Para mi hija María que empieza una nueva vida
como copropietaria, en agradecimiento a sus consejos y paciencia en revisar el texto
y sobre todo para que nada le sorprenda en su nueva comunidad de propietarios…
INDICE
01. Prólogo...................................................... 6
02. Los comienzos......................................... 23
03. El Presidente de
la Comunidad de Propietarios 35
04. El Conserje o
Portero.............................. 51
05. El Administrador de la finca.................. 66
06. El moroso................................................ 71
07. La finca.................................................... 75
08. El cambio de
casa................................... 98
09. Relaciones con
los Ayuntamientos........ 164
10. El Castillo de
Espejo............................. 165
11. El Palacio de La
Puebla de Montalbán. 184
12. Los edificios
viejos................................. 196
12.01 Una casa de
interés histórico en Sevilla 197
12.02. Un cortijo en
la provincia de Toledo 203
12.03. Un piso en
Madrid............................ 208
12.04. Un edificio
de viviendas en la provincia de Alicante. 213
12.05. Una factura
atrevida.......................... 223
13. Otras historias
de interés....................... 225
13.01. Las cenizas
de la Fräulein................. 226
13.02. Los
imbornales.................................. 230
13.03. Los ruidos
del parto.......................... 234
13.04. El pistolón......................................... 236
13.05. El
despertador................................... 238
13.06. El
envenenamiento........................... 240
13.07. El enfermo
imaginario...................... 243
13.08. El forajido.......................................... 245
13.09. Las palomas
amaestradas................. 250
13.10. El Club............................................... 251
13.11. Fantasmas.......................................... 280
13.12. Clases de
estomatología.................... 284
13.13. Costumbres nuevas.......................... 287
13.14. Valores
esfumados............................ 289
13.15. Relatos
varios pertinentes................. 292
14. Epílogo................................................... 329
1. Prólogo.
¡Carlos, estás contando nuestra vida!, así le dijo su
expresiva mujer, María, al autor - ¡y…. es verdad! Carlos Ruspoli, nos relata
en este libro, las experiencias, andanzas y aventuras, de manera casi
autobiográfica, que le han acontecido en las Comunidades de Propietarios.- Nos
describe los hechos, que evidentemente son reales, con su característico
sentido del humor, en un libro ameno y divertido en el que el lector se sentirá
identificado en más de una ocasión con las situaciones que ocurren en él, en
una materia en la que intervienen
múltiples factores psicológicos, personales, antipatías y empatías, que
encontramos en las Comunidades de Propietarios. Aquí sí se cumple: la realidad
supera a la ficción.
Un libro que da gusto leerlo, por su cuidada, inteligente e
ingeniosa narrativa, un punto novelado, donde Carlos Ruspoli nos sorprende y
una vez más nos hace disfrutar con su lectura y nos introduce en las complejas
relaciones de la convivencia diaria.
Libro magnífico para todos, tanto para profesionales de la
materia, como para los, a veces, sufridos
copropietarios, donde al leerlo, nos encontramos con esas vivencias del
día a día, que tantas veces nos han sorprendido, alegrado, enfadado, preocupado
etc… y que plasma de una manera tan real en este libro su autor.
Como abogado en ejercicio que soy desde hace más de 30 años
lo encuentro genial y su lectura me encanta; y pienso, “no solo me han pasado a
mí cosas tan pintorescas y asombrosas”
y, desde luego… ¡no está nada exagerado!; además de enseñarnos a
comprender y entender mejor, y con un gran sentido del humor, las
“profundidades” de ese mundo tan peculiar que son la Comunidades de
Propietarios.
Carmen Miguélez, Abogada.
Unas muestras del contenido del libro:
13.1.
Las cenizas de la Fräulein.
En un elegante palacete de Chamberí, cerca del paseo de la Castellana,
tres hermanos propietarios se alternaban en la presidencia de la comunidad, habiendo
alquilado varios apartamentos en el edificio, sin vender, o sea sin crear nuevos
copropietarios. ¿Piensa Usted, estimado lector, que es la situación ideal? Para
darle una pista le contaré un suceso divertido y, a la vez, revelador.
Los padres ya difuntos de estos hermanos habían dispuesto que
su educación corriera en parte a cargo de una señorita alemana, que pudiera enseñarles
su idioma y el inglés. Así que contrataron a una Fräulein que se quedó con ellos
durante mucho tiempo. Cuando se marchó de regreso a su tierra fue para jubilarse
y su despido fue un momento muy triste ya que se había convertido ya en un miembro más de la familia.
De repente, una llamada desde Baviera avisó a los tres hermanos
que su niñera había fallecido y que en sus disposiciones testamentarias hacía referencia adonde quería que fueran esparcidas
sus cenizas en España, una parte en el patio de la mansión de Madrid donde vivió
tantos años educando a los tres hermanos y el resto en otra casa de los mismos propietarios
en Marbella. Asimismo pedía que asistiesen
los hermanos a su funeral para que, después de incinerar su cuerpo, les fueran entregadas
sus cenizas.
Entonces se planteó el problema de acudir a Baviera para esta
triste tarea y una de las hermanas, presidenta de turno, dijo que no podía ir porque
se había caído y se había lesionado un tobillo donde se había producido un incómodo
esguince. La dolencia y las muletas le serían de estorbo para un viaje tan cansado.
El hermano no podía asistir porque tenía un compromiso ineludible y la hermana que
quedaba no tuvo más remedio que acudir sola al lugar del funeral para recibir las
cenizas de su Fräulein. Asistió entonces en representación de sus hermanos ausentes
y la urna con las cenizas le fue entregada por los parientes de la fallecida.
Cuando regresó a Madrid, se llevó a cabo la primera parte de
las últimas voluntades de la fallecida, mediante la dispersión de la mitad de las
cenizas en el patio del palacete con la presencia de algunos empleados de la casa
y de la otra hermana, presidenta de turno de la comunidad, que para la ocasión estrenaba
unas sospechosas muletas. El hermano, nuevamente ausente por compromisos ineludibles,
había prometido que haría lo posible para asistir pero al final no había encontrado
un momento libre para estar presente. Así que las dos hermanas llevaron a cabo esta
ingrata tarea en pocos minutos. Una de las dos hermanas, la de la torcedura de tobillo
pronunció algunas palabras y una breve oración en presencia del portero que no había
conocido la Fräulein pero que era un mandado.
Terminado el acto, ambas hermanas subieron por la escalera principal,
la del esguince torpemente con la ayuda de
las muletas y la otra con la urna medio vacía de cenizas. En aquel momento, le hermana
que había acudido al funeral en Alemania dijo que pensaba haber cumplido sobradamente
con su deber y que consideraba que la otra podría haberse encargado de la parte
de Marbella ya que el hermano no podía por coincidir las fechas con un viaje de
placer ineludible por haber ya abonado el anticipo del mismo y por lo tanto se quitaba
nuevamente de en medio. Entonces la hermana presidenta dijo: Yo no puedo ir con
esta luxación y estas muletas, pues el médico me lo prohíbe. Y la otra, harta de
tanta comedia, le contestó: ¡Puta, no eres más que eso, una puta, que te has comprado
las muletas para la ocasión porque aún cuelga la etiqueta de la tienda con la fecha
de la compra!
Total que al final tuvo que ser siempre la misma hermana que
cumpliera con las últimas voluntades de la Fräulein. Con el AVE se fue a Málaga,
desde allí con un taxi se fue a Marbella, extendió las restantes cenizas y volvió
con la urna vacía para luego intentar tirarla a la cabeza de la otra hermana cuando
le preguntó con fingida preocupación, pero ya sin muletas y sin esguince, como le
había ido…
13.2.
Los imbornales.
En la isla de Mallorca, a la salida del puerto de Andratx hay
un edificio de primera línea, construido sobre las rocas a pocos metros del mar.
Para aprovechas el desnivel del terreno y el suelo rocoso, fue proyectado y construido
sobre cuatro terrazas a forma de escalera, obteniendo así un acabado que se ajusta
bien a la morfología del terreno.
Algunos metros le separan de una ambiciosa promoción inmobiliaria
de varios bloques de viviendas de lujo adosadas a las rocas de atrás que les sirven
de pantalla y de noche se iluminan de luz verde como un juego de luces y sonidos.
La obtención de la licencia de obras supuso para los promotores la obligación de realizar unas obras de urbanización, ya que la
carretera en aquel tramo estaba sin asfaltar, aunque disponía de unos imbornales
de evacuación de agua en caso de lluvia. Así que una empresa local procedió a asfaltar
la calle de acuerdo con los requerimientos del ayuntamiento, pero olvidando respetar
las alcantarillas existentes, las cuales fueron asfaltadas junto con el resto. Así
que aparentemente estaba todo bien hasta que las lluvias demostraron el disparate.
Un día estando invitados mi mujer y yo mismo en dicha casa,
hacia las cinco de la mañana, durante una larga noche de temporal y relámpagos,
ocurrió lo nunca visto. Fue increíble. Las aguas de las lluvias torrenciales se
habían acumulado en la carretera asfaltada, buscando sus desagües, que no se encontraban
disponibles por estar asfaltados. Tampoco podía desaguarse de forma natural, ya
que la empresa urbanizadora dotó la calle de aceras y bordillos. Así que el agua
fue acumulándose en la calle. Litros y litros de agua en una noche donde cayeron
más de doscientos litros por metro cuadrado. Toda la calle se había convertido en
una piscina pero las aguas estaban encontrando una vía de escape, a través de los
desagües de la casa donde estábamos invitados. Al acudir al cuarto de baño, de repente
se abrió un boquete debajo del lavabo empotrado en la roca y salió un caudal de
agua imparable que convirtió el cuarto en una piscina. Mientras, yo estaba despejando
el agua a toda velocidad para que no afectara a los muebles. Mi mujer estaba sentada
en la cama que empezó a flotar como una barca.
En nuestra condición de invitados tuvimos dudas si despertar
o a nuestros anfitriones, pero oímos que en la planta superior había movimiento,
así que nos armamos de valor y llamamos por teléfono a esa hora tan inadecuada avisando
de lo que pasaba más abajo.
La señora de la casa acudió corriendo en bata con personal auxiliar
para ayudar a la evacuación de las aguas. Así que entre todos poco a poco logramos,
gracias a que el temporal había escampado mientras tanto, vaciar la planta de agua.
Cansados, pero satisfechos por haber vencido al temporal de
repente nos sentamos en el borde de la cama de una habitación contigua seca. La
señora de la casa mi mujer y yo mismo, los tres en bata y descalzos.
De repente, una señora filipina se presentó con una gran nevera
portátil, lo cual nos extrañó porque nadie pensaba en beber un refresco a esa hora
de la mañana. Pero abrió la nevera y había colocado dentro una cafetera humeante
que en seguida nos reanimó, pero lo mejor fue el razonamiento que nos hizo: En mi
país hay inundaciones casi todos los años durante la época de los monzones y no
hay nada que hacer porque ni hay desagües, ni imbornales, ni nada de nada. La gente
tiene que cruzar vadeando los ríos de agua de la ciudad de Manila. Así que nos lo tomamos con resignación y filosofía
y nos tomamos un cafelito para reanimarnos. ¿A que les apetece un café recién hecho?
Lo mejor es que hacia las doce apareció el señor de la casa
que había dormido como un San Benito y no se había enterado de nada… Hay que decir
en su disculpa que a continuación sus gestiones con el ayuntamiento y la promotora
responsable de los daños por agua fueron muy fructíferas, porque consiguió todas
las compensaciones que quiso y hoy la casa está preparada para aguantar seca cualquier
lluvia y de cualquier intensidad.
La moraleja de esta historia es que no hay mal que por bien no venga…
No hay comentarios:
Publicar un comentario