1. «El poder de la autenticidad
El regalo más importante que podemos hacemos a nosotros
mismos es el compromiso de vivir nuestra auténtica vida. Ser sinceros con
nosotros mismos. No obstante, no es una tarea fácil. Debemos romper con aquello
con lo que la sociedad intenta seducimos y vivir la vida según nuestros
principios, con nuestros propios valores y en consonancia con nuestros sueños
primigenios. Debemos despertar a ese yo oculto; explorar los anhelos más
profundos, más invisibles, las habilidades y debilidades que nos hacen ser
quienes somos. Debemos entender dónde hemos estado y adónde vamos. Cada
decisión que tomemos, cada paso que demos, debe estar investido de ese
compromiso de vivir la vida siendo sinceros y coherentes con nuestro yo
auténtico y solo con ese yo. Y, a medida que avancemos, tendremos la certeza de
experimentar una fortuna que irá más allá de cualquier riqueza jamás imaginada.»
2. «Acoge tus miedos
Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura
invisible del miedo. Nos hace permanecer en nuestras zonas de bienestar, que
son, en realidad, los lugares menos seguros en los que vivir. De hecho, el
mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos. Sin embargo, cada vez que
hacemos aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo,
porque nuestra fuerza reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber
concesiones. Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la
evolución, nos volvemos más libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder
recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no solo valientes, sino poderosos, y
logramos vivir la vida de nuestros sueños.»
3. «Vive con amabilidad
Es importante recordar que, al igual que nuestras
palabras son la expresión verbal de nuestros pensamientos, nuestras acciones
son la manifestación de nuestras creencias. Ninguna acción, sin importar lo
pequeña que sea, es insignificante. La forma en que tratamos a una sola persona
define cómo tratamos a todo el mundo, incluidos nosotros mismos. Si no
respetamos a los demás, no nos respetamos a nosotros mismos. Si somos
desconfiados con los demás, somos desconfiados con nosotros mismos. Si somos
crueles con los demás, seremos crueles con nosotros mismos. Si no podemos
apreciar a quienes nos rodean, no nos apreciaremos a nosotros mismos. Con cada
una de las personas que nos relacionamos, con todo lo que hacemos, debemos ser
más amables de lo que se espera que seamos, más generosos de lo que se prevé,
más positivos de lo que nosotros mismos creemos posible. Cada instante experimentado
frente a otro ser humano es una oportunidad de expresar nuestros más elevados
valores y de influir en alguien con nuestra humanidad. Podemos lograr que el
mundo sea mejor, persona a persona.»
4. «Realiza pequeños progresos
diarios
La manera en que hacemos las pequeñas cosas determina la
manera en que hacemos todo. Si realizamos las tareas menores de modo correcto,
también tendremos éxito en los esfuerzos más importantes. La maestría se
convierte así en nuestra forma de ser. Pero más importante que esto es que cada
pequeño esfuerzo sirve para realizar los siguientes, y, para que sea así, un
ladrillo a la vez, podamos construir verdaderas maravillas. Esto genera una
gran confianza en uno mismo y se hacen realidad los sueños extraordinarios. Los
verdaderos sabios reconocen que los pequeños progresos diarios siempre derivan
en resultados excepcionales a largo plazo.»
5. «Vive lo mejor que puedas y
trabaja de igual forma
No hay trabajos insignificantes en este mundo. Toda tarea
es una oportunidad para expresar el talento personal, para crear una obra de
arte y ser conscientes del genio que podemos llegar a ser. Debemos trabajar tal
como pintaba Picasso: con devoción, pasión, energía y excelencia. Así, nuestra
productividad no solo se convertirá en fuente de inspiración para los demás,
sino que tendrá impacto, pues cambiará las vidas de quienes nos rodean. Uno de
los mayores secretos para vivir la vida de forma hermosa es llevar a cabo
trabajos importantes. Y hacerlo de un modo tan magistral que los demás no puedan
dejar de fijarse en uno.»
6. «Escoge bien tus influencias
No vivimos el día a día solos ni al margen del mundo que
nos rodea. Por ello debemos estar siempre atentos con las personas y las cosas
a las que damos cabida en nuestra vida. Es señal de sabiduría el decidir pasar
tiempo en aquellos lugares que nos inspiran y nos llenan de energía, y
relacionarse con esas personas que elevan nuestro espíritu y nos animan. Tanto
en nuestro trabajo como en nuestra vida personal, esos amigos y conocidos más
positivos nos ayudarán a ser la mejor versión de nosotros mismos y a llevar una
vida más trascendental.»
7. «El propósito de la vida es
amar
Lo bien que vivas depende de cómo ames. El corazón es más
sabio que la razón. Hónralo. Confía en él. Síguelo.»
8. «Los placeres más simples de
nuestra vida son nuestras mayores alegrías
La mayoría de las personas no descubren qué es más
importante en la vida hasta que son demasiado mayores para actuar en
consecuencia. Pasan gran parte de sus mejores años persiguiendo objetivos que
al final importan poco. Aunque la sociedad nos invita a llenar nuestras vidas
de objetos materiales, la mejor parte de nosotros sabe que los placeres más
simples son los que nos enriquecen y nos llenan. No importa que nuestra
situación sea difícil o acomodada, todos poseemos una gran riqueza de sencillas
bendiciones a nuestro alrededor, a la espera de que la valoremos. Si lo
hacemos, nuestra felicidad aumenta. Nuestra gratitud se propaga. Y cada día se
convierte en un asombroso regalo.»
9. «Lucha por
algo superior a ti mismo
No hay personas vivas que estén de más en este mundo.
Cada uno de nosotros está aquí por un motivo, por un propósito especial, para
cumplir una misión. Sí, construye una vida hermosa para ti y para quienes amas.
Sí, sé feliz y pásalo muy bien. Y sí, ten éxito. Siempre siguiendo tus
principios y no tanto los que te sugiere la sociedad. Pero, sobre todas las
cosas, sé importante. Haz que tu vida trascienda, sé útil. Y sé de utilidad al
máximo número de personas. Es la forma en que cada uno de nosotros puede pasar
del reino de lo común a las alturas de lo extraordinario. Y caminar entre las
mejores personas que han existido jamás.»
Y acabo este largo texto expresando que no se puede
avanzar si se sigue mirando hacia atrás.
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