martes, 31 de marzo de 2020

Juan José Luna (1946-2020)

Nota necrológica.

Prof. Juan José Luna (1946-2020).

Una vi­da de pa­sión por la his­to­ria del ar­te.



Fran­có­fi­lo, fue je­fe de De­par­ta­men­to de Pin­tu­ra del si­glo XVIII del Mu­seo del Pra­do

A mediados de los años 80 del siglo pasado Juan José Luna era conservador de Pintura Francesa, Inglesa y Alemana del Museo del Prado, antes de ascender en 2003 a jefe de Departamento de Pintura del siglo XVIII. En esa época yo era becario del Instituto Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En cierta ocasión me sorprendió con una llamada telefónica en la que me ofrecía la que fue mi primera conferencia en el Prado. Al advertir mi sorpresa, me propuso sin dudar: «Panini» y, tras una breve conversación, colgó el teléfono. Muchos de los que llegaron a conocerle reconocerán en esta anécdota algunos de los rasgos más característicos de su personalidad, la de un hombre resuelto, que siempre plantó cara con optimismo a las dificultades que encontró a su paso.
Juan Luna perteneció a una generación pionera de la historia del arte en España que comenzaba a dar sus primeros pasos a principios de los años 70. Buena parte de sus integrantes se formaron en el CSIC con Diego Angulo Íñiguez, quien distribuía los temas de las tesis en función de las carencias de la disciplina y las afinidades del doctorando. Y con un francófilo como Luna, la elección estuvo pronto clara. Defendió su tesis doctoral en 1979, dedicada a «La Pintura Francesa de los siglos XVII y XVIII en España». Todavía hoy resultan imprescindibles sus publicaciones de esa época, en las que ofreció un renovado semblante de artistas entonces completamente olvidados como Michel Ange Houasse, a quien tuvo la oportunidad de dedicarle una exposición monográfica organizada por el Ayuntamiento de Madrid (1981); Jean Ranc, que este año ha sido objeto por fin de su primera exposición (Montpellier, 2020), o Louis-Michel Van Loo, que todavía espera su oportunidad. Junto a ellos, las investigaciones de Luna llamaron la atención sobre una pléyade de artistas de menor entidad, pero que permitieron dibujar con mayor nitidez el panorama de la presencia de artistas franceses en España: Charles-Joseph Flipart, Jean Pillement, Pierre Gobert o Julien de Parme, entre muchos otros.
A pesar de que el siglo XVIII fue su terreno preferente de investigación y Francia el país que con mayor pasión captó su interés, una parte de sus investigaciones estuvieron centradas en el siglo XVII, como la exposición dedicada en el Prado a Georges de La Tour (1986), con motivo de la compra del «Tocador de zanfonía». Sin duda, una de las adquisiciones más brillantes del último cuarto del siglo XX en el Prado, cuya azarosa adquisición con final feliz tuvo en este profesor a uno de sus protagonistas.
Hoy ha concluido en Madrid este largo camino. Queda su grato recuerdo y una vida de pasión por la historia del arte que es ahora más rica gracias a su trabajo.

lunes, 23 de marzo de 2020

HUMANIDAD EN TRANSICIÓN

Los seres humanos coincidimos en un escenario espacio-temporal asistiendo a un mismo acontecimiento, pero la forma en que vivimos ese hecho es bien distinta. Parece que ahora se nos ha presentado un reto global pero es un reto individual. Siempre es así.No puede ser de otra forma dado que, lo que marca realmente la diferencia, es nuestro estado de conciencia. Si pensamos que la felicidad la vamos a encontrar en este mundo externo de formas cambiantes que se colocan y descolocan constantemente de forma inteligente, entonces, en situaciones como esta lo más probable es que haya sufrimiento.Buscaremos fuera esos agentes culpables, inventaremos historias en contra o a favor de la versión oficial, de lo que se difunde por los medios de comunicación. Ya sea que pensemos que los gobiernos nos protegen y cuidan y hay que seguir las normas y pautas de comportamiento o, por el contrario, que son los que nos manipulan, enferman y explotan, seguiremos dando vueltas sobre lo mismo sin encontrar la salida.Todo eso surge por la necesidad de nuestra mente concreta de alimentar el pensamiento de falsa seguridad y control. Ya ha encontrado una explicación a la que agarrarse, apegarse y así parece que la angustia y la inquietud se diluye, aunque esa paz dure poco.En verdad, ninguna mente sabe nunca lo que está pasando. Podemos intentar averiguar cómo sucede una cosa pero no podemos saber por qué una cosa es como es. Por naturaleza, la mente es limitada, no puede abarcar la Realidad, tener una visión total, por ello siempre se equivoca.Lo urgente es vaciarse de cualquier contenido mental y comprender y confiar en los planes de la Inteligencia, que es sin duda, la que ha orquestado esta obra para que, cada uno podamos, en su medida, seguir ampliando la conciencia. Las condiciones y reglas del juego no vienen impuestas por gobiernos, instituciones, conspiraciones, sino que han sido creadas por la Vida y formo parte de ella. Son idóneas para mí en estos momentos.Lo importante no es aceptar o no las normas, rebelarse o seguirlas, sino ser libre desde el único lugar que podemos serlo. Vivirlas por fuera, quizá de la misma forma que todos, pero no por dentro. Nadie tiene que enterarse, solo yo.Al silenciar los contenidos mentales podemos intuir que es la Vida la que se encarga de presentar los escenarios personales que como en esta ocasión, parecen globales. Habrá personas que expresen miedo, pánico, preocupación y otras que, aún a pesar de que las circunstancias les afecten personalmente o no, expresen paz.Podemos seguir creando historias, contenidos mentales y viviendo al juego de la separación. Cambiando escenarios por fuera pero sin mirar hacia dentro, o podemos comprender y aceptar que en esta danza visible hay muchas formas de manifestación posibles y que cada una está realizando su función. Todo es como tiene que ser. No hay una mejor que otra. No es la mía la verdadera, la razonable, la que debería imponerse. No juzguemos a las que piensan o sienten distinto a nosotros Todos estamos aprendiendo en la escuela de la vida.Porque desde el lugar superficial, en el que generalmente nos encontramos, es cierto que somos distintos y que según nuestra forma de pensar creamos aliados y enemigos, pero desde un lugar más profundo y verdadero las formas se diluyen, deshacen y dan paso al verdadero amor, paz, libertad. Y sólo desde ese el lugar surge la verdadera compasión.Como a veces sucede cuando la vida nos presenta un acontecimiento traumático: una separación, enfermedad, quiebra económica, queremos que pase lo antes posible para volver a la normalidad, a hacer mi vida como antes. No nos damos cuenta que quizá algo de lo que estábamos haciendo dentro de nuestras normas personales nos ha llevado a esta situación y hay que revisarlas.Por eso es un buen momento y una oportunidad para pasar del hacer al ser y mirar, cada uno de forma individual, qué significa este nuevo reto en mi vida. Las sociedades no cambian desde fuera. Las sociedades están formadas por seres humanos y si no hay cambio de dentro afuera, las cosas pueden colocarse, aparentemente, de forma distinta, pero seguiremos actuando desde el mismo lugar de la conciencia, la de la separación.Los escenarios cambian y sean más o menos agradables para nuestra persona, la pregunta a la que nos llevan siempre es la misma: ¿quién soy?