Entre ellos estaban los ronin, los samuráis sin señor, que luego se transformaron en los kabuki-mono ( los locos ), que vestían ropas extravagantes, usaban extraños cortes de cabello y llevaban largas espadas.
De éstos surgieron dos grupos claramente diferenciados: los hatamoto-yakko ( servidores del shogún ) y los machi-yakko ( servidores de la ciudad ), agrupados para enfrentar los abusos de los delegados del shogún.
Entre los machi-yakko, todos de extracción plebeya y humilde, fue posible distinguir a partir del siglo XVIII dos vertientes: los bakuto (tahúres) y los tekiya (buhoneros). Los primeros se situaron en los caminos y en las ciudades; los segundos, en las ferias y en los mercados. Tenían territorios propios muy delimitados y se caracterizaban por una gran cohesión entre ellos.Ambos tipos se organizaron a partir de familias que se ligaban siguiendo uno de los conceptos principales de la cultura japonesa, la relación entre oyabun y kobun (condición de padre y condición de hijo). El primero presta consejo, protección y ayuda; el segundo ofrece lealtad y obediencia a toda prueba. Es una especie de vínculo entre maestro y aprendiz, entre señor y vasallo.La okka (familia) se constituye jerárquicamente: primero el oyabun, luego el subjefe, los maestros, los soldados y finalmente los aprendices. El oyabun asignaba puestos y funciones, cobraba los arriendos y los pagos por protección. Los nuevos miembros se iniciaban intercambiando tazas de sake frente a un altar dedicado a Shinto, la deidad autóctona de Japón.
En 1740, algunos tekiya fueron nombrados intendentes de ferias y se les confirió la dignidad de un apellido y dos espadas , propia de los samuráis. Los bakuto, en tanto, se afincaron en el Camino Imperial de Tokaido, la ruta principal que unía a Kyoto con Edo (hoy Tokio), donde controlaban cerca de 60 posadas, que servían de albergue a los viajeros y donde se practicaban juegos de apuestas. Fue aquí donde los tahúres comenzaron a emplear el nombre yakuza . El término procede del punto más bajo del juego de naipes hanafuda (naipes de flores). Cada jugador recibe tres naipes, y el último dígito de la cifra total será la puntuación de la mano; por tanto, si la mano del jugador es 20 el total será cero. La peor mano es la secuencia de 8, 9 y 3, números que en japonés se pronuncian ya, ku, za.
El nombre sirvió luego para designar a los tahúres como a las personas inútiles, los nacidos para perder. Más tarde se extendió a los bakuto, a los tekiya y a todas las bandas delictivas del Japón.Las reglas de ambos grupos se hicieron cada vez más rígidas. La cobardía, la desobediencia y la revelación de secretos eran un ultraje al honor del grupo. A excepción de la muerte, la pena más severa era la expulsión, que se hacía saber a todas las otras bandas. Incluso hoy, cuando un yakuza es expulsado, se envían cientos de postales sin sobre a todas las familias , y pidiendo que se rechace cualquier relación con el afectado.
Como había faltas graves que no merecían ni la muerte ni la expulsión, se adoptó el yubitsume, una ceremonia en que el transgresor se cercena la falange superior del dedo meñique. Si el individuo cometía una nueva falta se debía amputar la segunda falange del mismo dedo o la primera del siguiente. Un estudio realizado por el Gobierno japonés en 1971 reveló que para esa fecha el 42% de los bakuto se había amputado una falange, y que el 10% había cumplido el rito por lo menos en dos ocasiones.
La sanción buscaba debilitar la mano del responsable para que no pudiese sostener con firmeza la espada y, a la vez, aumentaba aún más la dependencia de su protector.
Los tatuajes, otra de las costumbres de los yakuza, también se extendieron. Inicialmente fue una señal de castigo empleada para marcar a los proscritos de la sociedad: por cada delito se tatuaba al infractor un anillo de color negro alrededor del brazo. Su carácter de estigma, sin embargo, tuvo también una vertiente honrosa adoptada no sólo por los yakuza, sino también por geishas y prostitutas, que se grababan el nombre de su cliente preferido en el interior de los muslos. Dioses famosos, héroes legendarios, dragones, tigres y crisantemos poblaron los cuerpos de los integrantes de los clanes, como prueba de fuerza, coraje y virilidad. Hoy, la autoridad de saunas y baños públicos de Japón obliga a poner anuncios que advierten: No se permite la entrada a personas con tatuajes.
Tatuaje de un miembro de la Yakuza |
En 1867 abdicó el decimoquinto y último shogun de la familia Tokugawa. Lo sucedió el joven emperador Meiji, que inició el período de la restauración. Se rompieron entonces los lazos feudales y se liberaron las capacidades comerciales e intelectuales. El país ya albergaba a 45 millones de habitantes.Entre 1890 y 1914, Japón dobló su producción industrial y triplicó el número de fábricas. Nació y maduró el primer Parlamento, así como los primeros partidos políticos. Creció y se hizo poderoso el Ejército que luego invadiría China y Corea, y que ganaría una guerra con Rusia en 1905.
Los yakuza se expandieron entre los obreros de la construcción, los estibadores y los conductores de los rikshaw, carruajes de los cuales sólo en Tokio funcionaban 50 mil. Y mientras los cambios se multiplicaban, la nación se democratizaba, crecía y se desarrollaba el ultranacionalismo.A fines del siglo XIX surgió en Fukuoka, en la isla Kiushu, el extremo más próximo a la costa de Asia, la nueva corriente militarista y patriótica que invadiría Japón. Irrumpió Mitsuru Toyama, el emperador de los tugurios , creador de la Genyosha, la Sociedad del Océano Tenebroso, quien vinculó a las sociedades delictivas con la vida política.Su propósito era aprovechar los sentimientos nacionalistas de los antiguos samuráis para lograr el sometimiento de otras naciones y la instauración de un régimen autoritario. El océano tenebroso era para Toyama y los suyos el estrecho pasaje que separa a Japón de Corea y de China. Los yakuza se convirtieron en la antítesis de sus orígenes; pasaron a ser hampones de alta categoría, imbuidos del patriotismo que proclamaba Toyama.
La Sociedad del Océano Tenebroso envió espías a China, Corea y Manchuria. En sus escuelas se instruyó a toda una generación de ultranacionalistas en artes marciales, lenguas extranjeras y técnicas conspirativas. Ellos fueron los cimientos de una red de inteligencia creada bastante antes de la Segunda Guerra Mundial.
Paralelamente, reprimieron el malestar público, intimidaron a candidatos políticos y a votantes, suprimieron a dirigentes sindicales y estudiantiles.
En 1895, un grupo de ninjas se introdujo en el Palacio Imperial y asesinó a la emperatriz de Corea, lo que contribuyó a invadir el país donde el Japón permaneció por casi 50 años.
Surgieron cientos de sociedades secretas ultranacionalistas, que solían llevar nombres como Cuerpo del Compromiso de Sangre, Grupo de Leales a la Sinceridad, Cuerpo de Campesinos Temerarios o Asociación para las Operaciones Celestiales. Algunas eran patrocinadas por personas acaudaladas, pero otras se financiaban mediante delitos que se mantienen hasta hoy entre las bandas yakuza: el juego, la prostitución, el chantaje, el control de los sindicatos y las ventas callejeras.
En 1901, Ryohei Uchida, brazo derecho de Toyama, fundó la Sociedad del Dragón Negro, cuyo objetivo era dominar todo el continente asiático, y que impulsó la guerra con Rusia y ayudó a preparar la tan ansiada invasión de China. Su período de esplendor duró 30 años, en los que se dedicó a exhortar a los japoneses a emprender una guerra santa contra el capitalismo, el bolchevismo, la democracia y el mundo occidental.
En 1919, Toyama, Uchida y Tekejiro Tokunami crearon la Dai Nippon Kokusui-kai (Sociedad de las Esencias Nacionales del Gran Japón), la primera federación nacional de bandas mafiosas, que agrupó a 60 mil hampones, trabajadores y partidarios del nacionalismo, equivalentes a los camisas negras de Mussolini en la Italia de esos días.
Con el tiempo, la Kokusui-kai se convirtió en el brazo paramilitar del Seiyukai, uno de los principales partidos políticos de la época. El otro gran brazo político, el Minseito, ya había creado su propia fuerza de choque con miembros de las bandas yakuza del rubro de la construcción.
En el mismo momento en que los nazis se apoderaban de Alemania y los fascistas subían al poder en Italia, en el Japón creció un ambicioso movimiento militarista que luego sellarian lazos con los nazis mediante Klaus Haushofer ocultista de la sociedad de thule. Se hallaba próxima para ellos la Esfera de la Coprosperidad del Gran Extremo Oriente, el esperado momento en que el poderío nipón barrería a las potencias occidentales instaladas en la región. Y también era el momento tan esperado por Kazuo Taoka, el jefe de la Yamaguchi-gumi, la sociedad yakuza que reinaría de ahí en adelante entre las sociedades criminales del Japón.
En julio de 1981 falleció de un ataque cardíaco Kazuo Taoka, cabeza durante 35 años de la Yamaguchi-gumi, la más poderosa organización criminal japonesa. Poco después, en la ciudad de Kobe, se reunieron 1.300 yakuza, pertenecientes a unas 200 bandas, para honrar al jefe difunto. La ceremonia se efectuó en un enorme baldío donde se erigiría el edificio Taoka, destinado a recordarlo. Presentes estaban las principales figuras del espectáculo nacional, entre ellas la mayor estrella del cine, el galán Ken Takakura, protagonista de decenas de películas sobre los yakuza.
El fallecido había llegado a controlar más de 2.500 empresas, que le reportaban anualmente a su organización cerca de 470 millones de dólares. La muerte de Taoka sumió a la Yamaguchi en una prolongada lucha interna por la sucesión, similar a las que ocurrieron en la Cosa Nostra estadounidense, lo que derivó en alianzas y pactos con otras agrupaciones similares existentes en el mundo, como las tríadas chinas, las mafias italianas e incluso los en ese momento nacientes carteles colombianos de la cocaína.
Este sindicato del crimen fue fundado en 1915 por Harukichi Yamaguchi y medio centenar de estibadores de Kobe. Yamaguchi-gumi obtuvo el derecho a manejar el mercado al por mayor de Kobe y el mundo del espectáculo, extendiendo luego su influencia a todo el país.
Desde los años 60 editaba su propia revista, que era distribuida entre todos los miembros del clan. En uno de sus números, Taoka había explicado las directrices morales de la sociedad: Recomiendo a los socios de la Yamaguchi-gumi que pongan todo de su parte para evitar el odio del pueblo. Es preciso mostrarse gentil y bondadoso, y siempre se deberá exhibir una sonrisa y obrar con sinceridad .
La palabra yakuza significa 8-9-3.Ya significa 8, el ku 9 y el za 3. Viene del juego de tarjeta(kabufuda) japonés Oicho-Kabu. Oicho-Kabu es similar al juego de tarjeta occidental gato negro. La diferencia entre los dos juegos es generalmente ésa en Oicho- Kabu que la mejor suma de las tarjetas en el juego es 19, en vez de 21, que es la mejor suma de gato negro. Si usted agrega los números ocho, nueve y tres usted consigue la suma de 20. Esto tiene absolutamente ningun digno de Oicho-Kabu. Es allí que el termino yakuza es conocido, sin valor para la sociedad.
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