miércoles, 30 de diciembre de 2015

La hija del Profeso, de Carlo Emanuele Ruspoli

Con gran satisfacción os anuncio que la imprenta, pese a un imprevisto que ha causado un fuerte retraso, ha enviado hoy la novela al Grupo Editorial Sial Pigmalión para su distribución. Esta vez el proceso de la creación del libro ha sido bastante más largo, porque la editorial ha encargado una revisión adicional del texto a la doctora y escritora doña Alicia García Olbés, con gran satisfacción por mi parte, porque Alicia es miembro del Jurado que me ha otorgado el Premio Internacional Sial Pigmalión de Narrativa 2015. Al mismo tiempo, quiero agradecer a David García Urbieta por su excelente colaboración en la creación de la maqueta del libro y las correcciones del texto. Espero que mi novela agrade al público, con especial énfasis a las lectoras, ya que se trata de una novela romántica terrorífica, con varias historias de amor y algunas obsesiones, en un ambiente vampírico, de 845 páginas. 










lunes, 28 de diciembre de 2015

Episodios Nacionales, 7 de julio, tomo octavo, de Benito Pérez Galdós

Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843 - Madrid, 4 de enero de 1920), fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español. Se le considera uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX no solo en España y un narrador capital en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser propuesto por diversos especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelesco español de la época,4 apartándose de la corriente romanticista en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con "su intuición serena, profunda y total de la realidad", se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, "artísticamente transformado". De ahí que "desde Lope ningún escritor fue tan popular, ninguno tan universal desde Cervantes". Pérez Galdós fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar nominado al Premio Nobel en 1912. Aunque, salvo en su juventud, no mostró especial afición por la política, aceptó su designación como diputado en varias ocasiones y por distintas circunscripciones.
Es curiosos que mi obra novelesca haya sido elegida precisamente para un Proyecto Galdós que busca el patrocinio de artistas de varios campos, como la escritura, la escultura y la pintura.




Miguel Ángel, los secretos ocultos en sus obras maestras, de William E. Wallace

Muy interesante este libro de Wallace patrocinado por Ocaso sobre los secretos de las obras del excelso artista. Michelangelo Buonarroti (Caprese, 6 de marzo de 1475-Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica. Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médici de Florencia y los diferentes papas romanos. Fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida: Le vite de' più eccellenti pittori, scultori e architetti, de Giorgio Vasari, publicada en 1550 en su primera edición, en la cual fue el único artista vivo incluido, y Vita de Michelangelo Buonarroti, escrita en 1553 por Ascanio Condivi, pintor y discípulo de Miguel Ángel, que recoge los datos facilitados por el mismo Buonarroti. Fue muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino. Benedetto Varchi, el 12 de febrero de 1560, le envió una carta en nombre de todos los florentinos diciéndole:...toda esta ciudad desea sumisamente poderos ver y honraros tanto de cerca como de lejos... Vuestra Excelencia nos haría un gran favor si quisiera honrar con su presencia su patria.Tolnay (1978, p. 14)
Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición por parte del papa Julio II, y que se concretó en una obra excepcional que magnifica la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos.


lunes, 21 de diciembre de 2015

Felicidad exprés: trucos para levantar el ánimo en solo 30 segundos

Todos tenemos nuestros días malos. Por ello, saber cómo el animarse a uno mismo es importante. Cuando ir a meditar a la montaña o pegarse una buena sudada a base de running no son opción, más nos vale tirar de trucos sencillos para venirnos arriba sin la ayuda de nadie. La buena noticia es que unos pocos segundos pueden cambiarlo todo, incluso nuestro estado de ánimo.

La doctora estadounidense Jill Bolte dedicó toda su carrera al estudio de la enfermedad mental y a cómo se refleja en el cerebro. En el año 1996 la propia neuroanatomista padeció un severo derrame que la hizo profundizar aún más en la autoconciencia. Llegó a la conclusión de que cada uno de nosotros tiene “el poder de elegir en cada momento quién es y cómo quiere ser en el mundo”. Bolte aconseja “cruzar a la derecha del hemisferio izquierdo y, simplemente sentir”, ya que las emociones “se pasarán solas”. En concreto, llegó a cuantificar el tiempo de las emociones en 90 segundos, pasados los cuales la exaltación desaparece.

Aunque tranquiliza saber que sea una cuestión mental, ¿qué podemos hacer cuando no disponemos siquiera de minuto y medio para cambiar el chip? ¿Cómo confrontar los fantasmas de nuestro propio cerebro cuando se convierte en el enemigo? Aquí van algunos consejos exprés para alegrar el ánimo y convertirse en ese autocheerleader tan necesario como eficaz.

William James, psicólogo de la Universidad de Harvard, llegó a aseverar : “Si la persona no expresa la emoción, no llega a sentirla”

1. Sonreír. Es tan sencillo como mover los músculos de la boca hacia arriba. La RAE lo define así: "Reírse un poco o levemente, y sin ruido". Merece la pena intentarlo, porque la postura influye directamente en la emoción. Fue uno de los supuestos de Charles Darwin, y posteriormente ha sido avalado por eminentes psicólogos de la Universidad de Harvard como William James, quien llegó a aseverar que “si la persona no expresa la emoción, no llega a sentirla”. Es lo que se llama feedback facial, por el que “las expresiones faciales están conectadas a lo que sentimos”.

2. Contar un chiste sobre su tragedia. Funciona porque facilita el cambio actitudinal. La idea fue propuesta en Terapia Racional Emotiva, de Albert Ellis. Este psicólogo americano, considerado uno de los más influyentes de la historia, planteó en su día algunas técnicas terapéuticas que continúan en pleno vigor, y que hacen uso de los chistes y las hipérboles como fórmula “aniquiladora de tonterías”. Nada como exagerar las propias miserias y verbalizarlas para darse uno cuenta de lo ridículas que resultan. Con esta fórmula podremos permitirnos pensamientos catastrofistas del tipo: “Es terrible”, “Oh, dios mío” o “No puedo seguir así”.

3. Enviar un emoticono a un amigo. O una foto que le guste, el enlace a una canción, un simple "hola, ¿qué haces?". La soledad, tan necesaria en ocasiones, también conduce a la miseria, según múltiples estudios. Por tanto, una manera de combatir la infelicidad es socializar. Si no tenemos a mano a nuestro mejor amigo, siempre se puede tirar de tecnología. No todo va a ser un mal uso de nuestrosgadgets.

4. Ceder el sitio en el metro. Ir un paso más allá de lo social y mostrarse servicial tiene un efecto muy positivo en los demás, pero también en nosotros mismos. De hecho, nos hará más felices que ser hedonistas, tal y como expresaron varios psicólogos americanos en un artículo de Journal of Research in Personality. Sus datos coinciden con algunos preceptos de la PsicologíaPolítica, por la que se sabe que involucrarse en las propias creencias incrementa el bienestar. Aquí habría que ir un paso más allá y excederse a los 30 segundos, al involucrarse en una ONG o partido político con cuyas ideas comulgue. Los activistas, según los ensayos citados, manifiestan sentir mayor vitalidad que aquellos que no adquieren compromisos idealistas.

Aunque la ingesta desmesurada de comida es un síntoma de que algo no va bien, lo cierto es que una de las razones por las que comemos sin hambre es que mientras lo hacemos no nos angustiamos

5. Tomarse un caramelo. Aunque este consejo hay que tomarlo con cuidado si se es tendente a los hábitos compulsivos, existe una razón emocional para darse a la comida o para atiborrarse a chuches. Por algo se escucha tanto la cuestión de “comer por ansiedad o ansiedad por comer” sin saberse muy bien si va antes la gallina o el huevo. Aunque la ingesta desmesurada de comida es un síntoma de que algo no va bien, lo cierto es que una de las razones por las que comemos sin hambre es que mientras lo hacemos no nos angustiamos. Por definición, comer es una respuesta antagonista de la ansiedad, al igual que el propio sexo. Así lo explica el catedrático de Psicología Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Tomando con cautela este consejo, un caramelo a tiempo bien puede salvarnos de algún disgustillo en momentos puntuales. Por aquello de que el orgasmo nos lleva algo más de tiempo…

6. Pseudocomprar en la Red. Es uno de los grandes clichés consumistas, pero existen pocas cosas tan efectivas para elevar el ánimo. ¿Hasta qué punto se sostiene científicamente el mito de las compras? Los estudios sobre la psicología del retail son casi infinitos, y se sabe que los americanos, por ejemplo, pasan hasta seis horas a la semana comprando. Aunque la etiología de la compra compulsiva no está del todo clara, los estudiosos de la materia lo relacionan con la dopamina; y neurocientíficos como Olsen descubrieron ya en el año 2011 que el comprar activa las mismas regiones cerebrales que las drogas. ¿Cómo aplicar estos preceptos para sentirnos bien sin caer en la ruina de la compra de impulso? Tan sencillo como realizar una compra online y no rematarla, o anularla después: engañaremos al cerebro, que vivirá la compra como real, pero sin el cargo en el extracto de nuestra visa.

7. Anotar, en una frase, algo hermoso de su vida. La expresión de gratitud es uno de los pilares de la psicología positiva, últimamente muy empleada en coaching. Se trata de “centrarse en el momento presente para apreciar tu vida tal y como es, sin dar las cosas por hechas y analizando las bondades y bendiciones con las que contamos”. Es uno de los consejos de la autora Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de California, autora del libro La ciencia de la felicidad. Recordar (o apuntar) dos o tres aspectos positivos de nuestra existencia nos llevará apenas unos segundos y, a cambio, tendrá unos resultados positivos impresionantes en nuestro estado de ánimo.

8. Mirar el vídeo de un gato. El gran fenómeno viral de quedarse embobado observando pequeños filmes de dulces animalitos ha resultado no ser casual, y lo ha demostrado una profesora de la Universidad de Indiana. Jessica Gal Myric se decidió a analizar la razón por la que los vídeos de gatos consiguen fascinar a los internautas. Para hacerlo encuestó a casi 7000 personas con el fin de descubrir por qué, en el año 2014, se subieron más de dos millones de vídeos de gatos a YouTube, obteniendo hasta 26 billones de visualizaciones y ganando por goleada a las demás categorías. Entre sus conclusiones estuvieron que los incondicionales de estos vídeos reportaban sentir más energía y positividad, a la vez que reducían el malestar emocional.

Los sufrimientos del mundo

La circulación global e instantánea de la información nos lleva a ser hoy más conscientes de cuánto sufrimiento hay en el mundo y de cuántos problemas afronta la humanidad.
Intentemos hacer un elenco:

  1. la pobreza de multitud de personas que viven en la miseria o que no conocen otra cosa que sufrimiento y explotación.
  2. la todavía más profunda pobreza de no conocer a Cristo que, según la madre Teresa de Calcuta, es "la primera pobreza de los pueblos" y de la que no se libra ningún rincón de la tierra.
  3. las guerras.
  4. las injusticias, la crisis moral y las "estructuras de pecado" que pueden parecer inevitables e imposibles de erradicar del mundo complejo en que vivimos.
  5. la agresión a la vida desde la concepción a su fin natural.
  6. la crisis de la familia, insustituible célula básica de una sociedad sana y próspera.
  7. el relativismo cultural y moral que hace perder el sentido de la búsqueda y de la existencia de la verdad.
  8. la desequilibrada y miope relación con la naturaleza, a veces explotada en modo salvaje, a veces "idolatrada" y paradójicamente objeto de una atención mayor que la reservada al ser humano.
  9. las enfermedades.
  10. un desarrollo científico y tecnológico que puede ir adelante, a toda costa y en cualquier dirección posible, sin plantearse de ningún modo el problema de que la ética del comportamiento humano debiera en cambio imponer límites.
  11. los que mueren mártires en muchos lugares del mundo por testimoniar y llevar a Cristo.
  12. la agresividad, la hostilidad y la censura que a veces se reservan al Papa y a la Iglesia en el anuncio del mensaje de verdad y amor del Evangelio.
  13. la crisis económica que ha golpeado a países enteros y parece quitar horizontes de esperanza a tantísimas personas.

Frente a todo esto, nosotros como cristianos ¿cómo nos situamos?
Como nos enseña la "Gaudium et Spes", y como no se cansa de decirnos nuestro querido Papa Francisco, el mundo nos presenta motivos de tristeza pero también muchos motivos de alegría, o sea las semillas de vida, verdad y amor, muchas veces silenciosas, que las personas de buena voluntad cultivan en todos los rincones del planeta construyendo el Reino de Dios.
Que haya persecuciones, problemas, sufrimientos e injusticias es muy triste y toca profundamente a nuestra sensibilidad humana. Cada época de la historia de la humanidad ha tenido que afrontar y superar sus graves problemas. ¡A nosotros nos toca afrontar los de hoy!
Estamos convencidos de que lo que hace falta hoy es ¡un gran mensaje de esperanza!
Un mensaje en el que todos los hombres puedan sentirse unidos en la gran lucha/misión que no es la de hermano contra hermano, sino la de todos y cada uno contra el mal.
Es el mensaje que no se cansan de anunciar multitud de hombres y mujeres de buena voluntad en todo el mundo, así como los cristianos que tratan de poner en práctica el Evangelio, la Iglesia y el Santo Padre.
¡Y el gran mensaje de esperanza es el mismo Cristo!
El mensaje y la experiencia de Cristo es la cuña que rompe el hielo, que ahuyenta el mal, que transforma la vida de las personas... luego viene todo el resto: el crecimiento humano y espiritual personal, y de enteras sociedades.

lunes, 14 de diciembre de 2015

El regreso del Catón de Matilde Asensi

Entretenida esta nueva novela de ficción del mundo de los staurofílakes en la que Matilde Asensi vuelve a la senda de los misterios que tanto la han encumbrado en el mundo literario. Del primer libro se vendieron más de un millón de ejemplares. Los staurofílakes son una secta religiosa secreta (ficticia), cristiana, que se origina a partir del año 326, cuando Elena de Constantinopla, madre del emperador romano Constantino I el Grande, a los 80 años de edad,en el año 325 d.C., tras indagar en Jerusalem y preguntar a los sabios, descubre, en una gruta del Gólgota, tres cruces junto a la corona de espinas, el Titulus Crucis y más reliquias de la Pasión de Cristo. Tras coger a un muchacho muerto, lo coloca encima de cada una de las cruces encontradas hasta que en la tercera cruz, tras depositar el cadáver, este resucita, constatando que esta es la cruz donde Jesús de Nazaret fue crucificado, la Vera Cruz. Los staurofílakes desde el principio han custodiado los fragmentos de la Vera Cruz y en la actualidad se encargan de ir recuperándolos. Los miembros de esta secta religiosa tienen unos rituales de iniciación que consisten en siete pruebas en siete ciudades diferentes. Estos han ido variando a lo largo de los siglos, por seguridad y temor a ser descubiertos. Aquellos aspirantes a staurofílakes, por cada prueba mortal que es superada, son marcados por otros staurofílakes veteranos con unas escarificaciones en el cuerpo, con forma de cruces y en la última prueba con letras griegas formando la palabra ΣΤΑΥΡΟΣ (STAUROS). En la primera novela, el primer staurofílake que aparece y con el que se inicia toda la trama es el etíope Abi Ruj Iyasus, que aparece muerto en un accidente de avioneta, abrazado a una caja con unos trozos de madera (Lignum Crucis). Este etíope tiene por todo su cuerpo las escarificaciones de las cruces y las letras griegas. Entre los staurofílakes, el equivalente al papa es denominado «catón». A lo largo de los siglos, hasta la actualidad, ha habido 257 catones, elegidos por un consenso tras la muerte del último catón.



miércoles, 9 de diciembre de 2015

La hija del Profeso

Hoy entregué a la editorial Sial Pigmalión las últimas correcciones de esta novela galardonada con el Premio Internacional de Narrativa Sial Pigmalión de 2015, una de mis obras más complejas y difíciles de escribir. Empecé a concebir la novela tras releer por enésima vez el magistral relato Dracula de Bram Stoker y visionar su película en la versión de Coppola, creando una estructura para un nuevo relato distinto como hago de costumbre. Sin embargo, me di cuenta que esta vez tendría que cambiar de protagonista, porque Ginebra, hija de Frey Giangaleazzo Ruspoli, el Profeso, sería precisamente la joven historiadora que descubriría y relataría toda la trama. Así que tuve que identificarme con ella, lo cual ha resultado francamente atrevido por mi parte, pero espero que el resultado agrade a los lectores, tal vez con preferencia del público femenino. Porque no se trata simplemente de una historia de terror, para mi es una historia romántica ya que hay varias relaciones sentimentales en la novela, además del intenso amor de una hija hacia su padre y unas cuantas obsesiones. No quiero entrar en más detalles, para no estropear la sorpresa de mis lectores, pero quiero agradecer la fantástica ayuda de mi prologuista y gran amigo, el escritor José Semprún, así como la doctora, escritora, poetisa, y mucho más, doña Alicia García Olbés y del joven David García Urbieta, ambos fundamentales para corregir el texto. Alicia ha creado también una serie fotográfica de los lugares que se visitan en la novela que se enseñará en las presentaciones del libro. 

Finalmente, ofrezco a mis lectores un apunte pèrsonal, por si desean conocerme mejor. Padezco de insomnio. Y al Todopoderoso agradezco tal dolencia, que siendo tantas las noches que paso en vela, no hay una en la que no me sienta libre. Que unas noches soy el pícaro y necesitado sacristán Carlos, o ando metido en el pellejo del cura Don Josechu. Otras soy conquistador. Y otras obispo. Y una recuerdo en la que el cónclave me eligió Papa. He sido aventurero, médico y futbolista.  Premio Nobel, estudiante y analfabeto. Y muchas veces casada y alguna viuda. He ganado carreras y combates. He sido extraterrestre, demonio, ángel y San Pedro, y a la memoria me llega una noche que, con todo respeto, fui Dios. Pirata, vagabundo, buhonero, aguador, obrero y minifalda. Militar, herido en la guerra y hasta muerto. Quijote, Sancho y Buscón. Parado, rico, enfermo y milagroso. Pájaro, dinosaurio, conejo y escopeta.  Pero el personaje que más me gusta es ser Profeso y hacer justicia por el mundo y en todas las épocas. Y como no tengo límites, a veces, he sido muchas cosas a la vez.  Y aun así, alguno me pregunta que por qué escribo.  Soy un hombre y ansío la libertad. Y yo me siento libre cuando en la soledad de la madrugada, frente al ordenador o a un folio en blanco y una pluma, soy quien en ese momento se pregunta: - ¿Por qué no escribes?»

Cubierta, contracubierta y solapas del libro

En la portada, imagen del castillo de Bran, una fortaleza medieval localizada en la actual Rumania, que goza de gran atractivo turístico por su relación con la novela Drácula de Bram Stoker.






lunes, 7 de diciembre de 2015

El Tribunal Supremo del Reino de España

Precioso libro que don Pedro José Yagüe Gil, Magistrado de la Sala Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo nos ha enviado. Recomiendo la visita al Palacio de Justicia de Madrid que es una verdadera maravilla arquitectónica y artística.



martes, 1 de diciembre de 2015

Aire, agua, tierra y fuego un poemario de Alicia García Olbés

A la espera de disponer del libro para poder escribir una reseña, os recomiendo incondicionalmente ese poemario de Alicia García Olbés, autora del extraordinario libro "El rompecabezas inconmensurable" que expone la evolución de la tierra y la entrada en escena de los hombres y cuya reseña ya figura en este blog. Alicia se licenció en medicina y ejerció de cirujana plástica durante muchos años, doctorándose tras cinco lustros de profesión, y alternando con las traducciones e interpretaciones. Hizo teatro, cine, y escribe cuentos, poemas y otras obras. 


viernes, 20 de noviembre de 2015

S.A.R. el Infante don Carlos de Borbón-Dos Sicilias







Proyecto Galdós



Estoy muy honrado de haber sido incluido entre los artistas los beneficiarios del Proyecto Galdós. Desde mi blog quiero expresar mi agradecimiento a los organizadores de este importante y novedoso proyecto cultural. 
Tras la presentación, adjuntaré el texto de mi intervención.

Excelentísimos e Ilustrísimos señoras y señores: 
Estoy muy agradecido por haber sido incluido como artista  beneficiario del Proyecto Galdós por la Embajada del Lujo. Para entretener al público presente, les contaré uno de mis relatos breves, nada autobiográfico, pero cargado de buenos sentimientos. ¿Quieren saber el origen de la inspiración? En España y en el mundo musulmán se producen varios ataques a la Iglesia, muchos mortales. Este relato imaginario es mi modesta contribución a favor de la inconmensurable labor que realiza incansablemente la Iglesia, día a día.

«Andaba yo en la parroquia haciendo cosas de sacristanes, que aunque no llegaba a monaguillo, se gustaba mí cura Don Josechu de darme ascenso a su conveniencia, y acabando de dar lustre a la patena, entró en el templo un parroquiano que decía venir a ponerse a buenas con Dios, que a no tardar mucho ante él se presentaría para rendir cuentas y quería llevar arreglados los asuntos terrenales. Me intrigó a mí que tuviera esa persona certeza de la fecha de su partida, y como lucía yo una sotana vieja, que al tener sólo unos pantalones con esa prenda los guardaba de la lejía, me hice pasar por el cura y le invité a que me relatara sus pesares. Comenzó el hombre diciendo que a sus cincuenta, a un mes estaba de cumplir tres años desocupado, y que no andaba boyante en la economía, que con los cuatrocientos cincuenta euros que el gobierno le daba de ayuda, eran muchas las noches que se acostaba sin cenar, y aun así vivía de invitado en la casa de sus suegros, que de su casa buena cuenta dio el banco a resultas del retraso con la hipoteca. Y si malo estaba en lo económico, peor aún llevaba las cuestiones de la salud, que de dos meses atrás sabía que más de dos años no alcanzarían sus huesos sin dormir en ataúd. Afectado era el hombre por una enfermedad de nuestro tiempo, a la que por abreviar se la conoce por LMA, y no es otra cosa que Leucemia Mieloide Aguda.
Pensé yo entonces que muy raras son ahora las enfermedades que nos llevan a fallecer, que no hace mucho lo habitual era hacerlo de un cólico miserere y si no estaba claro el diagnóstico, finados eran todos del último mal. Negro fue el futuro de los afectados por este cáncer, que diez años atrás ninguno de ellos libraba la pellica. Pero gracias al Glicec, un medicamento que al mercado lanzó en el principio de siglo la multinacional Novartis, pocos eran ahora los que emprendían el último viaje por la dolencia. Era encargada la Seguridad Social de correr con los gastos necesarios para mantener con vida a los que, sin querer, sufrían de esta Leucemia con lo que su fecha de caducidad, como la de los otros cristianos, se mantenía en incógnita. Pero hace seis meses que la Novartis no ganó los cuartos a los que era acostumbrada, y en vez de cinco mil, cuatro mil quinientos fueron los millones que entraron en sus faltriqueras y buscando lo perdido, por tres multiplicó el coste del mila-groso remedio. No corren buenos tiempos para los pobres, y pronto el Ministerio de Sanidad reaccionó a la subida y renunció a la subvención del Glicec, que los setenta mil euros que costaba al año el tratamiento mucho se le hacían, y decía el ministro que le desajustaban los presupuestos. Y tal era la razón de que aquel hombre supiera que en seis me-ses menos de la mitad de un lustro, cita tenía con San Pedro y con Cristo para cenar.
Mucho me dolió el relato de aquel parroquiano que, desde los tiempos de los esclavos, no había visto yo tan claro lo que valía la vida de un hombre. Dio vueltas mi caletre buscando solución al asunto y de monedas vacié los cepillos de Santa Gema, y me acerqué al de la Santa  por si acaso, y conté el total y a diez euros ascendió la recaudación, que de mucho tiempo también andaban en crisis los bienaventurados. Recordé entonces que en el cuarto guardaba el Don Josechu doscientos euros destinados a pagar el arreglo de unas goteras, y pensé yo que no se enfadaría el cura si los utilizaba en otra obra. Al hombre le hice entrega de los doscientos diez y de una nota dirigida al ministerio: “Valgan estos euros, señor ministro, para comprarle al portador diez minutos más de vida”. Y se fue el hombre contento. 
Y volví yo a mis cosas de sacristanes. No ando yo sobrado de preparación académica, por lo que no es de extrañar que considere mal elegido el destinatario y peor formulada la pregunta. Que según entiendo yo, no es a mí a quien debe preguntarse ¿por qué escribo? Que lo atinado sería preguntar a los demás ¿por qué no escribes?
Y padezco de insomnio. Y al Todopoderoso agradezco tal dolencia, que siendo tantas las noches que paso en vela, no hay una en la que no me sienta libre. Que unas noches soy el pícaro y necesitado sacristán Carlitos, o ando metido en el pellejo del cura Don Josechu. Otras soy conquistador. Y otras obispo. Y una recuerdo en la que el cónclave me eligió Papa. He sido aventurero, médico y futbolista.  Premio Nobel, estudiante y analfabeto. Y muchas veces casada y alguna viuda. He gana-do carreras y combates. He sido extraterrestre, demonio, ángel y San Pedro, y a la memoria me llega una noche que, con todo respeto, fui Dios. Pirata, vagabundo, buhonero, aguador, obrero y minifalda. Militar, herido en la guerra y hasta muerto. Quijote, Sancho y Buscón. Parado, rico, enfermo y milagroso. Pájaro, dinosaurio, conejo y escopeta.  Pero el personaje que más me gusta es ser Profeso y hacer justicia por el mundo y en todas las épocas. Y como no tengo límites, a veces, he sido muchas cosas a la vez.  Y aun así, alguno me pregunta que por qué escribo.  Soy un hombre y ansío la libertad. Y yo me siento libre cuando en la soledad de la madrugada, frente al ordenador o a un folio en blanco y una pluma, soy quien en ese momento se pregunta:
- ¿Por qué no escribes?»

Mi tardía carrera literaria empezó hacia el cambio de siglo. Mi padre había escrito su primer libro acerca de nuestra familia, en italiano, y me propuso traducir el texto para publicarlo en España. Me animé y empecé a traducirlo, pero me di cuenta que había que encontrar la manera de que el libro pudiera ser de interés para un público más amplio, por lo que pensé añadir a los personajes del libro “I Ruspoli, da Carlomagno a El Alamein” unos personajes equivalentes de la familia de mi mujer. Así fue como nació mi primer libro “Retratos, anécdotas y secretos de los apellidos Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli” publicado por la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía. La investigación necesaria me permitió almacenar muchos datos de todas las épocas, que aproveché para escribir mis novelas de la serie el Profeso, el Bailío y Gran Prior de Pisa Frey Giangaleazzo Ruspoli de la milenaria Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, denominada hoy simplemente como Orden de Malta. Hasta la fecha he escrito diez y siete entregas de la serie. 
Hago entrega a la Embajada del Lujo de tres ejemplares de la saga, publicados en España y a la venta en las librerías. Se trata de “El Profeso y el opio”, “El Profeso y la masonería” y “El Profeso y la parapsicología”. 
Frey Giangaleazzo Ruspoli es un personaje que en su semblante de fantasma procedente del guerrero de la alegoría de la ilustración me ha ido seduciendo con cada una de sus historias, hasta ejercer en mi la fascinación que despiertan los grandes detectives de la literatura, como Hércules Poirot o Sherlock Holmes. Gracias a sus investigaciones, los lectores podrán profundizar en su universo, en su carácter peculiar, en su exquisita cultura, en su círculo familiar, cargado de luces y sombras.
No quisiera extenderme más, así que si están interesados en conocer las sinopsis de las novelas históricas y el perfil de los personajes les propongo que descarguen el catálogo que figura más abajo.
Encontrarán, si quieren saber más de mi actividad como escritor, una página de descarga de mi catálogo literario en esta dirección:: http://www.caja-pdf.es/2015/06/19/gian-galeazzo-ruspoli-y-mas/ 
Hoy mis blogs cuentan con más de 70.000 lectores, he publicado en papel una decena de libros y otro tanto en formato digital y estoy presente en algunas de las principales redes sociales, muchas gracias por escucharme. 


martes, 17 de noviembre de 2015

"Yo nací en villa Farnesina..." de Luis Narváez y Rojas





Tras la presentación, les adjunto mi discurso acerca de este interesante libro, el primero de Luis Narváez y Rojas, marqués de Oquendo.

Queridos lectores, tienen ante Ustedes una excelente obra que desvela muchas claves para entender la historia contemporánea principalmente de España y de Italia, en medio de un continente europeo que vio los reinados turbulentos en España de Fernando VII, Isabel II y Alfonso XIII, las guerras de independencia de Italia y su posterior unificación, la pérdida del poder temporal de la Iglesia, la guerra civil española y la gran guerra o primera guerra mundial a principios del siglo XX, todos acontecimientos vistos bajo la óptica de una familia gallega de ricos comerciantes de las indias que lograron ennoblecerse y erguirse paulatinamente como espectadores de primera fila de los acontecimientos europeos.
Nadie escribe un libro porque sí, salvo los poetas, que estos, como algunos artistas, tienen necesidad imperiosa de manifestarse porque lo que llevan dentro les consume. Por ello, ante un libro ajeno, siempre me pregunto por qué lo hizo su autor, aunque cuando lo hago respecto a uno propio la respuesta no suele gustarme: compromiso, prestigio, remuneración... que suele ser también aplicable a casi todos los de los demás. No es el caso de "Nací en villa Farnesina…" de Luis Narváez Rojas que constituye un legado a los suyos, Por ello me es especialmente grato actuar de prologuista, y por ello también, sírvame de excusa, me valdré de cuantas citas crea venir al caso, de gentes a las que admiro.
¡Cómo he disfrutado de la lectura del libro! Confieso que abrigué un temor inicial, porque los textos biográficos, a veces, son bastante tediosos. Pero en este caso, la vida de los distintos protagonistas Bermúdez de Castro, enmarcados en su época y en los distintos lugares donde vivieron, Cartagena de Indias, Cádiz, Madrid, Nápoles, Roma, París, Brighton, Colonia ha resultado muy interesante. Caso aparte es el de la protagonista tía del autor, que tuvo la desgracia de nacer fuera del matrimonio. Es curioso, entre mis más queridos amigos cuando viví en Roma, me acuerdo de un pariente de la madre, el duque Rodolfo de Baviera, del linaje Wittelsbach.
Dada mi ascendencia ítalo-española, porque nací de padre italiano y madre española, y teniendo en cuenta mi vocación de historiador, me voy a centrar en los acontecimientos del libro relativos a Italia, en particular a su unificación de 1860, completada con la conquista de Roma diez años después y a la villa Farnesina.
Quiero puntualizar que al estallar la segunda guerra de independencia italiana, Giuseppe Garibaldi era mayor general de los Cazadores de los Alpes, compuestos por 3.000 soldados. Con ellos con-quistó Varese, Como, Brescia y en las negociaciones de paz, Víctor Manuel II de Saboya logró la anexión de Lombardía, tras la que vendrían las de Parma, Módena, Toscana y Romaña, al solicitar sus gobiernos provisionales su unión al Piamonte. El siguiente objetivo de Garibaldi fue entonces lograr la anexión del reino de las Dos Sicilias, el más próspero de la península italiana, al Piamonte. En dicho reino Francisco II de Nápoles ejercía una monarquía absoluta. Sin embargo, garantizaba el bienestar a la población. Los movimientos separatistas en Sicilia fueron el caldo de cultivo para la expedición de los Mil Camisas Rojas, auspiciada por Cavour. Pero el primer ministro no quiso o no pudo financiar la expedi-ción, solo proporcionó al general los barcos y los mil hombres sin ar-mas, escogidos entre los que estaban presos en las cárceles piamontesas, unos reclusos que aceptaron encantados ya que su premio, tras la expedición, fue la libertad. Lo cual obligó a Garibaldi a buscar ayudas económicas. Luis Narváez menciona un apoyo de la marina inglesa para cruzar el estrecho de Mesina, es cierto, pero el apoyo inglés fue mucho más importante, porque el general pidió ayuda financiera a su amigo el patriota Mazzini, y este, masón, pidió a su vez ayuda a la masonería inglesa. Las ayudas de la masonería permitieron dotar a su pequeño ejército de las armas necesarias, de la logística y de las vituallas. Además una parte de la ayuda fue a parar a los generales del ejército borbónico para “perder” dignamente contra Garibaldi, a cambio de mantener su graduación en el futuro ejército real italiano. Al frente de su tropa de voluntarios, Garibaldi llegó a Marsala (después de haber zarpado desde Génova), donde fue recibido con entusiasmo por los rebeldes que pensaban que así lograrían la independencia de la isla, incluso algunos de estos se unieron a los Mil. Participó entonces en la supresión de la resistencia, dirigiendo más tarde sus tropas hacia Nápoles, entre las que se encontraba la Legión Internacional, compuesta, entre otras nacionalidades, por 500 húngaros, quienes derrotaron a las tropas del rey en la Batalla del Volturno, en octubre de 1860. Esto obligó a Francisco II a huir y refugiarse en los Estados Pontificios, instaurando en Nápoles una república regida por un gobierno provisional. En Sicilia, Garibaldi recibió ayuda económica puntual también de Alejandro Dumas, quien había viajado con su nave Emma con un cargamento de armas para su pequeño ejército. Posteriormente el escritor francés también ayudó a Garibaldi a escribir sus memorias. Ambicionando una Italia unida bajo un solo gobierno radicado en Roma, concibió la idea de marchar sobre los Estados Pontificios, defendidos por tropas francesas. Sin embargo, Víctor Manuel y Cavour, temerosos de perder lo logrado ante una radicalización del conflicto, evitaron el avance de Garibaldi. El incidente no supuso un enfrentamiento entre el rey del Piamonte y Garibaldi; antes al contrario, el revolucionario reconoció a Víctor Manuel como rey de Italia el 26 de octubre de 1860.
Un último comentario acerca de la Villa Farnesina, donde nació la protagonista del libro, una hermosa villa-palacio de Roma. Fue cons-truida entre 1505 y 1511 por Baldassarre Peruzzi en el barrio del Tras-tevere, por encargo del banquero sienés Agostino Chigi. En 1580 fue adquirida por el cardenal Alejandro Farnese de donde recibió su nombre actual. Villa Farnesina fue la primera villa nobiliaria suburbana de Ro-ma. Se alza fuera de la antigua muralla de Roma, donde antaño crecían los huertos y viñedos de Julio César. Se cree que Cesar alojó secreta-mente aquí, en su palacio a orillas del río, a Cleopatra (44 a. C.). Con ello evitaba por un lado el embarazoso encuentro entre su mujer, Calpurnia, y su amante; y por otro, el incumplimiento de la ley que prohibía a un monarca extranjero residir en la ciudad. Desde este palacio huirían Cleopatra y su hijo Cesarión al conocer el asesinato de Julio César. El parto por cesárea, practicado por primera vez en esta ocasión por médicos egipcios, toma su nombre del hijo de la célebre reina de Egipto. Podemos apreciar que con el inicio del Renacimiento la nobleza y burguesía italiana mostraba a través de sus residencias y villas su poderío tanto social como económico. La villa es un perfecto ejemplo de las primeras obras renacentistas. Se compone de un bloque central del que arrancan dos alas menores a ambos lados, formando así una especie de U. Las fachadas son de color anaranjado, sencillo y armonioso. En la fachada delantera se encuentra la logia de Cupido y Psique que da acceso al palacete que fue decorado por el mismísimo Rafael. En el bello jardín de la villa se celebraban importantes fiestas con príncipes, poetas, artistas e incluso Papas. Cuenta la leyenda que el derroche de lujo y ostentación era tal que durante las fiestas, las vajillas que eran de oro y plata, en vez de lavarlas y recogerlas, eran tiradas al fondo del Tíber, el río romano que pasa a los pies de la villa. La decoración se llevó a cabo entre 1510 y 1519. Destacan sin duda los frescos que se extienden por fachadas y muros. El mismo Peruzzi realizó algunos de ellos. Otros artistas que participaron fueron Sebastiano del Piombo, Rafael y los discípulos del último. Los frescos ilustran los mitos clásicos y destacan los del vestíbulo principal, llamado Sala de Galatea por mostrar a esta ninfa en una de las obras más célebres de Rafael. Esta sala se completa con las pinturas de astrología de la bóveda que muestran la posición de las estrella en el momento del nacimiento de su primer propietario Chigi. Otra de las estancias más bellas de la villa es el Salone delle prospettive, decorado por Peruzzi y que en los laterales creó una ilusión óptica que nos hace creer estar viendo Roma, tal y como era en el siglo XVI a través de unas columnas de mármol. En el dormitorio principal, los frescos de il Sodoma ilustran los desposorios de Alejandro y Rosana, y cómo ésta es atendida por querubines. Hubo un proyecto que pretendía unir la villa con el Palacio Farnese mediante una gran galería que atravesara el río Tíber y la calle Giulia. No llegó a realizarse y solo se construyó una mínima parte, aún visible, que atraviesa la calle Giulia. Salvador Bermúdez de Castro y Díez (1817-1883), marqués de Lema, residió varios años en la Villa Farnesina y la restauró. El palacio era propiedad de Francisco II, rey de las Dos Sicilias, en cuya corte Salvador había sido embajador de España (1853-1864). La Farnesina había pasado a los Borbones de Nápoles como herencia de sus antepasados los Farnese. Hoy la Villa Farnesina es la sede representativa de la Academia Nacional de ciencia, denominada “dei Lincei”, cuyo domicilio principal está al lado en palacio Corsini.
Pero en el libro de Luis Narváez hay mucho más que comentar, aunque prefiero terminar para no ser excesivamente prolijo. Así que, estimados lectores, lean con fruición y atribuyan a los protagonistas del linaje Bermúdez de Castro y a la tía Mary del autor el honor que se me-recen, sin olvidar el encomiable esfuerzo de su sucesor Luis Narváez y Rojas quien ha hecho realidad las estrofas que dedicara como cántico Calderón de la Barca en el certamen poético en honor de la canonización de San Francisco de Borja que tuvo lugar en 1671:

Que el blasón heredado
Es un tesoro hallado
Sin el heroico timbre de adquirido,
Pues sólo lo merece
El que a ser más de lo que nace, crece.


jueves, 12 de noviembre de 2015

Hundimiento del buque La Mercedes

Historia: Hundimiento del buque La Mercedes: el gran atraco edulcorado por los ingleses. 

En un acto de alevosía sin precedentes en tiempos de paz, concluido el siglo XVIII, allá por el año 1804, una de las más rápidas fragatas de la flota española, La Mercedes, había salido del apostadero de Uruguay con una importante remesa de lingotes de oro, plata, cerca de 30.000 monedas, reales de a 8 en su mayoría, y una cantidad sensiblemente menor de escudos de oro, estibada convenientemente con todos los medios para una larga travesía y con la carga de lastre calculada al milímetro. Debía de llegar a Cádiz en un plazo no mayor de dos meses y en apariencia no había contratiempos que indicaran el trágico suceso al que la condujo el destino y la vergüenza y deshonor que cayeron sobre sus agresores. Nada permitía barruntar el ataque que hundió a la fragata cuando prácticamente embocaba puerto. Hacía casi tres años que británicos, franceses y españoles habían firmado el tratado de paz de Amiens y un ataque a traición no era contemplado.


Hace ya más de doscientos once años, cuando estaba a una jornada de navegación de Cádiz y a punto de entregar un valiosísimo cargamento proveniente del Virreinato de Perú, un artero ataque militar británico sin previo aviso desataría un incidente que tenía claros visos de inducir, provocar u obligar a declarar la guerra a los españoles en un momento en que la superioridad naval inglesa era incontestable. Una actuación muy típica de la doctrina militar británica, adicta al “...a mí que me registren“.
En la tramoya, los tres grandes imperios europeos se debatían el dominio del comercio a través de una guerra abierta en todos los frentes. El viaje postrero de la fragata Mercedes conjuga y conjura una dramática miscelánea de ángulos políticos, humanos (alrededor de trescientas personas volatilizadas literalmente tras la deflagración de la santabárbara), estratégicos (el trasunto del control del enorme volumen de comercio con la América de entonces) y, sobre todo, un acto de guerra incalificable en tiempo de paz. En la tramoya, los tres grandes imperios europeos debaten la hegemonía por el dominio del comercio a través de una guerra abierta en todos los frentes del globo. Una guerra mundial que nunca fue considerada como tal.
También es una historia muy didáctica sobre cómo los vencedores edulcoran sus crímenes y tropelías con trampantojos que se perpetúan como clichés a lo largo de la historia, convirtiéndose al cabo del tiempo en verdades incuestionables e incluso, en anatemas tras sofisticados maquillajes de refutable y endeble confección, pero muy del agrado de aquellos a quienes les cuesta aceptar que son pensados y mantienen la creencia del libre albedrío como si este fuera un concepto invulnerable y no enajenable. Esta forma de pensamiento ha sido a lo largo de la historia uno de los grandes cánceres mentales de la democracia inglesa, la arrogancia desmedida y el ocultamiento deliberado de las innumerables batallas perdidas ante el Imperio español, transformando incluso nuestros propios fracasos en victorias suyas.

Una trágica casualidad

Pero el caso que nos trae a colación es que el espionaje británico conocía elpacto secreto firmado por el valido Manuel Godoy y Napoleón, cuyo propósito no era otro que España ayudara a Francia en su guerra con el Reino Unido, para así deshacerse de los molestos inquilinos isleños que con sus veloces naves y preparadisimos marinos cortocircuitaban permanentemente el comercio mundial .
De las técnicas de vanguardia usadas para la construcción de barcos en la Habana (Cuba), donde fue botada el 15 de noviembre de 1788, había salido esta marinera y bella nave, fragata que sería el prototipo de diseño al que la Real Armada aspiraba como buque que oponer a las veloces fragatas inglesas.
Aquella brumosa mañana aguardaba a la flota que traía caudales de Perú una banda de salteadores con uniforme de la marina británica, o lo que es lo mismo, la marina británica haciendo lo de siempre. El presunto 'fair play' británico iba a saltar por los aires una vez más. Fue siempre un mito del que quizás solo el 'gentleman' que era Nelson se salvara.
Mientras la marinería inglesa estaba sometida a un férreo y constante entrenamiento, la Real Marina española estaba dotada de levas poco disciplinadas
Cuatro buques de la Armada inglesa dieron caza por barlovento a una relajada escuadra española que creía estar navegando en un interregno de paz. Era el 5 de octubre de 1804. Las intenciones de Graham Moore, comandante al frente de la flotilla inglesa, eran hacerse con las naves sin más preámbulos, y rapiñar y saquear a destajo sin presentación previa de credenciales. Las fragatas españolas, menos artilladas pero de igual porte, arrastraban la fatiga de la singladura oceánica. Pero lo que no estaba previsto fue la resistencia a cara de perro de la agotada tropa peninsular.
En la flota española venían insignes e ilustres marinos, tales como Diego de Alvear, muñidor de la comisión de demarcación de límites entre España y Portugal; Pedro Afán de Rivera, que naufragó y aferrado al bauprés de La Mercedes relataría más tarde desde su cautiverio londinense el trágico episodio; Bustamante, capitán de la malhadada nave, etc. Una pléyade de marinos de altísimo nivel que asistirían atónitos al mayor atraco de la historia moderna.
El zafarrancho se produciría al amanecer, cuando, entre el rocío y los arreones del oleaje, se forman esa rara mixtura que da un apresto especial al velamen, parecido al del almidón y, por ende, con más dificultad de la maniobra. Al toque de diana y sin tiempo para más órdenes, se enviaría aviso a todas las unidades a través de la señal 246, la instrucción de orden de combate.
El capitán Diego de Alvear asistiría a la desaparición casi íntegra de su familia desde la borda de la Medea
Siendo las fragatas los modelos de nave de combate en ambas flotas que mayor número de innovaciones incorporaban, y muy parejo el nivel de calidad y diseño en la construcción, el reto estaba en saber cuáles serían más eficaces en combate. Hay que destacar que mientras la marinería inglesa estaba sometida a un férreo y constante entrenamiento y su preparación como hombres de mar era impecable en el sentido más amplio de la palabra; las dotaciones de la Real Marina española contaban, por la precariedad económica, con levas poco disciplinadas. La paga era peor que mala e impuntual, cosa que no ocurría en la parte inglesa. Según relata Pedro Afán de Rivera, una gran parte de dicha marinería venía muy enferma, las raciones eran de miseria y la eficacia técnica en la maniobra de carga y el disparo sostenido dejaba bastante que desear. Muchos de los marinos de bajo rango vestían, sin andar con circunloquios, con harapos.
El tesoro de la fragata Mercedes tal como se expuso en Madrid. (Efe)El tesoro de la fragata Mercedes tal como se expuso en Madrid. (Efe)
Un ataque que avergonzó a la ciudadanía británica
Literalmente no hubo tiempo para formar correctamente, y a las dos horas aproximadamente de un combate cerrado e intenso de artillería, La Mercedes se volatilizaría hasta la desintegración, probablemente por el impacto directo de un obús en el pañol de municiones de la amura de babor bajo la línea del nivel de flotación. Una casualidad matemáticamente improbable pero que ocurrió así, tal cual.
El capitán Diego de Alvear asistiría a la desaparición casi íntegra de su familia desde la borda de la Medea con su pequeño hijo Carlos, cadete en ese momento. Siete de sus hijos y su compañera en este destino indescifrable rendirían trayecto hacia la eternidad.
La fragata se hundió con 275 almas y tan solo hubo 48 supervivientes. Fue un auténtico 'casus belli' que avergonzó incluso a la ciudadanía británica, dada la difusión en prensa que se le dio a aquel trágico episodio en toda Europa. El hundimiento de la Mercedes desencadenaría una sucesión de hechos que culminaría con la desastrosa batalla de Trafalgar y un siglo de derrotas españolas. Su pecio, encapsulado en el tiempo, y a más de mil metros de profundidad fue finalmente recuperado casi en su totalidad por una compañía norteamericana de dudosa fama especializada en rescates submarinos.
España entregaría el testigo del control del orbe en la trágica y memorable batalla de Trafalgar
El silencio que siguió a la deflagración es algo que destacan todas las crónicas de las partes en conflicto en sus informes. Tanto Graham Moore, el comodoro al mando de los salteadores, como el teniente de navío Pedro Afán de Rivera, hacen constar el pesar de lo ocurrido independientemente de la artera maniobra británica. El combate se paró automáticamente, dando prioridad a la recogida de los náufragos y atención de los heridos. Las naves españolas fueron llevadas a Plymouth y Londres donde se reciclarían ya fuera como barcos de formación de cadetes, ya como barcos hospital. Posteriormente varios barcos ingleses con pabellón parlamentario se acercarían a Laredo y La Coruña en el año de 1805, ya en plena guerra, para devolver a la oficialidad y marinería cautiva. En ese año, España entregaría el testigo del control del orbe en la trágica y memorable batalla de Trafalgar.
Siglos después, como sutil recordatorio, una carta asida a su pecho, como el corazón a la entraña, hizo que Pedro Afán de Rivera proporcionara un documento crucial con el que vengar aquel cruel azar del destino y desquitarse de aquel ataque traicionero. España usó aquella carta clave a la que se aferraba Pedro Afán de Rivera en su oceánica soledad en el litigio por la propiedad de los restos de La Mercedes que más tarde le conduciría a rescatar ante los tribunales de Estados Unidos el tesoro que el Odyssey recuperó del mar en 2007 y que la fragata española llevaba cuando fue hundida en 1804.
Afán de Rivera y su misiva secreta, un postrero servicio a la patria.

Refranes en los dos idiomas

viernes, 30 de octubre de 2015

Manuel López Pintado por Hugo O'Donnell y Duque de Estrada

Don Manuel López Pintado fue un cargador a Indias y Teniente General de la Armada en la Orden de Santiago (1677-1745). Fue noveno abuelo de mi mujer María de Gracia de Solís-Beaumont y Téllez-Girón y octavo del autor, tío de ella y Académico de la Real de Historia. Mi suegra (D.E.P.) fue también su descendiente y vivió durante unos años en su casa de Sevilla cuya plaza llevaba el nombre del ilustre antepasado, hasta que el Ayuntamiento de la ciudad decidió cambiar el nombre por el de la Cofradía de la Iglesia que se encuentra en frente de la casa. El libro es muy interesante para todos aquellos, que dedicados a la historia o aficionados a ella, se interesen por el siglo XVIII en una y otra orilla del océano Atlántico y en algunas de sus más interesante facetas: la historia naval, la económica y la social. 

Don Manuel López Pintado, nació en Tembleque, el 12 de marzo de 1677. Fue Capitán de Mar y Guerra en la flota de Andrés del Pez. Al fallecer Carlos II, y estando el erario necesitado de fondos, se hizo a la vela desde el puerto de Cádiz, en su búsqueda, cruzando el océano y llegando a las Indias. Cuando hubo reunido ciertas cantidades, que ya le parecieron suficientes, regresó a Europa en un navío francés. En la "Gaceta" de fecha de cinco de julio de 1712 se puede leer: "Se ha tenido aviso de haber arribado a Puerto Luis, en la costa de Francia, el barón de La Fauche, habiéndose salvado con gran fortuna del recio combate de algunas horas que tuvo en el canal de Inglaterra, con el navío de guerra holandés La Perla, de mayor porte, y se ha debido el feliz suceso a la conducta, valor y destreza del capitán de mar y guerra don Manuel López Pintado, diputado de la flota de Nueva España, a cuyo cargo venían 500.000 pesos fuertes". En 1.497, durante la reforma monetaria española, se creó, entre otras monedas la pieza de ocho, (real de a ocho o duro), y en la América española, alrededor de 1.535, y en la Ciudad de México, se acuñó por primera vez su equivalencia en una moneda de plata, (que se denominó inicialmente peso fuerte, es decir el Real: Su peso era de 27 grs, y tenía una ley del 92% de plata pura). Estuvo luego en el sitio de Barcelona, por el bando de don Felipe V y a las órdenes de nuevo, del general Andrés del Pez tomando parte activa en los diferentes combates que le valieron su ascenso al grado de Almirante. Desde el mes de agosto del año 1715, hasta el mismo mes del año de 1716, realizó un viaje redondo a Tierra Firme. Tierra Firme era el nombre que se daba a Venezuela, al Itsmo de Panamá y a parte de los territorios de Colombia, por ser la Región oriental de Venezuela el primer punto de tierra firme de América, al que llegaron los españoles en el Descubrimiento. A continuación se le dió de baja en la Armada, se supone que por la reorganización que se realizó entonces de ésta. En el año de 1728, se le llamó, reingresando en la Armada, con el grado de jefe de escuadra, dándose por Real Orden que se le diera la antigüedad en este empleo con fecha del 12 de diciembre del año de 1712, la misma en la que se le dió el titulo de Almirante. En este año, zarpó de Cádiz mandando una escuadra de cuatro navíos, siendo el navío San Luís II su buque insignia. Su misión, consistía en recoger en Cartagena de Indias a la Flota de Galeones de D. Francisco Cornejo, llegando a este puerto el nueve de julio. Aunque la guerra con Gran Bretaña, ya había acabado, la partida de esta escuadra, era conocida por los británicos que ya se habían retirado de Jamaica. Entre los años 1728 al 1732 llevó a cabo varias misiones en las flotas de galeones. En el año de 1730, el veintiseis de junio, zarpa de Cádiz, mandando una vez más el navío San Luís, como nave capitana de la Flota de Indias, que era el mecanismo del monopolio comercial español con América, y que constituyó la esencia de la denominada Carrera de Indias, que englobaba todo el comercio y la navegación de España con sus colonias, compuesta por quince mercantes y seis buques de guerra. El ocho de agosto, llegan a Cartagena de Indias, donde permanecen hasta su salida el siete de enero de 1731 rumbo a Portobelo. Zarpando desde allí hacia La Habana. De la bahía cubana se hacen a la vela en agosto de 1731. En el Canal de Bahama, la flota sufre un fuerte temporal que dispersa a las naves y las obliga a recalar en Guarico, entre ellos el navío San Luís que quedó totalmente desarbolado. Regresan a Cádiz en el verano de 1732. En el año de 1732, fue ascendido a Teniente General y como experto en los asuntos de las colonias de América, se le nombró vocal de la Junta Consultiva de Indias, que se reunió en la Villa y Corte de Madrid. Zarpó de nuevo en 1735, el veintidos de noviembre, de Cádiz, con la Flota de Indias, compuesta por once mercantes y la escolta de los navíos San Luís, San Antonio y Santa Rosa, llegando a Veracruz, entre el dieciocho de febrero y el cinco de marzo de 1736. Para su regreso a Cádiz, entran en La Habana el 11 de junio de 1737, donde se unen a la Flota de Azogues al mando de Rodrigo de Torres, regresando ambas flotas a Cádiz el veintiocho de agosto de ese año.
En el año de 1735, se le volvió a dar el mando de una flota de galeones, con rumbo a las Américas, regresando en el día 3 de septiembre del año de 1737. A su regreso, el Rey le concedió los Títulos de marqués de Torreblanca de Alxarafa y el de vizconde de Caprejas. El día cuatro de noviembre del año de 1738, se le otorgó el mando del departamento de Cádiz, y sin dejar éste, el de una escuadra compuesta por cinco navíos y cuatro fragatas. Con dicha escuadra, se hizo a la vela, realizando un crucero en misión reservada, llegando y fondeando en El Ferrol el día treinta de mayo del año de 1740 al comienzo de la Guerra de Asiento con Gran Bretaña. Se volvió a hacer a la vela, desde este puerto, regresando al de su destino, Cádiz, donde se hizo cargo de nuevo del mando de este departamento. 





lunes, 26 de octubre de 2015

La fortune de Dora

Este libro contiene la historia de la ilustre bisabuela de una pariente y buena amiga mía. Es interesante porque evoca la historia desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX y por tratarse de la prestigioso linaje real Saxe-Cobourg. Para los aficionados a la genealogía, he incluido cuatro interesantes árboles genealógicos de los Coburgo. Su Majestad la reina Sofía de España está entroncada con este linaje.











viernes, 23 de octubre de 2015

Los derechos

Entre los grandes cambios que voy contemplando a lo largo de mi vida, quiero hablar hoy, de uno de los más trascendentes. Me refiero a la gran diferencia en la forma en que los individuos han ido asumiendo su responsabilidad ante la vida, ante su propia vida. ​La transformación mas profunda, a mi juicio, se ha operado en la mujer que ha pasado, sorprendentemente, de un papel secundario y hasta humillante en la retaguardia de la familia, a la total igualdad con el varón. Por todas partes vemos su empuje que pretende asumir más y más responsabilidades, abochornando a este allí donde la inteligencia y el esfuerzo se pueden comparar claramente, como en los centros educativos. ​La vemos, además de seguir llevando la mayor parte de la carga familiar y del gobierno de la casa, que el varón elude, en actividades profesionales cada vez más brillantes y difíciles que la llevarán, merecidamente, a ser parte dirigente de la sociedad a la altura del hombre o superior. El futuro es suyo.

Por el contrario, contemplamos al varón históricamente cansado, reticente a asumir sus responsabilidades, buscando prolongar la adolescencia parapetando en sus padres indefinidamente y llegando a formar una aborrecible costra, los “niños”, negados a aplicarse en algo que les lleve a asumir alguna responsabilidad. En mi infancia y juventud la responsabilidad de la propia vida se ponía en las manos de cada individuo desde muy temprano. Las chicas si que quedaban amparadas bajo el paraguas familiar hasta su eventual boda si la había y si no indefinidamente, pero los chicos tenían una primera responsabilidad de encontrar un trabajo, preparatorio, al terminar la enseñanza obligatoria y el necesario para asumir la independencia, al volver de la mili. Los que estudiaban, al término de su carrera. Si con la profesión aprendida o la carrera terminada, no encontraban trabajo en su ciudad, lo buscaban hasta en el último rincón de Italia o fuera de ella, como fue masivamente necesario en aquellos tiempos.  Vemos, también, la novedosa circunstancia, de que las jóvenes familias no pueden, no saben o no quieren asumir la totalidad de sus responsabilidades y las comparten, indefinidamente, con sus padres, a los que merman su merecida paz, su escaso tiempo y sus ahorros, conseguidos, a veces, con grandes penalidades. Exigen de ellos un respaldo indefinido y como si fuese obligatorio, que no necesita contrapartida. Un derecho que traen al nacer que no les obliga a devolverles cariño y atenciones. Una prolongación, indefinida, de las peores características de la adolescencia.

Y en lo social. Alguna vez he escrito que el nacionalismo tiene tanto éxito porque ofrece la tierra prometida sin necesidad de descubrirla ni conquistarla. Con las ideologías socialistas ocurre lo mismo, pues nos ofrecen una amplia gama de “derechos”, por el simple hecho de nacer.​Los países que han conquistado regímenes democráticos, deben ofrecerlos cada vez mas sofisticados. Los ciudadanos harán muy bien en reclamarlos, conquistarlos y defenderlos. Se van estableciendo, en cada país, en función de los deseos de las mayorías y solo depende de la voluntad de estas, expresadas en los cauces democráticos y así pueden ser muy distintos y cambiantes. Pongo como ejemplo la pena de muerte que está admitida en países de gran pedigrí democrático y en cambio fuertemente denostada en otros. Nada que objetar. El problema viene cuando se ofrecen como “derechos” prestaciones que, deben tener un gran respaldo económico y cuya posibilidad, puede ser muy cambiante en función de los ciclos y sus inevitables crisis.

​Los nuevos ciudadanos, animados por la demagogia de los políticos,  exigen, cada vez mas “derechos” y mas costosos, sin permitir, en ellos, la menor racionalización o revisión y sin considerar de donde ha de venir el dinero para sostenerlos o si son acuciados a puntualizarlo, señalan a ese granero que se tiene como infinito y sospechoso: “los ricos”. Hasta se pretende y los políticos lo aceptan, tontamente, que son ellos los que deben proporcionar un trabajo digno, “de calidad”, indefinido y bien remunerado y que esto es otro derecho del ciudadano.

Y aquí tenemos esta tercera diferencia en cuanto a las responsabilidades en la propia vida pues, cada vez más, el individuo tiende a considerar al Estado, al Gobierno como respaldo total de ella. Cuando contemplamos como el nuevo individuo alivia sus cargas en otras espaldas, los que hemos pasado las nuestras y hemos visto las que pasaron nuestros padres, no podemos menos que denunciar la llantina con que nos abruman con la falsa queja de la dificultad de los tiempos actuales.