lunes, 23 de marzo de 2020

HUMANIDAD EN TRANSICIÓN

Los seres humanos coincidimos en un escenario espacio-temporal asistiendo a un mismo acontecimiento, pero la forma en que vivimos ese hecho es bien distinta. Parece que ahora se nos ha presentado un reto global pero es un reto individual. Siempre es así.No puede ser de otra forma dado que, lo que marca realmente la diferencia, es nuestro estado de conciencia. Si pensamos que la felicidad la vamos a encontrar en este mundo externo de formas cambiantes que se colocan y descolocan constantemente de forma inteligente, entonces, en situaciones como esta lo más probable es que haya sufrimiento.Buscaremos fuera esos agentes culpables, inventaremos historias en contra o a favor de la versión oficial, de lo que se difunde por los medios de comunicación. Ya sea que pensemos que los gobiernos nos protegen y cuidan y hay que seguir las normas y pautas de comportamiento o, por el contrario, que son los que nos manipulan, enferman y explotan, seguiremos dando vueltas sobre lo mismo sin encontrar la salida.Todo eso surge por la necesidad de nuestra mente concreta de alimentar el pensamiento de falsa seguridad y control. Ya ha encontrado una explicación a la que agarrarse, apegarse y así parece que la angustia y la inquietud se diluye, aunque esa paz dure poco.En verdad, ninguna mente sabe nunca lo que está pasando. Podemos intentar averiguar cómo sucede una cosa pero no podemos saber por qué una cosa es como es. Por naturaleza, la mente es limitada, no puede abarcar la Realidad, tener una visión total, por ello siempre se equivoca.Lo urgente es vaciarse de cualquier contenido mental y comprender y confiar en los planes de la Inteligencia, que es sin duda, la que ha orquestado esta obra para que, cada uno podamos, en su medida, seguir ampliando la conciencia. Las condiciones y reglas del juego no vienen impuestas por gobiernos, instituciones, conspiraciones, sino que han sido creadas por la Vida y formo parte de ella. Son idóneas para mí en estos momentos.Lo importante no es aceptar o no las normas, rebelarse o seguirlas, sino ser libre desde el único lugar que podemos serlo. Vivirlas por fuera, quizá de la misma forma que todos, pero no por dentro. Nadie tiene que enterarse, solo yo.Al silenciar los contenidos mentales podemos intuir que es la Vida la que se encarga de presentar los escenarios personales que como en esta ocasión, parecen globales. Habrá personas que expresen miedo, pánico, preocupación y otras que, aún a pesar de que las circunstancias les afecten personalmente o no, expresen paz.Podemos seguir creando historias, contenidos mentales y viviendo al juego de la separación. Cambiando escenarios por fuera pero sin mirar hacia dentro, o podemos comprender y aceptar que en esta danza visible hay muchas formas de manifestación posibles y que cada una está realizando su función. Todo es como tiene que ser. No hay una mejor que otra. No es la mía la verdadera, la razonable, la que debería imponerse. No juzguemos a las que piensan o sienten distinto a nosotros Todos estamos aprendiendo en la escuela de la vida.Porque desde el lugar superficial, en el que generalmente nos encontramos, es cierto que somos distintos y que según nuestra forma de pensar creamos aliados y enemigos, pero desde un lugar más profundo y verdadero las formas se diluyen, deshacen y dan paso al verdadero amor, paz, libertad. Y sólo desde ese el lugar surge la verdadera compasión.Como a veces sucede cuando la vida nos presenta un acontecimiento traumático: una separación, enfermedad, quiebra económica, queremos que pase lo antes posible para volver a la normalidad, a hacer mi vida como antes. No nos damos cuenta que quizá algo de lo que estábamos haciendo dentro de nuestras normas personales nos ha llevado a esta situación y hay que revisarlas.Por eso es un buen momento y una oportunidad para pasar del hacer al ser y mirar, cada uno de forma individual, qué significa este nuevo reto en mi vida. Las sociedades no cambian desde fuera. Las sociedades están formadas por seres humanos y si no hay cambio de dentro afuera, las cosas pueden colocarse, aparentemente, de forma distinta, pero seguiremos actuando desde el mismo lugar de la conciencia, la de la separación.Los escenarios cambian y sean más o menos agradables para nuestra persona, la pregunta a la que nos llevan siempre es la misma: ¿quién soy?

1 comentario:

  1. Querido Carlo: tu mensaje me ha sorprendido, por el tema que has
    elegido. Paso a comentarte mis impresiones más que analizar tu texto.
    Son comentarios apresurados que posiblemente tenga que corregir y
    modificar. Pero, de momento, ahí van:

    Evidentemente, la Relatividad de Einstein se basa en que el mismo
    Fenomeno es percibido por dos Observadores de forma distinta según cual
    sea la posición que ocupan en el espacio-tiempo. Ortega y Gasset nos
    enseñó que cada uno de nosotros es un "yo y su circunstancia". Es decir,
    que todos nosotros somos distintos. Ambos respaldan tu apreciación de
    que un mismo acontecimiento es vivido de forma distinta por cada uno de
    nosotros. Hasta ahi de acuerdo.
    Y concluyes qe se nos presenta un reto global, pero que es un reto
    individual. Yo creo que son dos retos y que los dos nos afectan, a la
    vez, y de diferente forma. Nuestro comprotamiento individual de
    respuesta al reto global tiene que ser tanto individual como global.
    Como individuo, tomaré decisiones generadas por mis intereses concretos
    y, como ciudadano, deberé tomar también decisiones personales pero
    derivadas de los intereses colectivos, tal como yo los percibo. Por
    tanto, entiendo que nuestra conciencia debe ser también doble:
    individual y colectiva. Y que nuestras distintas decisiones vendrán
    orientadas por nuestra Responsabilidad (que tu llamas Conciencia).
    Otro tema es la Felicidad y el Sufrimiento. Buda nos enseñó que la
    Felicidad se consigue anulando los Deseos. El mayor de nuestros
    deseos es nuestra propia vida. El riesgo de perderla nos genera Ansiedad
    y Sufrimiento. ¿Se puede ser feliz y sufrir, al mismo tiempo, por la
    pandemia? Personalmente, me siento feliz y no me angustia el riesgo de perder mi vida. Pero creo que muchas personas sufrirán por ella y además no son felices. ¿En qué cambian las cosas entre un riesgo por pandemia o un riesgo por accidente de transporte? Pues sencillamente en que en el segundo caso hemos aceptado el riesgo de perder la vida, que tiene una pequeña probabilidad, aunque la probabilidad de morir en la pandemia no sea mayor. Y aunque lo fuera, porque frente a la pandemia podemos disponer de herramientas para reducir el riesgo pero frente al accidente, no. Es decir, que el fenómeno externo no genera nuestro sufrimiento que es producido por nosotros mismos.
    Ahora bien, si se produce un Miedo por la pandemia, generalizado y
    colectivo, en nuestra sociedad , lo que parece ser una realidad ¿puede ser utilizado por otros? El comportamiento de nuestro Gobierno nos lo confirma con toda seguridad. Primero se estimula el miedo colectivo a través de los Medios de Comunicación y luego se utiliza. El Gobierno pretende aprovechar la Pandemia para recurrir a instrumentos jurídicos que le permitan realizar su Proyecto de cambio de Régimen. Y esto se produce independientemente de cuál sea nuestra reacción frente a la Pandemia, siempre que nos dejemos invadir por el Miedo. Es, por tanto el Miedo, el que nos somete al Gobierno que prostituye su función.
    Otro punto que tocas es la capacidad de un individuo de saber y entender la realidad. Estoy contigo en que es muy reducida, pero no por nuestros comportamientos sino por la complejidad extraordinaria de la esencia de la realidad. Hace muchos años que el hombre entendió que cuanto más conocia mejor comprendia la pequeñez de su conocimiento. Y eso incluye a la realidad física, económica y social. Nuestra inteligencia, sencillamente, no es capaz de comprender la realidad total, en toda su complejidad, pero si realidades parciales, por pequeñas que sean.
    Y, por último, la Libertad. Estoy totalmente de acuerdo con la última
    parte de tu Nota.
    ¿Quién soy? ¿Quienes somos? Nunca responderemos a esta pregunta

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