Índice
01. Prólogo............................................................................................ 4
02. Lista de personajes........................................................................ 10
03. Nueva misión................................................................................. 15
04. Traición......................................................................................... 22
05. Captura......................................................................................... 34
06. Regicidio........................................................................................ 45
07. La mina......................................................................................... 55
08. La evasión..................................................................................... 74
09. Reacciones..................................................................................... 86
10. Búsqueda de huidos...................................................................... 99
11. Contacto...................................................................................... 121
12. La barca...................................................................................... 143
13. La decisión.................................................................................. 164
14. El viaje........................................................................................ 175
15. El Indo........................................................................................ 187
16. Himalaya..................................................................................... 199
17. El imperio de los Dragones.......................................................... 211
18. Problemas de protocolo............................................................... 233
19. El castillo.................................................................................... 253
19. Venganza.................................................................................... 264
21. La hermana................................................................................. 277
22. Desafío........................................................................................ 297
23. Combate...................................................................................... 306
24. El pueblo secreto......................................................................... 326
25. Curación..................................................................................... 341
26. Go Ti........................................................................................... 347
27. Paloma mensajera....................................................................... 359
28. La batalla final............................................................................ 366
29. Aclaraciones................................................................................ 388
30. Epílogo........................................................................................ 392
31. Mapa imperio romano................................................................. 404
32. Mapa de los tres reinos de China................................................ 406
32. Mapa rutas de la seda................................................................. 405
I.
Prólogo
El aspecto
físico de Fray Gian Galeazzo Ruspoli impacta a quien le ve por primera vez. Es
alto, delgado, esbelto y de maneras elegantes. La distinción que caracteriza su
forma de caminar queda reforzada por sus trajes, siempre negros y
confeccionados a medida, por las diestras manos de un sastre italiano. Ninguna
facción del caballero Profeso pasa inadvertida. Sus ojos, de un penetrante
color gris azulado parece que irradian luz por sí solos. Y su cabello, de un
rubio plateado y resplandeciente, contrasta con la oscuridad de su atuendo.
Tiene el aspecto, en todas las novelas posteriores a la primera donde se
relatan sus primeros años, que recuerda al triste hidalgo Don Quijote de la
Mancha de Cervantes, es decir un hombre que ronda los cincuenta años de complexión
recia, seco de carnes, enjuto de rostro; gran madrugador, amigo de la oración,
la meditación, la caza, las artes marciales
y de la buena condición social. Como dicta su abolengo, los modales y
gustos de Gian Galeazzo Ruspoli son distinguidos. Sus pies sólo calzan zapatos
elaborados en la mítica zapatería artesanal Sebago, que encarga directamente en
New England cuando se encuentra en la época adecuada. Asimismo, su paladar es
refinado y exigente, por lo que a veces encarga que le manden manjares exclusivos
cuando está investigando un caso en cualquier parte del mundo. Y conoce los
buenos vinos como un gran sumiller.
Vaya donde
vaya, Gian Galeazzo Ruspoli se desplaza con los mejores medios a disposición en
la época en la que se encuentre. Cuando Gian Galeazzo Ruspoli sonríe, cosa que
sucede en raras ocasiones, algo en su interior permanece gélido e insondable.
Su voz es aterciopelada pero con la firmeza del cuero. Su arrogancia no es
gratuita. Gian Galeazzo Ruspoli ha estudiado tantas disciplinas que su nivel
intelectual supera el de todos los que le rodean: domina varias lenguas,
muertas o vivas, es experto en medicina, arte, literatura, artes marciales y
ciencias esotéricas, y un verdadero maestro en el arte de la meditación. La
vastísima cultura de Gian Galeazzo Ruspoli es inabarcable, pero aun así, el
Profeso continúa formándose e investigando sobre las más diversas materias.
Su destreza,
cultura, inteligencia y valentía han convertido a Gian Galeazzo Ruspoli en un
investigador letal e implacable y en un hábil manipulador de la mente humana
capaz de adoptar distintas personalidades. No obstante, ha conseguido ganarse
la confianza de sus fieles colaboradores, quienes creen a ciegas en las
habilidades y la pericia del investigador. Como todos los genios, Gian Galeazzo
Ruspoli tiene enemigos que le han marginado y perseguido, e incluso fue
torturado, casi muerto, esclavizado, condenado y en prisión. Aun así, quien
trabaja con él comprende de inmediato que se encuentra ante un caballero
Profeso sorprendente, un investigador superdotado, una mente única, compleja y
clarividente al servicio de los necesitados y de la justicia. Estas son las novelas
históricas protagonizadas por Gian Galeazzo Ruspoli, publicadas hasta el
momento: El Confaloniero (inspiradora
del personaje de Fray Gian Galeazzo Ruspoli), El Profeso, Asesinato en el Letrán, Muerte de Profesos, El Profeso en
el Tíbet y El Profeso y el diablo.
Ha llegado el momento de centrarse en esta
nueva novela, El Profeso
y el Emperador, que es una continuación de la saga de Fray Gian Galeazzo
Ruspoli.
Tras regresar de una estancia en Italia,
completamente restablecido, Gian Galeazzo se encuentra con su hija Ginevra en la
casa gótica de la familia Ruspoli en Nueva York. Ginevra está catalogando la
importante biblioteca Ruspoli de unos 100.000 volúmenes incluyendo incunables,
pergaminos, documentos y cartas antiguas. En ese momento su hija está
estudiando los tomos de la historia del Imperio Romano centrada con la crisis
del siglo III y somete a su padre a una pregunta inquietante. ¿Conseguirán los
persas frenar la expansión del mundo cristiano con su invasión? ¿Afectará al
imperio romano quien proclamará el cristianismo con el edicto de Milán en el
año 313 como religión oficial solo dos
generaciones después?
En Anatolia, año 269 d.C.:
el emperador ilirio Claudio II el Gótico se encuentra cercado por los persas en
la ciudad de Edesa. Decidido a lograr un acuerdo con sus enemigos, sale de las
murallas acompañado de su guardia, al mando de Aureliano; pero los persas,
traicionando la inmunidad de los negociadores, apresan a los romanos y los
obligan a hacer trabajos forzados en una mina.
Gian Galeazzo decide
entonces acudir a la ciudad de Edesa para intentar salvar al emperador disfrazado
para la ocasión como una rencarnación de Rómulo, el fundador de Roma con Remo, hijo
del dios mitológico Marte y nieto de Júpiter. Pero al darse cuenta que es
probable que tuviera que ayudar a los romanos en caso de que no consiguiera
evitar el engaño hacia el que iban encaminados de forma inexorable, decide
optar por un disfraz que sirva para poder estar con la oposición. Se decide por
ser el príncipe Songtsen, hijo del rey Nyatri Tsenpo para los persas. Ese rey fue el fundador del
reino de Yarlung, que es el nombre tibetano del río Brahmaputra, que nace del
monte sagrado Kailash, en el Tíbet occidental y fluye paralelo al Himalaya en
un valle muy largo. Junto con Aureliano y sus hombres que logran escapar de los
trabajos forzados y burlar a sus perseguidores, también gracias a la ayuda de otro
extraño personaje. Este procede de un remoto país, del que Aureliano apenas
había oído hablar antes: China, el Imperio del Centro.
China, con sus bellos
paisajes, sus extrañas costumbres y sus técnicas de lucha, tan sorprendentes
como eficaces, fascina a Aureliano, y más aún después de enamorarse de Fan
Bingbing, su guía en el mágico y misterioso país. Las aventuras de los tres,
los contrastes de sus culturas, sus amores, son la base de esta vibrante y
cautivadora novela, en la que la aventura se conjuga con los sentimientos y con
una historia que, no por ser sorprendente y poco conocida, es menos real.
La legión perdida de Craso,
o simplemente la legión perdida, es el nombre con que se conoce a una
hipotética legión romana compuesta por parte de los cerca de 10.000 legionarios
hechos prisioneros tras la batalla de Carras por los partos en el año 53 a. C.
Esta legión, «perdida» para los historiadores romanos, reaparecería
supuestamente en las crónicas chinas en el año 36 a C. Durante la época del
agitado triunvirato de Julio César, Pompeyo y Craso, éste último se hizo cargo
de la campaña contra los partos y avanzó por la actual Turquía al frente de un
imponente ejército de 42.000 soldados; los romanos que lidera están compuestos
por siete legiones, 4.000 arqueros y 4.000 jinetes galos, y se creen capaces de
escarmentar a la temida caballería parta, que es el cuerpo principal del
ejército enemigo. Pero éstos fueron derrotados en Carras (la actual Harrán,
Turquía) por el ejército parto, siendo humillado el ejército más poderoso del
mundo de entonces, dieron muerte al triunviro Craso e hicieron prisioneros a
más de 10.000 de sus soldados. A caballo entre la realidad y la leyenda, se
sabe por Plutarco y Plinio el Viejo que estos hombres fueron conducidos al
extremo oriental del Imperio parto, en la antigua Bactriana (el actual
Afganistán), siendo la mayoría esclavizados o condenados a trabajos forzados.
Pero los partos conservaron algunas unidades dispuestas a seguir combatiendo a
cambio de no ser condenados a muerte o a la esclavitud. Así, una parte de la
legión cautiva fue mandada a las proximidades del río Oxus (hoy Amu Daria) en
la Bactriana (el actual Turkmenistán) para luchar contra los hunos,
desapareciendo allí su rastro. El caso es que, tras la firma de la paz entre
romanos y partos en el año 20 a. C., se estableció el retorno de los
prisioneros, pero ya entonces se desconocía totalmente dónde estaban los
efectivos supervivientes de las derrotadas legiones de Carras, pese a los
esfuerzos que se dedicaron a su recuperación de los soldados apresados.
La hipótesis de Liqian. En
1955, el historiador y sinólogo estadounidense Homer Hasenpflug Dubs, en una
conferencia impartida en Londres titulada «Una ciudad romana en la antigua
China», afirmó haber encontrado el destino de estos legionarios, encajando los
datos de Plutarco y Plinio el Viejo con las crónicas históricas de la dinastía
Han, que reinó en el Imperio Han de China entre los años 25 y 220 de nuestra
era.
Según este investigador, la
legión perdida reaparece en las crónicas chinas de la dinastía Han en el año 36
a. C. En ese año el general Gan Yanshou emprendió una campaña militar en los
territorios fronterizos occidentales, la actual provincia de Xinjiang, contra
los nómadas xiong nu, antecesores de los hunos, por Bactria y el río Oxus. Las
crónicas de esta campaña, que nos ha llegado a través del historiador y
biógrafo del general chino Gan Yanshou, Ban Gu, que participó en aquella
contienda, han hecho pensar a algunos expertos que los defensores de la ciudad
de Zhizhi (actual Dzhambul, cerca de Taskent, en Uzbekistán), eran miembros de
la legión perdida.
En ellas se menciona una
batalla librada por esta ciudad entre el ejército chino y un extraño
contingente constituido por soldados veteranos, muy disciplinado y protegido en
una fortaleza de madera de forma cuadricular que protegía el asentamiento. Se
señala que éstos usaban fortificaciones de empalizadas rectangulares2 y que
entraban en combate perfectamente organizados («alineados y desplegados en una
formación como de escamas de pescado») en la puerta de la ciudad, lo que
recuerda a la testudo romana, en la que los infantes se protegen unos a otros
formando con los escudos una especie de coraza.
La ciudad de Zhizhi fue
tomada finalmente y los 1.000 prisioneros extranjeros fueron deportados a China
y asentados en la ubicación de la actual Yongchang (provincia de Gansu, China),
en el desierto del Gobi, para proteger las fronteras del imperio chino y a sus
habitantes de las incursiones tibetanas.
Pero el antiguo nombre de
Zhelaizhai, que se encuentra en la provincia de Gansu, ha terminado por sacar a
la luz al cabo de dos mil años la historia de la legión perdida. El nuevo lugar
en que fueron asentados los prisioneros fue llamado por decreto imperial
Li-Jien o Liqian; el topónimo, documentado por primera vez en el año 5 d. C.,
no es sino una variante china de «Legión», un nombre que además era el usado
por los chinos para referirse a Roma desde que los antiguos chinos tuvieron
noticias de su opulencia y poder a través de sus comerciantes en Alejandría.
Además, llama la atención este topónimo pues era extremadamente raro que los
chinos diesen a sus ciudades nombres extranjeros. Años más tarde, siguiendo la
tendencia confuciana a la rectificación de los nombres, el lugar fue renombrado
como Jie-lu, que significa "cautivos".
Algunos creen que los
descendientes de este contingente fue derrotado y arrasado en el siglo VIII por
tropas tibetanas, que en aquel entonces eran mercenarios terribles, auténticos
señores de la guerra, pero los estudios genéticos hechos en Li Jian dan pie a
pensar otras cosas.
En 2001 los diarios Los
Angeles Times y L'Express sacaron a la luz unos datos que identificaban un
poblado remoto como punto final de la aventura de los legionarios de Craso,
demostrando importantes diferencias físicas entre los nativos de la zona y el
resto de los chinos. Desde entonces, los análisis de ADN realizados por la
Universidad de Lanzhou confirman que un 46 por ciento de los habitantes de Zhelaizhai
-entre los que hay ciudadanos con ojos azules y verdes, pelos rizados y o de
color castaño y pelirrojo, y gente con narices aguileñas- mostraban una curiosa
afinidad genética con poblaciones europeas, según informó el semanario francés.
Hace años se encontraron en torno a cien esqueletos de hace más de mil años con
una altura promedio superior a los 180 centímetros.
A pesar de que la existencia
de la legión perdida pueda estar más allá del mito, la realidad es que, aun con
las posibles evidencias bibliográficas; los análisis de ADN realizados a la
población y los restos romanos encontrados en excavaciones arqueológicas
(monedas, cerámica, cascos y una gran piedra cúbica que alberga misteriosos
restos de estilo occidental. También se sabe de restos de una fortaleza, con 30
metros de longitud y medio de alto, que según los nativos hasta hace poco más
de 30 años, medía más de 100 metros de longitud y era mucho más alta), no
existen certezas concluyentes de presencia romana durante este periodo en la
China imperial, teniendo en cuenta que Li-Jien fue un puesto avanzado que
estuvo localizado dentro de la antigua ruta de la seda.
[1] Alegoría de la Orden
Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta denominada
actualmente simplemente como Orden de Malta. El cuadro se encuentra en Roma en
Palazzo Altieri, sede de la Asociación de la Banca italiana en la vía del
Corso. Es un óleo sobre lienzo de Pietro Testa, artista barroco italiano del
siglo XVII, que mide 264 x 187 cm.
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