viernes, 19 de julio de 2013

LA COMUNIDAD DE PROPIETARIOS: los ruidos...

EXTRACTO: Los ruidos del parto


En paseo de la Habana de Madrid había una pareja de copropietarios de un piso que hacía el amor de forma muy ruidosa y escandalosa: gritos, jadeos y golpes eran el preludio y el resultado de sus prácticas amorosas diarias. Para los vecinos el ruido se había convertido en acostumbrado.

Debajo del piso de los rumorosos amantes, un día llegó la madre de una señora suiza también copropietaria para pasar unos días acompañando a su hija. Al día siguiente le preguntó la hija, cuyos oídos estaban acostumbrados al jaleo de arriba, que tal había pasado la noche. Y la madre le contestó: ¡Nunca había oído tan claramente los ruidos de un parto! ¡Tenemos que felicitar a tus vecinos de arriba por el alumbramiento! Desde luego esta casa es muy ruidosa pero el evento merece un brindis, ¿no crees?


La hija no se atrevió a contar a su madre la verdad puesto que su estancia iba a ser muy corta, así que pidió a sus vecinos de arriba un poco de abstinencia o por lo menos un poco de consideración… Los indecorosos amantes decidieron entonces reducir sus manifestaciones a susurros y murmullos, pero solo mientras que estuviera la madre huésped.


Lo cual me recuerda la historias de una pareja cuyo marido dijo de repente a su mujer: Vamos a hacerlo de manera más atlética y misteriosa, tú te pones en el centro de la cama con los ojos tapados y yo me subo al armarios de en frente y me tiro encima tuya con la ayuda de una cuerda agarrada al techo como si fuera una liana, haciendo el grito de Tarzán…


El hombre se subió al armario, mientras su mujer se preparaba a recibirle en la cama con un antifaz tapaojo rojo. Sin embargo se produjo un desenlace inesperado porque la “liana” se rompió y el hombre en lugar de volar hacia la mujer, se dio con el canto de madera de los pies de la cama en la boca.


Con una mano tapándose la boca por el dolor el hombre empezó a emitir unos ásperos ruidos guturales como: Mmm, mmm  y la mujer, aún con los ojos tapados, le dijo entonces: Oye Pepe, vamos a volver al sistema de antes, porque así solo gozas tú…



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