Las 10 frases de desprecio más divertidas e ingeniosas de la historia
Según una encuesta, nadie era capaz de insultar con tanto ingenio como Winston Churchill.
“Gracias por su divertida reseña. Después de leerla, he estado riéndome todo el camino hasta el banco”. Esta es una de las sentencias más célebres del controvertido pianista y excéntrico personaje Liberace, dedicada a un periodista que había escrito una reseña particularmente negativa. El músico, una imposible mezcla extrema entre Little Richard, Jerry Lee Lewis y Boris Izaguirre, ha vuelto a saltar a la actualidad gracias a Behind the Candelabra, un biopic dirigido por Steven Soderbergh en el que Michael Douglas le da vida.
Con motivo de la edición en DVD y blu-ray del largometraje se ha realizado una encuesta entre más de 2.000 británicos para que elijan las que consideran que son las frases de desprecio (o ‘put-down’, como se dice en inglés) más divertidas de la historia. Por supuesto, la de Liberace ocupa un privilegiado tercer puesto, pero a ella la acompañan otras nueve que forman parte de la cultura popular y que pueden ser especialmente útiles la próxima vez que seamos objeto del desprecio de un compañero, amigo o pareja.
“Querida, eres fea, pero yo mañana estaré sobrio y tú seguirás siendo fea” (Winston Churchill)
Esta frase tan utilizada en el castellano (bajo la simplificada fórmula “yo estoy borracho, pero lo mío se me pasa”) ocupa el primer lugar en la lista y fue empleada por el primer ministro inglés después de que la laborista Bessie Bradock le acusase de haberse presentado ebrio al Parlamento. Puede que su Premio Nobel de Literatura sea bastante controvertido, pero nadie puede negar su ingenio, ya que Churchill aparece dos veces en el listado.
“Puedes ponerle pintalabios a un cerdo y que aún siga siendo un cerdo” (Barack Obama)
Siguiendo la máxima de “por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda” empleada habitualmente en el castellano, el presidente demócrata dedicó dicha frase en 2008 a Sarah Palin, que había afirmado poco antes que la única diferencia entre un pitbull y una hockey mom era el lápiz de labios. ¿Qué es una hockey mom? Una madre de clase media-baja que dedica gran parte de su jornada a trasladar a sus hijos al entrenamiento o a los partidos de su equipo.
“¿Te refieres al bailarín gordo de Take That?” (Noel Gallagher de Oasis)
Si hay un músico que tiene en su haber un gran número de desprecios hacia sus colegas, ese es el cantante de Oasis, enfrentado históricamente con Blur en particular y con la mitad de la humanidad en general. Puestos a elegir, los consultados han seleccionado esta frase dedicada a Robbie Williams, “el bailarín gordo de Take That”. Como ocurre con Churchill, Gallagher aparece dos veces en la lista: la flema inglesa manda.
“Sólo puedo concentrarme en una mierda a la vez” (Winston Churchill)
La segunda aparición en la lista del bueno de Winston corresponde a esta grosera respuesta que envió al Lord del Sello Privado después de que le molestase en el trono (el del cuarto de baño, claro está). En concreto, la frase completa que Churchill hizo llegar a su colega a través de asistente era “dígale al Lord del Sello Privado que estoy sellado en el privado y que sólo puedo tratar con una mierda a la vez”.
“Al menos ha encontrado su auténtico amor, aunque es una pena que no pueda casarse consigo mismo” (Frank Sinatra)
La mala leche de Good Old Frank era legendaria, y como muestra este botón que dedicó al actor Robert Redford, acusándolo de vanidad. Algo de lo que Sinatra no iba precisamente corto, por otra parte.
“Algunos de mis mejores compañeros han sido perros y caballos” (Elizabeth Taylor)
La mayor parte de frases de esta lista tienen como objetivo a personas concretas. Salvo esta, en la que la protagonista de Gigante (Giant, George Stevens, 1956) humillaba a todo un sexo, el masculino, con el que no obstante Liz Taylor mantuvo una fluida relación, ya que pasó por vicaría siete veces.
“Ha sacado toda su belleza de su padre, que es cirujano plástico” (Groucho Marx)
El más ingenioso de los hermanos Marx tenía para todos, incluido para sí mismo (“si no le gustan mis principios, tengo otros”) y era el mejor exponente de que, en un gran número de casos, la inteligencia y la crueldad van de la mano. Lo que la naturaleza no da, la ciencia y los bisturís quizá sí.
“Le encanta la naturaleza, a pesar de lo que le ha hecho” (Bette Midler)
Otra frase que, como la anterior, reflexiona sobre lo heredado y lo adquirido. En este caso, dirigida a la Princesa Ana de Reino Unido, la única hija de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo. Sin embargo, esta sentencia implica un alto porcentaje de auto crítica: el parecido físico entre la humorista y la princesa es evidente, lo que ha llevado a Midler a imitarla en repetidas ocasiones.
“No es capaz de masticar chicle y caminar recta a la vez, ya no digamos escribir un libro” (Noel Gallagher)
Resulta sintomático que, salvo en el caso de Churchill, cuando más recientes son estas frases, más zafias resultan. Muestra de ello es la segunda aparición en el listado de la cara visible de Oasis, que dedicaba estas sentidas palabras a Victoria Beckham, que pasó de ser la Spice Girl pija a conformar el 50% del matrimonio más pijo del planeta. Sí, aquella que dijo que España olía a ajo.
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