Júpiter. Pero al darse cuenta que es probable que tuviera que ayudar a los romanos en caso de que no consiguiera evitar el engaño hacia el que iban encaminados de forma inexorable, decide optar por un disfraz que sirva para poder estar con la oposición. Se decide por ser el príncipe Songtsen, hijo del rey Nyatri Tsenpo  para los persas. Ese rey fue el fundador del reino de Yarlung, que es el nombre tibetano del río Brahmaputra, que nace del monte sa-grado Kailash, en el Tíbet occidental y fluye paralelo al Himalaya en un valle muy largo. Junto con Aureliano y sus hombres que logran escapar de los trabajos forzados y burlar a sus perseguidores, también gracias a la ayuda de otro extraño personaje. Este procede de un remoto país, del que Aureliano apenas había oído hablar antes: China, el Imperio del Centro. China, con sus bellos paisajes, sus extrañas costumbres y sus técnicas de lucha, tan sorprendentes como eficaces, fascina a Aureliano, y más aún después de enamorarse de Fan Bingbing, su guía en el mági-co y misterioso país. Las aventuras de los tres, los contrastes de sus culturas, sus amores, son la base de esta vibrante y cautivadora novela, en la que la aventura se conjuga con los sentimientos y con una historia que, no por ser sorprendente y poco conocida, es menos real. La legión perdida de Craso, o simplemente la legión perdida, es el nombre con que se conoce a una hipotética legión romana compuesta por parte de los cerca de 10.000 legionarios hechos prisioneros tras la batalla de Carras por los partos en el año 53 a. C. Esta legión, «perdida» para los historia-dores romanos, reaparecería supuestamente en las crónicas chinas en el año 36 a C. Durante la época del agitado triunvirato de Julio César, Pompeyo y Craso, éste último se hizo cargo de la campaña contra los partos y avanzó por la actual Turquía al frente de un imponente ejército de 42.000 soldados; los romanos que lidera están compuestos por siete legiones, 4.000 arqueros y 4.000 jinetes galos, y se creen capaces de es-carmentar a la temida caballería parta, que es el cuerpo principal del ejército enemigo. Pero éstos fueron derrotados en Carras (la actual Ha-rrán, Turquía) por el ejército parto, siendo humillado el ejército más po-deroso del mundo de entonces, dieron muerte al triunviro Craso e hicie-ron prisioneros a más de 10.000 de sus soldados. A caballo entre la realidad y la leyenda, se sabe por Plutarco y Plinio el Viejo que estos hombres fueron conducidos al extremo oriental del Imperio parto, en la antigua Bactriana (el actual Afganistán), siendo la mayoría esclavizados o condenados a trabajos forzados. Pero los partos conservaron algunas unidades dispuestas a seguir combatiendo a cambio de no ser condena-dos a muerte o a la esclavitud. Así, una parte de la legión cautiva fue mandada a las proximidades del río Oxus (hoy Amu Daria) en la Bactriana (el actual Turkmenistán) para luchar contra los hunos, desapareciendo allí su rastro. El caso es que, tras la firma de la paz entre roma-nos y partos en el año 20 a. C., se estableció el retorno de los prisioneros, pero ya entonces se desconocía totalmente dónde estaban los efecti-vos supervivientes de las derrotadas legiones de Carras, pese a los esfuerzos que se dedicaron a su recuperación de los soldados apresados. La hipótesis de Liqian. En 1955, el historiador y sinólogo estadounidense Homer Hasenpflug Dubs, en una conferencia impartida en Londres titulada «Una ciudad romana en la antigua China», afirmó haber encontrado el destino de estos legionarios, encajando los datos de Plutarco y Plinio el Viejo con las crónicas históricas de la dinastía Han, que reinó en el Imperio Han de China entre los años 25 y 220 de nuestra era. Según este investigador, la legión perdida reaparece en las crónicas chinas de la dinastía Han en el año 36 a. C. En ese año el general Gan Yanshou emprendió una campaña militar en los territorios fronterizos occidentales, la actual provincia de Xinjiang, contra los nómadas xiong nu, ante-cesores de los hunos, por Bactria y el río Oxus. Las crónicas de esta campaña, que nos ha llegado a través del historiador y biógrafo del ge-neral chino Gan Yanshou, Ban Gu, que participó en aquella contienda, han hecho pensar a algunos expertos que los defensores de la ciudad de Zhizhi (actual Dzhambul, cerca de Taskent, en Uzbekistán), eran miembros de la legión perdida. En ellas se menciona una batalla librada por esta ciudad entre el ejército chino y un extraño contingente constituido por soldados veteranos, muy disciplinado y protegido en una fortaleza de madera de forma cuadricular que protegía el asentamiento. Se señala que éstos usaban fortificaciones de empalizadas rectangulares y que en-traban en combate perfectamente organizados («alineados y desplegados en una formación como de escamas de pescado») en la puerta de la ciu-dad, lo que recuerda a la testudo romana, en la que los infantes se pro-tegen unos a otros formando con los escudos una especie de coraza. La ciudad de Zhizhi fue tomada finalmente y los 1.000 prisioneros extranjeros fueron deportados a China y asentados en la ubicación de la actual Yongchang (provincia de Gansu, China), en el desierto del Gobi, para proteger las fronteras del imperio chino y a sus habitantes de las incursiones tibetanas. Pero el antiguo nombre de Zhelaizhai, que se encuen-tra en la provincia de Gansu, ha terminado por sacar a la luz al cabo de dos mil años la historia de la legión perdida. El nuevo lugar en que fue-ron asentados los prisioneros fue llamado por decreto imperial Li-Jien o Liqian; el topónimo, documentado por primera vez en el año 5 d. C., no es sino una variante china de «Legión», un nombre que además era el usado por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chi-nos tuvieron noticias de su opulencia y poder a través de sus comercian-tes en Alejandría. Además, llama la atención este topónimo pues era ex-tremadamente raro que los chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, siguiendo la tendencia confuciana a la recti-ficación de los nombres, el lugar fue renombrado como Jie-lu, que signi-fica "cautivos". Algunos creen que los descendientes de este contingente fue derrotado y arrasado en el siglo VIII por tropas tibetanas, que en aquel entonces eran mercenarios terribles, auténticos señores de la gue-rra, pero los estudios genéticos hechos en Li Jian dan pie a pensar otras cosas. En 2001 los diarios Los Angeles Times y L'Express sacaron a la luz unos datos que identificaban un poblado remoto como punto final de la aventura de los legionarios de Craso, demostrando importantes diferencias físicas entre los nativos de la zona y el resto de los chinos. Desde entonces, los análisis de ADN realizados por la Universidad de Lanzhou confirman que un 46 por ciento de los habitantes de Zhe-laizhai -entre los que hay ciudadanos con ojos azules y verdes, pelos rizados y o de color castaño y pelirrojo, y gente con narices aguileñas- mostraban una curiosa afinidad genética con poblaciones europeas, se-gún informó el semanario francés. Hace años se encontraron en torno a cien esqueletos de hace más de mil años con una altura promedio supe-rior a los 180 centímetros. A pesar de que la existencia de la legión perdida pueda estar más allá del mito, la realidad es que, aun con las posibles evidencias bibliográficas; los análisis de ADN realizados a la población y los restos romanos encontrados en excavaciones arqueológicas (monedas, cerámica, cascos y una gran piedra cúbica que alberga miste-riosos restos de estilo occidental. También se sabe de restos de una fortaleza, con 30 metros de longitud y medio de alto, que según los nativos hasta hace poco más de 30 años, medía más de 100 metros de longitud y era mucho más alta), no existen certezas concluyentes de presencia romana durante este periodo en la China imperial, teniendo en cuenta que Li-Jien fue un puesto avanzado que estuvo localizado dentro de la antigua ruta de la seda.

7. El Profeso y la monja: 393 páginas en formato A4. Más de  114.500 palabras. Novela presentada al premio de novela histórica AL-FONSO X EL SABIO de 2013. Sinopsis: La acción de la presente novela tiene lugar sobre el amplio telón de fondo de la intervención inglesa en España, mientras los hijos del rey Eduardo se preparaban para marchar a Castilla y restaurar a don Pedro el Cruel en el trono. El incidente per-mite echar un vistazo a la maquinaria económica de la guerra. Los combates intermitentes de la Guerra de los Cien Años tuvieron lugar en suelo francés y los soldados que participaban en ellos no eran miembros de un ejército regular, asalariado en la guerra y en la paz, ni eran todos ingleses; esencialmente eran mercenarios, pagados sólo durante las campañas activas. Cuando los mandos ingleses se retiraron, muchos de estos soldados fueron abandonados para que encontraran el camino de vuelta como mejor pudieran. Algunos de ellos, que en su patria chica no tenían que esperar más que la pobreza o la servidumbre, o le habían cogido gusto a vivir en el extranjero en las compañías del Príncipe Negro, decidieron quedarse en el continente. Formaron compañías organizadas, llamadas compañías blancas y merodearon por los campos franceses tomando fortalezas y formando mafias de protección, mudándose cuando habían agotado los recursos de una zona. Aunque eran ingleses, bretones, españoles, alemanes y gascones, sus capitanes casi siempre eran ingleses. Y los jóvenes ingleses, al enterarse de la fortuna y reputación hechas en estas compañías, veían en ellas una carrera potencial, como hace Roger en esta novela. Hay algunos que más adelante se volvieron héroes de Francia fueron arrastrados a estas compañías al comienzo de sus carreras. El bretón Bertrand du Guesclin maduró su técnica de gue-rra de gue¬rrillas entre los mercenarios. Comprensiblemente, el pueblo de Francia quería que su rey los librara de aquellos mercenarios que aterro-rizaban los campos. Y en 1365 el rey Carlos de Francia vio un modo de hacerlo. Enrique de Trastámara, abanderado de la nobleza castellana, pidió al rey Carlos que lo ayudara contra su medio hermano don Pedro el Cruel, que quería aumentar el poder real y limitar el de la nobleza, apoyándose en los campesinos y comerciantes. Carlos estaba predis-puesto con¬tra Pedro, pues se decía que éste había mandado asesinar a su espo¬sa, una princesa francesa, poco después de divorciarse. El papa ha¬bía excomulgado a Pedro como enemigo de la Iglesia; no ayudó que se hubiera hecho amigo de un rey moro de Granada. Así, alentado por el papa, el rey Carlos pidió a Bertrand du Guesclin, al que había nombra-do caballero, que reuniera a las compañías blancas y las con¬dujera al otro lado de los Pirineos para expulsar a Pedro y poner en su lugar al Trastámara. La maniobra fue un éxito. Pero Pedro no tenía intención de aceptar calladamente la de¬rrota: se volvió hacia Inglaterra en busca de ayuda del Príncipe Negro para recuperar su corona, ofreciéndole un cuantioso pago. Los ingleses estaban muy motivados para mantener la poderosa armada castellana como aliada. El Príncipe Negro se preparó en Aquitania y Juan de Gante, duque de Lancaster, empezó a reunir un ejército de soldados y arqueros para apoyar la empresa. En la novela, Fray Gian Galeazzo Ruspoli, quien había luchado a lado del primer du-que de Lancaster, Enrique de Grosmont, y había sido promovido a gene-ral por sus méritos, trabaja con sus antiguos conmilitones Doyle y Looper para desarrollar un método eficaz de preparar a los arqueros que necesita el hijo del rey, Juan de Gante. No sabemos hasta qué punto Charles Douglas  fue espía; a comienzos de la década de 1360-1370 es-tudió derecho y contabilidad en los Inns of Court y quizá también sirvió un tiempo en el ejército de Lionel en Irlanda. Hacia 1367 era caballero de la Casa Real; a fina¬les de aquel año la muerte de Blanche de Lancas-ter inspiró su pri¬mer gran poema, The Book of the Duchess. Respecto de su misión en Navarra he seguido la interpretación que da Donald R. Howard del salvoconducto conservado en los archivos de Pamplona, que autori¬zaba al poeta a «entrar, permanecer, trasladarse y salir». En pleno verano de 1355, una joven monja llamada Hyacintha  muere víctima de las fiebres de la ciudad de Beverley , siendo enterrada inmediatamente por medio a que se extienda la peste. Un año más tarde, una mujer que afirma ser la monja Hyacintha resucitada, aparece en público prego-nando historias delirantes sobre milagros y reliquias. Tras la aparición de esa atormentada figura acontecen una serie de muertes misteriosas y el arzobispo de York, intranquilo, le pide al comendador de la Orden de San Juan de la encomienda local un investigador que pueda explicar los hechos. El comendador se pone en contacto con Fray Gian Galeazzo Ruspoli para solicitar nuevamente su ayuda, siendo la persona más adecuada para investigar resolver los misterios. Desde el principio, ima-giné a Hyacintha como un personaje ambiguo, según el modelo de Ma-ría Magdalena. Tal como la describe Susan Haskins en María Magdalena: mito y metáfora, la santa había evolucionado de discípula y amiga de Cristo a prostituta arrepentida que sufrió una larga penitencia como eremita en el desierto: de hecho, en el siglo XlV las referencias a María Magdalena, la María de Marta y María y la prostituta que lava los pies de Cristo habían sido combinadas en un único símbolo y la María Egipcía-ca del siglo V también había sido incluida en la mezcla. Es la Magdalena de la medalla que pierde Hyacintha en la primera escena, un regalo del hermano que adora. La medalla es un talismán de la buena suerte. Sirve como recordatorio de que un personaje como Hyacintha no puede ser analizado en términos modernos; su creencia en el poder protector de la medalla es parte de su fe. Lo mismo puede decirse del remordimiento de Hyacintha por haber robado una parte de la leche de la Virgen del convento. San Agustín se jactaba de tener tal reliquia, muy popular en una época de gran devoción a la Virgen María y el pueblo creía en el poder de esas reliquias, por las que hacía peregrinaciones para recibir la gracia. Fray Gian Galeazzo, quien ya colaboró anteriormente en aquella región con el anterior duque de Lancaster, esta vez acompañado por su hija Ginebra, con la que se ha establecido temporalmente en York , comprando una casa con jardín para hierbas medicinales y creando una nueva botica para devolver la salud al pueblo, acepta el encargo del ar-zobispo y ni corto ni perezoso se desplaza a Leeds para entrevistarse con el espía del rey Eduardo, Charles Douglas, quien le pone sobre la pista de un grupo de soldados mercenarios sospechosos de intentar traicionar el rey por encargo de la poderosa familia Wentworth. Mientras tanto, Ginebra Ruspoli procura que la monja le explique la verdad y le confiese el terrible secreto que compartía con su hermano. Armonizando con una elaborada reconstrucción del siglo XIV con una intriga apasionante, El Profeso y la monja es el séptimo de los casos resueltos por Fray Gian Ga-leazzo Ruspoli lleno de colorido y de emoción. Formalmente hay que in-dicar que el siglo XIV comprende, lógicamente, los años 1301-1400, am-bos incluidos. Es sin duda uno de los más nefastos de la historia de la humanidad, el siglo está marcado por las graves plagas y las guerras que asolaron casi toda Europa. Entre 1315 y 1317 se produjo la deno-minada Pequeña Edad de Hielo que acabó con miles de cosechas causando miseria y hambrunas. A mediados de siglo, entre 1348 y 1355 hubo un brote de peste bubónica, denominada «peste negra» que acabó con un tercio de la población europea. Por si esto fuera poco, la muerte del último rey de la dinastía de los Capetos en Francia, causó un conflicto europeo por la sucesión, los franceses coronaron a Felipe VI de Valois, primo hermano del fallecido rey capetingio. Pero como es normal, ninguno de los otros pretendientes al trono quedaron satisfechos, Eduardo III, rey de Inglaterra y pretendiente legítimo al trono de Francia, inició las hostilidades con Francia, dando inicio a la Guerra de los Cien Años, la más duradera de la historia de la humanidad. En el resto de Europa, seguirían los conflictos, en Castilla se produjo una guerra civil por el trono, entre Pedro I de Castilla, apodado "El Cruel", contra su herma-nastro Enrique de Trastámara, el conflicto que mantenían Inglaterra y Francia lo trasladaron a Castilla, apoyando uno a cada bando. Por otra parte, el Imperio Otomano seguirá expandiéndose sobre todo a través de los Balcanes, aunque con un muy reducido Imperio Bizantino que aún resistirá las acometidas otomanas.

8. La hija del Profeso: 770 páginas en formato A4. Más de  281.000 palabras. Sinopsis: Durante un tiempo Fray Gian Galeazzo Ruspoli fue incapaz de contarle a su querida hija Ginebra  la verdad so-bre la obsesión que ha guiado parte de su vida.  Ahora, entre sus pape-les, ella descubre una historia que comenzó con la extraña desaparición del mentor de Fray Gian Galeazzo, el antiguo Gran Prior de Roma Fray Franz Lobstein que fue anteriormente un importante profesor de histo-ria en varias universidades, la última en La Valletta, y que conoció gra-cias a su primer traslado en el tiempo . Lobstein le atrajo hacia la vida académica, como una solución para educar convenientemente a su hija en la era moderna, gracias a la capacidad que atesora Fray Gian Galeaz-zo para desplazarse en el tiempo por medio de una técnica de medita-ción cuántica aprendida del Dalai Lama . La amistad entre ellos fue consolidándose con el tiempo hasta el punto de que Gian Galeazzo le eligió para que le dirigiera en el perfeccionamiento de su preparación como profesor de historia de novicios en la Academia Internacional y Universidad de La Valletta, Malta. Pero precisamente en La Valletta, Franz Lobstein desaparece. Y es justamente allí donde se encuentra con la mujer de su vida Ileana, hija de Lobstein, hacia la que paulatinamente Gian Galeazzo va a sentirse atraído de forma irresistible. Tras las hue-llas de su querido maestro, Gian Galeazzo recorrió antiguas bibliotecas en Estambul, en Budapest, monasterios en ruinas en Rumanía, remotas aldeas en Bulgaria... Cuanto más se acercaba a Lobstein, más se aproximaba también a un misterio que había aterrorizado incluso a los po-derosos sultanes otomanos y que aún hace temblar a los campesinos de Europa del Este. Un misterio que ha dejado un rastro sangriento en manuscritos, viejos libros y canciones susurradas al oído. Para Gian Ga-leazzo y su hija llegar al final de la búsqueda puede significar un des-tino mucho peor que la muerte. Porque a cada paso que dan,  se convencen más de que él les está esperando. Y en sus corazones, retumba una pregunta angustiosa... ¿qué pasará entonces?

9. El Profeso y el Grial: 895 páginas en formato A4. Más de  275.000 palabras. Sinopsis: Esta novela, novena de la saga el Profeso, abarca básicamente tres años de historia medieval. Ambientada en el siglo XIII, va de una Sicilia bajo el dominio de Federico II, a la Europa del Sacro Imperio Romano donde se cruzan en la guerra y en la paz la Iglesia, el emperador, los caballeros del Temple,  los del Hospital y la sec-ta de los Asesinos. El sitio de Montsegur  es el decorado de las primeras páginas, donde se hallas los hijos del Grial destinados a reconciliar las grandes religiones, según está escrito en un gran plan secreto por el que ellos serán los reyes que restablezcan la paz en la tierra. Con las tropas de Luis XI y del papa Inocencio III viene el caballero de Justicia de la Orden de San Juan de Jerusalén Fray Gian Galeazzo Ruspoli, el personaje principal  y cronista de los acontecimientos narrados en esta novela histórica. Fray Gian Galeazzo es testigo de cómo el Prieuré, una orden secreta al servicio del Grial, rescata a los hijos del Grial y hasta se ve in-volucrado en los hechos y obligado a favorecer la fuga. Así comienza para Fray Gian Galeazzo una fantástica y peligrosa odisea que lo lleva en primer término a Marsella, donde los fugitivos le abandonan para refu-giarse en el territorio de Federico II. Tras una serie de peripecias inolvi-dables, Fray Gian Galeazzo llega al palacio del Papa; vuelve a huir cuando se descubre que su disfraz de cardenal ya no le sirve; y se gana la confianza de un antiguo superior hospitalario, entonces al servicio de Federico II y vinculado al Prieuré que lo lleva a Otranto, donde vuelve a encontrarse con los hijos del Grial. Pero Clo y Mara tampoco allí están a salvo de los esbirros del papa, y la misión de ir dejando una pista falsa recae en Fray Gian Galeazzo, quien ha de atravesar toda Italia y alcanzar el sur de Alemania, en donde se unirá al nuncio papal, un sanjuanista que viaja de Lyon hacia el este para entrevistarse con el Gran Kan. El plan fracasa. Los elementos naturales no son propicios: en medio de una tormenta la comitiva queda diezmada, Fray Gian Galeazzo regresa a Otranto y recibe la noticia de que el papa ha derrotado en Lyon y de-puesto a Federico II. La novela acaba en Constantinopla, y no será aquí donde el editor revelará el desenlace, emocionante e inesperado. La historia y la ficción, ensambladas como rara vez se lo ha logrado en la literatura, cobran dimensiones de pantalla gigante. Pero lo sorprendente es que el complicadísimo intríngulis de tramas, propio de la época y generalmente incomprensible, cobra transparencia en manos de Carlo Ema-nuele Ruspoli, y el lector no pierde la ilación en ningún momento. Con técnicas narrativas cercanas a las de la cinematografía -no por nada Carlo E. Ruspoli es primo tanto del actor Bart cómo del productor Tao, ambos Ruspoli y hombres de cine - y procurando en todo momento mantener ordenadas las infinitas piezas de este juego entre macabro y apasionante, Carlo Emanuele Ruspoli logra una de las novelas más estrepitosamente interesante de los últimos años, de lectura compulsiva y extraordinariamente amena.

10. El Profeso y los Borgia 865 páginas en formato 14,8 x 21,1 cm. 377.900 palabras. Sinopsis: Mientras la peste negra devastaba Europa, los ciudadanos apartaban los ojos de la tierra y miraban hacia el cielo con desesperación. Algunos, los más inclinados hacia el pensamiento filosófico, intentaban encontrar ahí los secretos de la existencia, aquello que les permitiera desentrañar los grandes misterios de la vida; otros, los más pobres, tan sólo buscaban aliviar su sufrimiento. Y fue así como la rígida doctrina religiosa de la Edad Media empezó a perder su poder y fue reemplazada por el estudio de las grandes civilizaciones de la Antigüedad. A medida que la sed por las Cruzadas empezó a disminuir, los héroes del Olimpo renacieron y sus batallas volvieron a ser libradas. Fue así como los hombres le dieron la espalda a Dios y la razón volvió a reinar. Aquéllos fueron tiempos de grandes logros en la filosofía, en el arte, en la medicina y en la música. La cultura floreció con gran pompa y ceremonial, pero los hombres tuvieron que pagar un precio por cerrar sus corazones a Dios. Las viejas leyes se rompieron antes de crear otras nuevas que las suplieran. El humanismo, aquel giro desde el estricto cumplimiento de la palabra de Dios y la fe en la vida eterna hacia el «honor del hombre» y la búsqueda de recompensas en el mundo mate-rial, supuso, en realidad, una difícil transición. Entonces, Roma no era una ciudad bendita; era un lugar sin ley. En las calles, los ciudadanos eran asaltados y sus hogares saqueados, las prostitutas campaban a sus anchas y cientos de personas morían asesinadas. El país que conocemos como Italia aún no existía. Dentro de los límites de la «bota», el destino de cada ciudad era regido por rancias familias, reyes, señores feudales, duques u obispos. En lo que hoyes Italia, los vecinos luchaban entre sí por sus tierras, y aquellos que lograban la victoria siempre se mantenían en guardia, al acecho de la siguiente invasión. Las potencias extranje-ras, siempre ávidas de conquistas, suponían una constante amenaza para los pequeños feudos de Italia. Los soberanos de España y Francia luchaban por ampliar sus fronteras y los turcos amenazaban las costas de la península. La Iglesia y la nobleza se disputaban el poder. Tras el Gran Cisma, cuando la existencia de dos papas dividió la Iglesia y redu-jo de forma dramática sus ingresos, la restauración de un único trono papal en Roma auguraba una nueva etapa de esplendor para el papado. Más poderosos que nunca, los líderes espirituales de la Iglesia sólo de-bían enfrentarse al poder terrenal de los reyes y los señores feudales. Y, aun así, la Santa Iglesia vivía sumida en una constante agitación, pues la corrupción se había asentado hasta en las más altas esferas del papa-do. Ignorando sus votos de castidad, los cardenales visitaban asidua-mente a las cortesanas e incluso mantenían varias amantes al mismo tiempo. Los sobornos estaban a la orden del día y los clérigos eximían a los nobles de sus deberes para con Dios y perdonaban los más atroces pecados a cambio de dinero. Se decía que en Roma todo tenía un precio; con suficiente dinero se podían comprar iglesias, perdones, bulas e in-cluso la salvación eterna. El segundo hijo varón de cada familia era edu-cado desde su nacimiento para la vida eclesiástica, tuviera o no vocación religiosa. La Iglesia ostentaba el derecho de coronar reyes y conceder to-do tipo de privilegios terrenales, por lo que no había familia aristocrática en Italia que no ofreciese cuantiosos sobornos para conseguir que al-guno de sus miembros ingresara en el colegio cardenalicio. Así era la vida en el Renacimiento. Así era el mundo del cardenal, luego papa, Rodrigo Borgia y de su familia. En pleno Renacimiento, Fray Gian Galeaz-zo Ruspoli y su hija Ginebra deciden esta vez viajar para ayudar y des-enredar algunas de las maquinaciones e intrigas de los Borgia. La familia Ruspoli vive aún en la Toscana, entre Siena y Florencia, y no ha re-calado todavía en Roma, por lo tanto no se producen rivalidades con las grandes familias romanas. Teniendo en cuenta que los Borgia y los Ruspoli estarán entroncados en otra época, Gian Galeazzo, ayudado por su hija, crea el enlace oportuno para convertirse en un buen aliado de los primeros. Entonces, establecen y regentan una librería que se con-vierte en el centro de las tramas de Roma. La institución se convierte en un símbolo del clan español de los Borgia, que gobiernan la ciudad con mano de hierro. Las grandes familias romanas que conspiran para con-seguir la caída del Papa y de sus ambiciosos hijos Juan, César y Lucre-cia, consideran la librería como uno de los objetivos a destruir. Gian Galeazzo y Ginebra son sobriamente felices a pesar de las traiciones, complots, adulterios, guerras y asesinatos que les rodean y que intentan resolver. Sin embargo Juan Borgia, un joven que detiene el poder delega-do por su padre, y que no acepta negativas se encapricha de Ginebra. A partir de ese momento, padre e hija deberán enfrentarse al poder de sus protectores, los Borgia, para salvar su dignidad. Este es el inicio de unas gestas que llevarán a Gian Galeazzo a luchar junto al Gran Capitán por la conquista de Nápoles; a convertirse en fraile para derrocar a Savona-rola en Florencia; a salvar la vida de un hijo de César Borgia; a luchar contra naves corsarias en el Mediterráneo y finalmente a enfrentarse a la Inquisición y a la peste en Valencia.

11. El Profeso y el chamán: 630 páginas en formato A4, 208.964 palabras. Sinopsis: Fray Gian Galeazzo y su hija Ginebra Ruspoli se encuentran en la fabulosa biblioteca de su mansión neoyorquina leyendo el libro de historia Retratos, anécdotas de los linajes Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli de su descendiente Carlo Emanuele. Este libro fue una fuente documental para su anterior misión en pleno Renacimiento, donde los Ruspoli, aliados de los Borja, les ayudaron a superar algunas de las múltiples dificultades e intrigas que intentaron ahogarlos, en aras de deshacer la leyenda negra que rodea dos generaciones Borja, la del papa Alejandro VI y de sus hijos Juan, Cesar, Lucrecia y Godofredo. Atraídos por la extraordinaria figura de Emanuele Ruspoli, se dan cuen-ta que su muerte prematura a los sesenta y un año es debida a la  enfermedad de la diabetes,  bastante desconocida a finales del siglo XIX. Solo veinte años después de su muerte se descubre la insulina que transforma el porvenir de los diabéticos, pero las presencia de la insulina en hierbas medicinales, como los frutos de la Mormodica charantia o de la Gymnena sylvestre que son ampliamente utilizados en Siberia para tratar la diabetes, anima a Fray Gian Galeazzo a viajar a Roma en el si-glo XIX, tras la creación del reino de Italia, para ayudar a su descendien-te a aliviar sus síntomas y tratar de arrestar el progreso de su enferme-dad. Una copia del Códice Borgia indica a Gian Galeazzo que la solu-ción, para encontrar y reconocer los remedios naturales contra la diabe-tes, es consultar con un chamán. El Profeso inicia así un viaje iniciático, desde Roma hasta el corazón de Siberia, a fines del siglo XIX. El motivo aparente de su arriesgada travesía es conseguir ese  bálsamo milagroso que podría devolver la salud a su descendiente. Pero también lo impulsa el deseo de huir de una pesadilla recurrente a la que no halla explicación. Su búsqueda lo llevará al encuentro de Gabdulkhay Akhatov, uno de los últimos grandes chamanes siberianos. De su mano, Gian Galeazzo conocerá a los seres de un mundo invisible, que lo reconfortarán o le acecharán mientras se dirige hacia un destino ineludible y sorprenden-te. Fascinados por el exótico encanto de esos parajes vírgenes, acompañaremos al Profeso en su marcha por la senda del chamán, al encuentro de nuestra propia luz y nuestro poder interior latente. Fray Gian Galeazzo vivió también otra experiencia esotérica  en México que visitó en otra de sus misiones en calidad de antropólogo. Los encuentros iniciáti-cos con un nagual o brujo yaqui Hitebi Yaitowi  se relatarán en letra cursiva. El chamán (del idioma tungu, de Siberia, xaman o schaman, y éste del verbo scha, "saber"), es un individuo al que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva de esta, de manera que no responden a una lógica causal. Esto se puede expresar finalmente, por ejemplo, en la facultad de curar, de comunicarse con los espíritus y de presentar habilidades visionarias y adivinatorias. Es el término usado para indicar a este tipo de persona, presente principal-mente en las sociedades cazadoras y recolectoras de Asia, África, Améri-ca y Oceanía y también en culturas prehistóricas de Europa. En algunas culturas se cree también que el chamán puede indicar en qué lugar se encuentra la caza e incluso alterar los factores climáticos. He aquí algu-nas de las primeras enseñanzas de un chamán:
El poder reside en el tipo de conocimiento que uno posee. ¿Qué sentido tiene conocer cosas inútiles? Eso no nos prepara para nuestro inevitable encuentro con lo desconocido.
Nada en este mundo es un regalo. Lo que ha de aprenderse debe aprenderse arduamente.
Un hombre va al conocimiento cómo va a la guerra: bien despier-to, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir de cual-quier otra forma al conocimiento o a la guerra es un error, y quien lo cometa puede correr el riesgo de no sobrevivir para lamentarlo. Cuando un hombre ha cumplido estos cuatro requisitos -estar bien despierto, y tener miedo, respeto y absoluta confianza- no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones, sus acciones pierden la torpeza de las acciones de un necio. Si un hombre así fracasa o sufre una derrota, no habrá perdido más que una batalla, y eso no le provocará lamentaciones lastimosas.
Ocuparse demasiado de uno mismo produce una terrible fatiga. Un hombre en esa posición está ciego y sordo a todo lo demás. La fatiga misma le impide ver las maravillas que lo rodean.
Cada vez que un hombre se propone aprender tiene que esforzarse como el que más, y los límites de su aprendizaje están determina-dos por su propia naturaleza. Por tanto, no tiene sentido hablar del conocimiento. El miedo al conocimiento es natural; todos lo experimentamos, y no podemos hacer nada al respecto. Pero por temible que sea el aprendizaje, es más terrible la idea de un hom-bre sin conocimiento.
Enfadarse con la gente significa que uno considera que los actos de los demás son importantes. Es imperativo dejar de sentir de esa manera. Los actos de los hombres no pueden ser lo suficientemen-te importantes como para contrarrestar nuestra única alternativa viable: nuestro encuentro inmutable con el infinito.
Cualquier cosa es un camino entre un millón de caminos. Por tan-to, un guerrero siempre debe tener presente que un camino es só-lo un camino; si siente que no debería seguirlo, no debe permane-cer en él bajo ninguna circunstancia. Su decisión de mantenerse en ese camino o de abandonarlo debe estar libre de miedo o ambi-ción. Debe observar cada camino de cerca y de manera deliberada. Y hay una pregunta que un guerrero tiene que hacerse, obligato-riamente: ¿Tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. En cambio, un camino con corazón resulta sencillo: a un guerrero no le cuesta tomarle gusto; el viaje se hace gozoso; mientras un hombre lo sigue, es uno con él.
Existe un mundo de felicidad donde no hay diferencia entre las cosas porque en él no hay nadie que pregunte por las diferencias. Pero ése no es el mundo de los hombres. Algunos hombres tienen la arrogancia de creer que viven en dos mundos, pero eso es pura arrogancia. Hay un único mundo para nosotros. Somos hombres, y debemos transitar con alegría el mundo de los hombres.
El hombre tiene cuatro enemigos naturales: el miedo, la claridad, el poder y la vejez. El miedo, la claridad y el poder pueden su-perarse, pero no la vejez. Su efecto puede ser pospuesto, pero nunca vencido.

12. El Profeso y el opio: 564 páginas en formato 14,8 x 21,1 cm., 176.516 palabras. Sinopsis: En esta duodécima entrega de la saga, Fray Gian Galeazzo Ruspoli asume el papel de William Douglas, marinero del clan homónimo que originó en el siglo IX la dinastía Marescotti Ruspoli en Italia, y regresa a Extremo Oriente. William Douglas echa sus raíces en la China del siglo XIX, creando un imperio comercial en una epopeya que tiene su telón de fondo la hegemonía de los piratas en los mares de China, las guerras del opio, las rebeliones, la corrupción de la corte  y las astutas maquinaciones de la emperatriz viuda. Gian Galeazzo tendrá un papel doble, tanto de fundador del comercio, como años después de hijo, y en esta etapa contará con la valiosa colaboración de su mujer Ileana, en el papel de Herzeloyde Douglas y de su hija Ginebra, en el de Acheflow Douglas  así como su mayordomo Flash Gordon en el de Theobald Douglas. Una dinastía inglesa echa sus raíces en la China del siglo XIX, y funda un gigantesco imperio comercial en una epopeya que tiene como telón de fondo la guerra del opio, la rebelión de los Taiping y las astutas maquinaciones de la emperatriz viuda. El marinero escocés William, miembro del Clan Douglas  (este es el disfraz elegido por Fray Gian Galeazzo) llega a China en un buque inglés que hacía la ruta de las Indias Orientales, acompañando a una delegación comercial que le ha contratado sólo porque sabe hablar manchú. Lo que ofrecen estos traficantes es la venta de opio de la India. La misión fracasa cuando los manchúes rechazan la oferta, y Douglas es secuestrado por los piratas del Loto Blanco. Douglas se convierte en amante de su antigua esclava, compañera del jefe de la secta, y tras muchas peripecias consigue que el emperador manchú le conceda el monopolio del comercio marítimo. Años después, la firma escocesa Douglas es rica y poderosa, y Archibald, uno de los hijos del fundador, denuncia los estragos que causa el opio. Los traficantes ingleses son detenidos, y el gobierno de su majestad bri-tánica inicia las hostilidades contra los manchúes. Estalla la guerra del opio. Archibald y su hermano Theobald, súbditos leales del emperador manchú, combaten contra sus antiguos compatriotas. Los manchúes pierden la guerra y los británicos conquistan Hong Kong y los privile-gios que ambicionaban. Igualmente, el emperador manchú premia la lealtad de Archibald otorgándole el título de mandarín. El mandarín es-cocés y su familia serán protagonistas de todas las alternativas posterio-res de la historia china: la feroz rebelión Taiping, encabezada por un fanático que dice ser hijo de Dios y hermano de Jesús; la quema del pa-lacio de verano de Pekín durante una nueva guerra contra ingleses y franceses; las intrigas en el palacio y el harén imperiales, que culminan con la entronización de la emperatriz viuda; las torturas y decapitacio-nes de rebeldes y conspiradores; la intervención de ejércitos mercenarios; el auge de los señores de la guerra y las bandas tribales. Una nove-la pródiga en acción y aventuras, que recrea la opulencia y la sórdida miseria de las ocho tribus manchúes. Los episodios más deslumbrantes, violentos y decisivos de la historia china del siglo XIX, entretejidos con la saga de una dinastía escocesa que construyó su imperio comercial bajo la dominación manchú.

13. El Profeso y la yakuza: 575 páginas en formato A4, 179.610 palabras. Sinopsis: Fray Gian Galeazzo Ruspoli, caballero experto en artes marciales y sabiduría esotérica, entre muchos otros atributos, po-see poderes paranormales que le convierten casi en la única persona ca-lificada para enfrentarse a una siniestra organización cuyo objetivo es dominar la economía mundial. La clave de esta conspiración se halla en la Villa Nebulosa, remoto paraje de la selva vietnamita y reino privado de Khun Sa, un perverso traficante de armas que, además, controla el ne-gocio del opio a escala internacional. Khun Sa está dispuesto a conseguir sus designios, y su poderío se basa en un arma secreta que puede reducir a escombros las principales ciudades del mundo. Con la ayuda de su fiel colaborador y mayordomo de su mansión de Nueva York, el ex policía Flash Gordon, Gian Galeazzo tendrá que superar innumerables obstáculos y peligros mortales para llegar a la Villa Nebulosa, ojo del huracán que se cierne sobre el mundo... El Sr. Gordon participa por se-gunda vez consecutiva en una misión del Profeso. El Profeso y la yakuza, es una historia que puede considerarse casi como una continuación o una consecuencia de la anterior novela de la saga El Profeso y el opio, pero se lee como una novela independiente, pletórica de intriga y acción. Con su habitual destreza narrativa, el autor plasma un frenético universo de violencia, riesgo y sexo, genuino lado oculto del caótico y ardiente mundo en que vivimos. La acción de esta novela se desarrolla entre Bir-mania, EUA, Japón, China, Reino Unido e Italia.

14. El Profeso y la parapsicología: 520 páginas en formato A4, 179.321 palabras. Sinopsis: Tras regresar de su misión en Siberia, efectuada durante unos años en la segunda mitad del siglo XIX, Giangaleazzo Ruspoli, el caballero Profeso de la Orden de San Juan de Jerusa-lén, había conseguido perfeccionar el ansiado conocimiento de sí mismo y de sus facultades mentales. Había aprendido de los lamas tibetanos, de los brujos indios mesoamericanos, de los chamanes siberianos  y se había convertido él mismo en chamán y viajante astral y físico del espacio y del tiempo. Al volver a su mansión de Nueva York para reunirse con su mujer Ileana y su hija Ginebra hacia el final de la década de los mil novecientos ochenta, se reincorpora a sus dos actividades preferidas, la Fundación para La Paz que preside y la empresa internacional de investigaciones submarinas DIMS perteneciente a su holding industrial Douglas, de la que es director de Proyectos Especiales.  El señor Gordon, mayordomo y administrador de la mansión, colabora con Giangaleazzo y su Fundación o empresas esporádicamente, sin descuidar sus obligaciones principales. Sin embargo, el Profeso empieza a advertir, con sus asombrosas y perfeccionadas facultades mentales, que hay un gran estremecimiento en la fuerza mental que controla la humanidad y que po-dría ser causante de una nueva guerra secreta entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en aquel tiempo casi al final de la guerra fría que tanto afectó al mundo de la OTAN y al del Pacto de Varsovia desde el fin de la segunda guerra mundial. Decide entonces emprender una nueva misión para averiguar la magnitud del problema del posible perfeccionamiento de una tecnología mucho más misteriosa y potencialmente amenazadora que la Guerra de las Galaxias: el control de la mente humana, una téc-nica o un conjunto de técnicas encaminadas a la modificación de los procesos mentales de los individuos. Para ello, Giangaleazzo, por medio del acuerdo de colaboración permanente entre su Fundación y los servicios secretos estadounidenses, se convierte en jefe de un nuevo departamento ultra secreto de Ciencias del Comportamiento de la CIA y des-cubre a una vidente que de alguna manera puede señalar la localización exacta de los submarinos soviéticos en el Océano Atlántico. Pero, cuan-do la mujer es asesinada por un despiadado agente de la KGB, Giangaleazzo empieza a sospechar que la han matado para mantener a la CIA apartada de un revolucionario descubrimiento soviético, que permitiría pronto a la KGB controlar los pensamientos y emociones hasta del Presidente de los Estados Unidos...

15. El Profeso y el dragón: 684 páginas en formato A4, 201.247 palabras. Sinopsis: Fray Giangaleazzo Ruspoli, caballero sanjuanista experto en artes marciales y sabiduría esotérica, entre muchos otros atributos, ha adquirido a lo largo de sus misiones unos poderes para-normales que le convierten casi en la única persona calificada para en-frentarse a las siniestras organizaciones cuyo objetivo es dominar la economía mundial. Sus conocimientos de meditación trascendental cuántica le permiten viajar en el tiempo. Su Fundación para la Paz (FFP) en Nueva York, de la que su creador Giangaleazzo es presidente y pa-trono, al igual que su hija, amplía la obra humanitaria y hospitalaria de la Orden de Malta y trabaja incesantemente para erradicar el terrorismo y el crimen. Con el respaldo del conglomerado de empresas Douglas International, tiene recursos casi ilimitados para dotarse de los medios humanos, equipos tecnológicos, armas, vehículos terrestres, marinos y aéreos necesarios para enfrentarse a las peores amenazas de la era con-temporánea. La Fundación mantiene acuerdos de colaboración con ser-vicios de inteligencia de varios países. Destaca en Estados Unidos la Douglas International Marítima y Submarina (DIMS), perteneciente al holding Douglas, una prestigiosa empresa cuyo presidente es el sagaz almirante Martin Sheen IV, que se entronca con la familia Douglas - Ma-rescotti- Ruspoli por matrimonio. Giangaleazzo Ruspoli siempre prefiere asumir las funciones operativas de sus empresas y solo preside su Fundación. Un accidente nuclear en el Pacífico revela la existencia de un grupo ultra secreto japonés, cuyo objetivo es chantajear a Occidente, bajo amenaza de colocar bombas atómicas en puntos neurálgicos y asegurar la hegemonía comercial de Japón en todo el planeta.  Sin embargo, Fray Giangaleazzo Ruspoli y su fiel amigo y mayordomo, el ex policía Flash Gordon se convertirán en los únicos factores humanos capaces de neutralizar el peligro que se cierne sobre el mundo.  El Profeso y el dragón es una novela de alta tensión, cuya trama es casi una continuación de la anterior aventura, El Profeso y la yakuza. La obra literaria, cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres se lee como una novela independiente, no ofrece respiro al lector y confirma al autor, Carlo Emanuele Ruspoli,  como uno de los más cualificados ex-ponentes actuales del género de novelas históricas de aventuras. La trepidante acción de esta novela se desarrolla entre Alaska, Washington, Océano Pacífico, Los Ángeles, Filipinas, Las Vegas, Palaos, Japón, Alemania…

16. El Profeso y la masonería: 901 páginas en formato 14,8 x 21,1 cm., 290.660 palabras. Sinopsis: En la polvorienta ciudad de Doha, en el emirato de Qatar, una banda de fanáticos terroristas ha sitiado la em-bajada norteamericana y amenaza con hacer una sangrienta matanza si no se accede a sus condiciones. En el Departamento de Estado de Washington, el congresista por accidente de Wyoming y patrono por vocación de la Fundación para la Paz, el antiguo Profeso de la Orden de San Juan de Jerusalén Fray Giangaleazzo Ruspoli - de unos cuarenta y po-cos años en esta ocasión, experto del mundo árabe por haber trabajado en él durante mucho tiempo y con dominio del idioma - se ofrece en se-creto para ir a solucionar el conflicto. Es la última esperanza del Departamento de Estado, mientras el plazo dado por los terroristas llega a su fin. La Fundación para la Paz (FFP) en Nueva York, de la que su creador Giangaleazzo es presidente y patrono, al igual que su hija Ginebra, am-plía la obra humanitaria y hospitalaria de la Orden de San Juan de Je-rusalén y trabaja incesantemente para erradicar el terrorismo y el crimen mundial. Con el respaldo del conglomerado de empresas Douglas International, la Fundación tiene recursos casi ilimitados para dotarse de los medios humanos, equipos tecnológicos, armas, vehículos terrestres, marinos y aéreos necesarios para enfrentarse a las peores amena-zas de la era contemporánea. La Fundación mantiene acuerdos de colaboración con los servicios de inteligencia de varios países. Destaca en Estados Unidos la Douglas International Marítima y Submarina (DIMS), perteneciente al holding multinacional Douglas, una prestigiosa empresa cuyo presidente es el sagaz almirante Martin Sheen IV, que entronca con la familia Douglas - Marescotti- Ruspoli por matrimonio. Gianga-leazzo Ruspoli siempre prefiere asumir las funciones operativas de sus empresas y solo preside su Fundación. Precisamente es el almirante Martin Sheen, nativo de Wyoming, que involucra a Giangaleazzo en la política. Así empieza la nueva odisea de Giangaleazzo Ruspoli, un hombre supuestamente tranquilo que intenta vivir con su hija en su man-sión misteriosa y externamente destartalada - para proteger su intimi-dad- de Manhattan en New York, o en su curioso hangar-loft de Washington con su colección de vehículos terrestres, marinos y aéreos antiguos o en su nueva residencia de Wyoming. Un hombre sin mayo-res ambiciones políticas, con vocación humanitaria heredada de la Orden de San Juan, que se ve lanzado de repente al sangriento escenario de la locura terrorista. Trabajando solo en un mundo de pesadilla, se convier-te en un héroe desconocido para el mundo, como a él siempre le ha gustado. Él ha puesto como única condición para en-cargarse de la peligrosa misión el anonimato, como en casos anteriores, y su único deseo es terminar con éxito para volver de nuevo a su apacible vida privada con su hija Ginebra. Ileana, su mujer, lleva muchos años desaparecida o fallecida por lo que Giangaleazzo piensa en rehacer su vida. Pero para Giangaleazzo Ruspoli aquella nueva tarea será sólo el principio. Un año después, su participación en el asunto de Doha salta a la primera pági-na de los periódicos de todo el mundo, filtrada por alguien desconocido. En los Estados Unidos aquella noticia empuja a Giangaleazzo Ruspoli al primer plano de la política, lo cual él nunca buscó ni deseó, mientras un peligroso grupo terrorista, al conocer su identidad, le busca para vengarse. Esta vez, Giangaleazzo mantiene con acierto a su hija Ginebra y a su fiel mayordomo Gordon alejados del peligro y de las intrigas, en su mansión secreta de Manhattan que seguirá siendo su refugio. En este nuevo episodio, Giangaleazzo volverá a encontrarse con su gran amigo, compañero y socio de la etapa de ingeniería y construcción, el arquitecto judío norteamericano Daniel Baremboin que le ayudará repetidamente y Zoraya Bou Rached, una guapa compañera agente secreta de la CIA que le auxiliará también y se convertirá paulatinamente en su nueva pareja. Cada vez se ve con más claridad que existen fuerzas secretas de la ma-sonería y otras en Norteamérica con un inimaginable poder a su dispo-sición, en cuya agenda figura el nombre de Giangaleazzo Ruspoli. ¿Llegará a la presidencia o la muerte interrumpirá su carrera? En esta disyuntiva está también en juego el destino de la nación...

17. El Profeso y los coptos, en preparación. Sinopsis: La decapita-ción de cristianos egipcios a manos de la Yihad ha puesto el foco informativo sobre el pueblo de los coptos. Son los mártires del siglo XXI, pro-clamados por Su Santidad el papa Francisco I. El descubrimiento extra-ordinario de una tumba de oro bajo el suelo de la cripta de la iglesia más antigua de Egipto de San Sergio, en el barrio copto de El Cairo, donde vivió escondida la Sagrada Familia durante  tres meses, necesita una confirmación que solo se encuentra en España, en el monasterio del Es-corial. ¿De quién es la tumba?  ¿Acaso podría ser la de Federico Hohenstaufen, el rey de Sicilia quien quiso ser enterrado en ese lugar? ¿Se pue-de dar la noticia al mundo en medio de tanta inseguridad? Los robos de un manuscrito religioso único del siglo VI en el museo copto de El Cairo y de otro en el monasterio de Santa Catalina en el Sinaí, que depende del patriarcado griego ortodoxo de Jerusalén, obligan a Sus Beatitudes los patriarcas de Alejandría, el papa copto Teodoro II y al de Jerusalén, Teófilo III a solicitar ayuda a Francisco I. ¿Quién está detrás de estos ro-bos, seguramente por encargo? Parece obra del Imam, pero el Imam está muerto, fue ejecutado, ¿o no? Hace falta encontrar un hábil investigador de la Iglesia, alguien que conozca la historia de esa gran civilización cris-tiana y sienta respeto por ella. Este es el marco en el que tendrá que desenvolverse el Profeso, Giangaleazzo Ruspoli, para recuperar los manuscritos robados y para hacer justicia, antes de que el hallazgo de la tumba sea desvelado a la comunidad cristiana y al mundo, despertando nuevas amenazas. Esta nueva entrega, la décimo séptima de la serie es la continuación de El Profeso y la masonería, pues Giangaleazzo, ahora vicepresidente de los Estados Unidos de Norteamérica, ayudado por su inseparable compañera Zoraya acudirá a la llamada del Papa, a título personal por obvias razones, para recuperar los manuscritos robados y hacer justicia a los coptos. Sin embargo los acontecimientos se encorvarán de forma terrible, involucrando a su hija Ginebra y a su fiel colabo-rador Flash Gordon. 



Por último hay que señalar otra novela histórica ambientada des-de la edad media hasta la moderna, El Confaloniero, cuyo personaje principal, Galeazzo Marescotti, héroe de Bolonia, por sus extraordina-rias virtudes, es el inspirador del personaje de Fray Gian Galeazzo Rus-poli. Los Marescotti se entroncaron con los Ruspoli en la edad moderna y los Ruspoli actuales descienden de ellos. Más que una novela histórica se trata de historia novelada, porque la vida de Galeazzo Marescotti es rigurosamente cierta y documentada, en particular en el libro de historia Retratos, Anécdotas y secretos de los linajes Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli del mismo autor, editado por la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía en mayo de 2011. Otro libro de historia, Los Bellegarde de Saint-Lary ya terminado, se editó digitalmente y se publicará en papel con la misma Academia. Antes de terminar, quiero señalar otros dos libros, Orientalia, un análisis antropo-lógico de una treintena de países de Oriente, y la Comunidad de Pro-pietarios, un libro divertido sobre mis experiencias como arquitecto, aún inédito.

18. El Confaloniero. 535 páginas en formato A5, 88.300 pala-bras. Sinopsis: es la epopeya medieval vivida por un poderoso linaje italiano de origen escocés, los Marescotti, descendiente del clan Douglas. El primero del linaje, Mario Escoto, hermano de Guillermo, conde Dou-glas y primo del Rey de Escocia, fue valido del emperador Carlomagno, salvó la vida al Papa León III, fue declarado Defensor de la Fe, nombrado Caballero Aurato, Senador de Roma, etcétera y hasta recibió el Anillo del Pescador en agradecimiento a su heroísmo. El emperador Carlomagno en agradecimiento a sus servicios militares le otorgó el rico feudo del condado de Bagnocavallo. El relato de las hazañas de los Marescotti abarca un periodo de seis siglos, al principio con los relatos de su con-dado y luego en Bolonia, y en el mismo hay temas de religión, historia, política, duelos, batallas, arquitectura, medicina, retos, desafíos, magia, esoterismo, superstición, locura, traiciones, torturas, reliquias, amor, etcétera. Los Marescotti, además, fueron los pioneros en Italia a estable-cer una relación especial con los judíos en la época feudal, acordando su plena integración en la vida pública del condado. 


Finalmente, para mayor detalles acerca de todos mis libros, nove-las históricas, relatos cortos, cuentos, arqueología, biología, cultura, economía, esoterismo, genealogía, grandes músicos, historia, ingeniería, juegos de naipes, jurisprudencia y legislación, marketing, política, vida sana, etcétera, recomiendo la lectura de mis blog que cuentan con más de 50.000 lectores y más de 800 artículos.

https://carloemanueleruspoli.blogspot.com
https://elprofesoylamonja.blogspot.com
https://hijadelprofeso.blogspot.com
https://retratosdeceruspoli.blogspot.com
https://fraygiangaleazzo.blogspot.com


Mis datos figuran también en las web que se reseñan a continua-ción:
https://sites.google.com/a/carloruspoli.com/www/
http://www.carloemanueleruspoli.com/

Este es el listado de mis PUBLICACIONES:
(En negrita mis libros y las revistas; la lista de artículos, más ex-tensa, debe considerarse como una muestra).

I. "Conceptos generales sobre el comercio exterior de Espa-ña."(Ingeniería Química, 2/81). 
II. "Las Comunidades Europeas y el efecto del ingreso espa-ñol.”(Ingeniería Química, 9/84).
III. "Tipos de contratos en ejecución de industrias." (Alimentación, Equipos y Tecnología, XI/XII- 1986).
IV. "Actividades de la sección de tuberías en una sociedad de ingenie-ría." (Alimentación, Equipos y Tecnología, III/IV- 1988).
V. “Budapest, un día por los caminos de Raúl Wallemberg.” (Hospi-talarios, XII- 2001).
VI. “Desigualdad y tele-visibilidad.” (La Galera, I- 2002).
VII. Los Marescotti Ruspoli (Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía (RAMHG)  Web y Anales de la Real Academia).
VIII. San Francisco de Borja, Patrono de la nobleza española. (R.A.M.H.G. Web y Anales de la Real Academia).
IX. Don Emanuele Ruspoli, I principe di Poggio Suasa. (R.A.M.H.G. Web y Anales de la Real Academia).
X. Una docena de artículos históricos en La Moda en España. Cola-borador de la revista.
XI. "Retratos. Anécdotas y secretos de los linajes Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli" (2011 Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía). ISBN 9788488833068 y edición digital. (Kindle de Amazon).
XII. "Asesinato en el Letrán” (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.) ISBN 9781463317607 & ISBN 9781463317614. Edición papel y digital.
XIII. "El Confaloniero" (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.) ISBN 9781463317669 & ISBN 9781463317676. Edición papel y digital.
XIV. "El Profeso. Una epopeya de un héroe en la Edad Media" (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.) ISBN 9781463317485 & ISBN 9781463317508. Edición papel y digital.
XV. "El Profeso en Tíbet" (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.) ISBN 9781463317683 & ISBN 9781463317690. Edición papel y digital.
XVI. "Muerte de Profesos" (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.) ISBN 9781463317638 & ISBN 9781463317645. Edición papel y digital.
XVII. "Orientalia. Antropología, cultura, religión, historia y leyen-das de Oriente" (2012 Palibrio, Indiana, EE.UU.). ISBN 9781463317829 & ISBN 9781463317836. Edición papel y digital (Kindle de Amazon).
XVIII. “Los Bellegarde de Saint Lary. Un linaje de Saboya por el mundo”, edición digital. (Kindle de Amazon), pendiente de publi-car con la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía.
XIX. “El Profeso y el diablo”, edición digital. (Kindle de Amazon), pendiente de publicar.
XX. “El Profeso y la monja”, edición digital. (Kindle de Amazon), pendiente de publicar.
XXI. “El Profeso y el Emperador”, edición digital. (Kindle de Amazon), pendiente de publicar.
XXII. “La hija del Profeso, edición digital. (Kindle de Amazon), pen-diente de publicar.
XXIII. “El Profeso y el Grial”, edición digital. (Kindle de Amazon), pen-diente de publicar.
XXIV. “El Profeso y los Borgia”, publicado por Trigo Ediciones, 10/2014, ISBN 978-84-89787-51-3.
XXV. “La Comunidad de Propietarios”, pendiente de publicar.
XXVI. “El Profeso y el chamán”, pendiente de publicar.
XXVII. “El Profeso y el opio”, publicado por el grupo editorial Sial Pigmalión, 6/2014, ISBN 978-84-15916-60-04.
XXVIII. “El Profeso y la yakuza”, pendiente de publicar.
XXIX. “El Profeso y el dragón”, pendiente de publicar.
XXX. “El Profeso y la masonería”, publicado por el grupo editorial Sial Pigmalión, 11/2014, ISBN 978-84-15916-79-6.
XXXI. “Crónicas de mi blog”, edición digital de una selección de cien artículos disponible en el mismo blog.
XXXII. “El Profeso y la parapsicología”, publicado por el grupo editorial Sial Pigmalión, 5/2015, ISBN 978-84-16447-11-4.
XXXIII. “El Profeso y los coptos”, en preparación.

Esta presentación se actualiza periódicamente. La novela “El Profeso y el opio” recibió el premio Escriduende 2014 de novela histórica en la Feria del Libro de Madrid y la “El Profeso y la masonería” ha sido galardonada con el premio literario internacional Rubén Darío 2015. La hija del Profeso ha recibido el premio internacional de literatura de la editorial Sial-Pigmalion.
A continuación, las portadas de algunos de los libros:







 

 
 

 

 








 


lunes, 18 de mayo de 2020

El otoño dorado de la gente mayor

Al principio de la pandemia, una familia de buenos amigos quedo seriamente afectada. Algunos miembros de la misma tuvieron que ser hospitalizados, y uno de ellos estuvo a punto de morir. Al principio del ingreso en la UVI de la madre, su marido estuvo varias horas esperando en el hospital y se dio cuenta que muchas personas mayores llegaban huyendo de la eutanasia pasiva. Este artículo es un tributo a la gente mayor que ha muerto por el Covid-19. 


EL OTOÑO DORADO, LA VEJEZ.

La vejez, como cualquier otro aspecto de la vida siempre aceptará miradas múltiples y contradictorias. Todos los seres humanos deseamos tener una vida larga, pero casi nadie quiere ser viejo. En nuestra sociedad hacemos todo lo posible por no envejecer, o mejor dicho, por parecer que no envejecemos pues los cambios se realizan, principalmente, en el aspecto externo de nuestra forma. Necesitaríamos comprender y asumir que el contenido de la vida, no viene de fuera, sino de dentro. Cuando hacemos este cambio entendemos que los bienes, la fuerza y la belleza no se limitan a la juventud, están presentes en las otras etapas de la vida, lo que sucede es que se presenta de distintas formas, teniendo en algunas más visibilidad la vida espiritual que la vida física. La creencia de nuestra sociedad en la que impera principalmente lo material y lo productivo, construye en torno al proceso de envejecimiento una imagen cargada de connotaciones negativas, asociándose a enfermedad, pasividad, deterioro, dependencia, falta de productividad y carga social. Consideramos casi un insulto decir que alguien es viejo. Es cierto que en el proceso de envejecer se dejan a un lado algunos aspectos vitales de la persona, y esto es inevitable pero, como todo lo que sucede en la vida, viene acompañado de un profundo sentido. En nuestros días, la idea acerca de la vejez se construye también sobre el miedo colectivo que asocia la vejez con la muerte. Es la muerte lo que da significado a un tiempo de la vida que se caracteriza por su proximidad a ella, pero el envejecimiento puede ser entendido no ya como una meta a la que se llega a una determinada edad, sino como todo un proceso que discurre a lo largo de la existencia (somos cada día un poco más viejos).

Cuando en la vida se producen momentos de debilitamiento de la forma ya sea por la vejez o por cualquier otra circunstancia vital, una enfermedad, un trauma físico o emocional se presenta una gran oportunidad para el despertar espiritual, es decir, para poner fin a la identificación de la conciencia con la forma. El gran obstáculo con el que nos encontramos en nuestra sociedad es que nos hemos alejado casi por completo del mundo del espíritu abandonándonos casi exclusivamente al mundo de las formas. Y cuanto más ignoramos esa parte, mayor es nuestro sufrimiento respecto a todos los sucesos que la vida nos presenta, a la vejez, que es el tema que nos ocupa y a la muerte; por eso afrontamos la vejez escondiéndola, como también hacemos con la muerte. Creamos asilos y residencias para alojar a los ancianos apartándoles de la sociedad ya que con el apresurado ritmo de vida que hemos generado, prisas, exceso de trabajo y obligaciones no hay tiempo ni espacio para acompañar verdaderamente a los mayores. Consideramos que su ritmo es lento, cuando lo obvio es que el nuestro es demasiado rápido. La paciencia y espera nos desespera. Al no entender en qué consiste este proceso, en ocasiones los tratamos como a menores de edad necesitados de protección y tutela disminuyendo su capacidad de respuesta, su responsabilidad. Son adultos que precisan apoyo y acompañamiento respetuoso para integrar sus procesos físicos, emocionales y espirituales, para que puedan hallar sus propias respuestas. El acompañamiento sería adecuado realizarlo de igual a igual para no empequeñecer al otro, porque en verdad, las dos partes aprenden en la relación, siempre es así. En momentos en los que haya dificultades para comunicarnos con ellos, si nuestra mente y corazón están en paz, un sencillo gesto, mirada y nuestro silencio hablará por nosotros. No es necesario hablar. Por eso niños y ancianos se entienden bien.

Tenemos miedo porque no comprendemos el significado que la vida tiene en el proceso de envejecer y por eso no somos capaces de crear espacios adecuados para atravesar esa época de la vida en la que el aspecto espiritual se hace más visible y necesario. Quizá, porque en esa etapa lo que considerábamos que era nuestra mayor meta, va careciendo de sentido: acumular, poseer, tener poder, satisfacer mis deseos, proteger y cuidar de otros, sentir placer, tener éxito etc. Todas estas acciones van encaminadas a realizar un movimiento hacia el exterior para reafirmar nuestro pequeño ego, pero en la vejez, ese movimiento hacia afuera va perdiendo fuerza y es precisamente por ello cuando la dimensión espiritual puede verse con más claridad. Va surgiendo algún impedimento físico y se produce un desgaste de los sentidos: tengo menos oído, menos visión, menos capacidad de estar hacia afuera y más capacidad de estar hacia mí. La comunicación con lo externo va descendiendo, las ventanas abiertas al mundo, que son los órganos de los sentidos, se van cerrando y no hay más opción que entrar en el mundo interior. Si no hay facilidad para moverse, oír o ver, el mundo externo se achica y el interior se agranda, surgen preguntas. Estos acontecimientos pueden ser el comienzo del movimiento de retorno al Ser y de la disolución de la forma, del ego.

Consideramos que el único movimiento posible siempre se realiza hacia fuera, hacia el exterior, pero hay uno más profundo y es el movimiento hacia dentro, hacia el interior, pues desde ahí es donde se origina el verdadero cambio, la verdadera transformación. Y a medida que la dimensión del espíritu se hace más evidente y el impulso interior se va intensificando, aquello que nos atraía hacia lo externo se va diluyendo, o al menos no tiene la misma fuerza. Por ello, en algunas culturas, se veneraba y respetaba a los ancianos, los mayores. Se les consideraba los depositarios de la sabiduría aportando así una dimensión más profunda y vital, necesaria para su comunidad. Convivir con ellos no se veía como una carga sino como un privilegio. En las sociedades de tradición oral, el anciano servía de elemento fundamental en la preservación y transmisión del saber y de las costumbres, mientras que ahora, ya hay todo un mundo de información y comunicaciones impresas o virtuales y la fijación del «saber» permite prescindir de esa memoria frágil y arbitraria que es el ser humano. Estamos inmersos en los valores dominantes de una sociedad caracterizada por la necesidad de una generación fugaz de nuevos conocimientos y habilidades «tecnológicas», en donde los ciclos de cambio generacional se acortan cada vez más rápidamente y dan lugar a una mayor distancia entre generaciones. Confundimos el saber, la inteligencia de la mente, con la verdadera Sabiduría fruto de la comprensión de lo que realmente somos.

Por todo ello, asistimos en nuestras modernas sociedades, identificadas con las formas, ignorando la dimensión espiritual, a que la palabra viejo contenga muchas connotaciones despectivas y negativas. Equivale a inútil, no productivo, porque las principales actividades de los seres humanos, del ego o mente pensante se centran en el hacer. Y en esta etapa de la vida el foco se desplaza del hacer al ser. Y ahí empieza el problema, pues la mente no sabe qué hacer con el ser. ¿Para qué sirve? se pregunta. Sabemos mucho del hacer pero poco del ser. El no hacer es sinónimo de perder el tiempo y el movimiento hacia dentro no es considerado productivo. Las limitaciones de la forma que se producen en los procesos de envejecimiento pueden ayudarnos a encontrar el propósito más importante del ser humano, la apertura al espíritu pues, lo que se pierde en el nivel de la forma se gana en el nivel de la esencia. Podemos empezar a descubrir, quizá no por primera vez, que la naturaleza de la formas es inestable y que la hemos sobrevalorado, perdiéndonos y aferrándonos a ellas. La vejez es un tiempo de ir desprendiéndonos de todo el equipaje. Si no lo hacemos, y seguimos identificándonos solo con el hacer, viviremos una vejez difícil, pues la gradual pérdida de facultades, de vitalidad de energía se convertirá en una cárcel para el pequeño yo. Como añadido, este yo, la mente dual, enfoca su atención en lo negativo, en las creencias negativas que al respecto de la vejez haya ido acumulando en su memoria, (individual y colectiva) y permanecerá atrapado en la lucha y el miedo a morir.

Si no nos identificamos con ese momento vital podremos transformarnos realizando una apertura al reino del espíritu, volvernos luminosos, radiantes y, a pesar de que nuestro cuerpo presente ya unas formas desgastadas por el paso del tiempo, seremos transparentes a la luz de la conciencia. Nuestra mirada reflejará que estamos en paz con la vida, seremos más jóvenes acercándonos cada día más desde el tiempo a la eternidad. Si pudiéramos realizar esos descubrimientos en cualquier instante o circunstancia que nos presente la vida, la vejez sería valorada como una época en la que se intensifica el proceso de despertar. Un tiempo de preparación para realizar, conscientes, el camino de vuelta a casa. Los últimos años de nuestra vida pueden ser los más felices, los más plenos ¿por qué no? El secreto de vivir bien esa ancianidad es, que en ella se precisa sabiduría, coraje, compasión y de manera especial, desprendimiento. En una época en la que se sobrevalora lo joven, es bueno afirmar que ser viejo es ser un dorado otoño, vivir días de cosecha. Damos al mundo lo que hemos aprendido, nuestro legado. El otoño dorado de la existencia se vive sin importar para nada todo aquello que tendremos que dejar en nuestra posterior partida.

Para entender la grandeza de esta estación podemos recordar el poema Zen que dice: «Los árboles meditan en invierno, gracias a ello, florecen en primavera, dan sombra y frutos en verano y se despojan de lo superfluo en el otoño». Las criaturas mortales somos similares a los árboles; florecemos en primavera, damos frutos en verano y, llegado el otoño de la vida, nada superfluo nos debería atar; disfrutar el presente tras haber dejado el legado de nuestra primavera. Entramos en la estación en la que nos despojamos de todo lo banal, quizá de todo aquello por lo que nos esforzamos tanto en la juventud. Si acepto la vida tal como es y la acojo, me vuelvo profundamente espiritual. Envejecer es una etapa de nuestra existencia, del viaje del alma, pero lo que en verdad somos, permanece oculto en las formas aunque no es tocado por ellas. Envejecer es comenzar de nuevo y nacer de nuevo. Al vivir con conciencia, nuestra vejez será también más consciente, un otoño dorado y solo así podremos comprenderla, convertirnos en modelo de vida para los demás. Solo así podremos respetarla, compartirla, hacerla más visible y digna.

No es tiempo de querer enseñar a los mayores, más bien de aprender de sus experiencias vitales y de acompañarles en su retorno al origen. La senectud, por tanto, no es una lenta extinción y declive, es una progresivo volver a enrollar lo desarrollado durante la vida, haciendo que la vida adquiera sustancialidad, sentido y significado. Saber mirar al cielo y ver su belleza insuperable, con la esperanza de que el alma pueda traspasar esa grandeza infinita y saber también mirar a la tierra que acogió nuestra forma perecedera, donde nuestra materia se igualará con su esencia, se disolverá en ella después de haber realizado el recorrido entre el nacer y el morir. En estos últimos meses han sido muchos los ancianos que han partido, algunos por eutanasia pasiva. Una silenciosa pero enérgica llamada de atención para los que se quedan, un último legado para que cada uno de nosotros descubra su significado.

Estas reflexiones han recibido varios comentarios favorables en las redes. Reproduzco a continuación, por su interés,  un mensaje que mi buen amigo Manuel de Vicente me ha enviado. 

El otoño dorado, la Vejez
Reflexiones para Carlo Ruspoli



He releído tu reflexión pero no me he visto reflejado en ella. Pienso de forma distinta.
En la vejez se decanta el camino andado de nuestra vida. La vejez es una aventura personal. He leído las reflexiones de Séneca y de Cicerón sobre la Vejez que me han ayudado a entender mejor esta etapa de la vida. Estoy cerca de ellos. Siempre me he sentido estoico pero ahora vivo, a la vez, como estoico y como epicúreo.

Para mí, mi vejez es una época gloriosa. Nunca he sido más feliz. Los achaques y la decadencia física me aproximan, todos los días, a mi final, pero no sólo no los rechazo, sino que los recibo como mis amigos. Es difícil ser orgulloso siendo viejo. Para mí, los días son luminosos. Nunca pienso que es un día menos en mi vida, sino un día más para disfrutar de la vida. Ahora sólo hago lo que siempre he querido hacer y no he podido. Tengo, todos los días, muchas horas de soledad fructífera. Pero esta soledad no me aleja de los demás; cada vez soy más comprensivo y más compasivo con todos los demás. El corazón se me ha hecho más grande y me cabe más gente. 

La vejez nos rodea de muertos, mientras nos llega el momento de unirnos a ellos. Al repasar nuestra vida, son muchos más los que nos faltan que los que ahora tenemos. Eso nos da un sentido de fragilidad vital, de que nuestro mundo se desmorona. Los que se han ido nos han dejado lo mejor de cada uno. Yo me siento abrigado por los familiares, los amigos y las personas que he querido. El mundo de mi vida se va desvaneciendo, pero yo me siento más fuerte y sólido que nunca. Me invade una suave tranquilidad cuando recuerdo a cualquiera de los que me faltan. Ahora, en mi despacho, me rodeo de fotografías de los que formaron parte de mi vida pasada, que siempre estarán junto a mí. No los he perdido, están conmigo. Es más, son yo. No me siento solo. Mi soledad está llena y acompañada.

Estoy ganando muchos nuevos amigos con mis lecturas. Leo más que nunca. Y leo lo que siempre quise leer y no pude, porque mis obligaciones me lo impedían. Cada nuevo autor pasa a ser un nuevo amigo, aunque difiera de sus opiniones. Los paladeo y los disfruto, aunque no me convenzan. Muchas veces acompaño la lectura con piezas de música clásica, en un tono muy bajo, casi en un susurro. Me siento emparentado con todos estos autores. Me hubiera gustado conocerlos y tratarlos, aunque a lo peor hubiera sufrido crueles desencantos. Sus pensamientos, en los libros que leo, sólo me dan la satisfacción de pensar y de conocer. Mi soledad está llena de compañeros. Hablo con ellos en silencio. Mis lecturas me dan placer, conocimiento, nuevos horizontes y una total relajación y tranquilidad. A veces me duermo en pleno día, mientras leo. No es por falta de interés. Pienso que mi cuerpo, relajado, y mi espíritu, satisfecho, buscan la paz.

La vejez te permite un tipo nuevo de relación con los que vienen detrás de nosotros, con otras generaciones; con los nietos, pocos, y con los sobrinos nietos, muchos. Siempre pienso en qué será de sus vidas. Me dan ternura. ¿Les valdrán nuestros consejos? ¿Es que valen algo nuestros consejos? ¿Son adecuadas nuestras experiencias para ellos? La sociedad y el mundo ya no son los nuestros. Tengo la sensación de que floto, de que he perdido peso, de que soy ligero, de que me separo de la tierra y de la gente. ¿Es un avance de mi muerte? 

Reconozco que soy feliz en mi vejez. Posiblemente se deba a la conformidad de mi vida con mi conciencia. No importa que haya cometido errores. No importan todas las  
desgracias que he vivido, pero que no me impiden sentirme feliz. Miro al futuro con serenidad y vivo el presente con alegría. Disfruto viviendo. Cada día doy más valor al hecho de vivir.

Es maravilloso envejecer juntos y sentirse unidos, sentados, uno al lado del otro, y en silencio. Hablan más las miradas que las palabras. El tacto y el contacto intercambian mensajes múltiples. Somos privilegiados. Es un motivo más para ser feliz. 

Conforme ha pasado el tiempo me he ido integrando en la Naturaleza terrestre y en todo el Universo, inmensamente grande e inmensamente pequeño. Macro y Micro. Estoy disuelto en todo ello. Todo es maravilloso, extraordinario y complejo; del átomo a la galaxia. El milagro de la vida. Del elefante a la biota de nuestro intestino. A veces, en mi jardín, me quedo absorto contemplando a un grupo de hormigas o a una pareja de tórtolas. ¿Qué es y cómo es su vida? Me siento próximo a todos los seres vivos. Me gusta ver cómo cambian las sombras de los árboles, como se limpian los pinos con la lluvia, como se agitan las hojas con el viento. Disfruto con los anocheceres y las puestas de sol de Pozuelo. Cómo cambian los colores de las nubes. Como se incendia el cielo.

Gran parte de mi tiempo, que es mucho, lo empleo en reflexionar sobre el Tiempo y el Espacio. Todo se organiza en capas y en diferentes escalas, sin solución de continuidad, formando todo una sola cosa. Los hombres somos, todos juntos, un granito de tiempo, tanto yo, como mi familia, como toda la Humanidad.  No tiene sentido para mí angustiarme por el final de mi vida cuando todo el Cosmos está en un proceso constante y permanente de nacimiento, desarrollo y muerte. Sin muerte nuestra vida sería insufrible. Tan natural es nuestra muerte, como nuestra vida. Nuestra dimensión física desaparece si nos comparamos con el diámetro de nuestra galaxia que mide 125.000 años luz. Pero cada uno, para sí mismo, es casi tanto como el Universo y no es verdad. Nuestro cerebro toma conciencia de nuestra individualidad y concluye que somos valiosísimos. No es verdad. Somos absolutamente prescindibles. Ahora hemos pasado por la pérdida de varios amigos, durante la pandemia. Sólo viven en la medida en que pensamos en ellos.

Me retraigo en mi soledad. Me cuesta incorporarme al mundo social que me rodea.
La Sociedad. ¡Cuánta vanidad desperdiciada! ¡Cuánta soledad en grupo! También estoy alejado del mundo material. Soy austero, necesito muy poco. Me siento colmado con lo que tengo. Me centro en ser no en tener.