jueves, 16 de septiembre de 2021

Pensamientos compartidos

 Pensamientos compartidos

Apolo y Dafne es una escultura realizada por el italiano Gian Lorenzo Bernini entre los años 1622 y 1625. Pertenece al estilo barroco. Se trata de un grupo escultórico de mármol y de tamaño natural expuesto en la Galería Borghese (Roma).


Hace unos días me reencontré con una frase del famoso psicólogo Bernabé Tierno que hoy quiero compartir con vosotros:

 “En cada uno de nosotros permanece la disponibilidad anímica y la predisposición a descubrir la armonía, el orden, el equilibrio y la belleza en todas las cosas de la creación. Esa sintonía y hermandad con el Universo no es algo que se nos da, sino una riqueza insondable que permanece dentro de nosotros mismos y que solo hemos de ocuparnos de sentirla, vivirla y disfrutarla”.

 Esta frase me llevó a otra, en este caso de la profesora Delia Steinberg Guzmán.

 "La Belleza se aprecia instantáneamente cuando la conciencia está serena y no condicionada a las circunstancias ni a las opiniones. Se capta como un impacto de proporciones armoniosas, que no siempre es consciente, pero que, sin embargo, despierta una parte no muy conocida de la propia conciencia."

Bellas reflexiones que nos recuerdan que el arte, cuando es bello, no necesita de explicaciones, simplemente lo percibimos y reconocemos como tal.

Pienso en la cantidad de mal llamadas obras de arte que, en realidad, son verdaderos absurdos envueltos en una montaña de argumentaciones y explicaciones intelectualistas que, finalmente, no consiguen enmascarar que realmente se trata de obras feas y desagradables, por mucho que se recurra a la “relatividad el gusto estético”

Apolo representaba en la antigua Grecia la unidad y la armonía. Tal vez esa potente fuerza del universo logre que no perdamos el sentido estético y la cordura. ¡Que así sea!

jueves, 9 de septiembre de 2021

Amores prohibidos

Amores prohibidos



El amor tan puro y de pecado que sentían Diana y Endimión, traspasó generaciones y aún se recuerda su leyenda de amor como una de las más conocidas.

Una noche cálida de verano, Diana vio a un joven pastor llamado Endimión que dormía junto a su rebaño.

Diana en ese momento sufrió un flechazo y no pudo reprimir las ganas de besarlo. 

En ese momento Endimión despertó y quedó embelesado por la belleza de la diosa, que rápidamente se marchó. El pastor pensó que todo había sido un sueño.

Las noches siguientes estuvieron precedidas por las visitas de Diana a Endimión, y finalmente Diana, que había hecho voto perpetuo de castidad, pidió a su padre, el dios Zeus, que sumiera al joven en un sueño profundo por siempre.

Así Diana pudo acudir a una cueva, donde se encontraba el bello durmiente, cada noche a disfrutar únicamente de sus labios.