La gran mentira de la red: "He leído y acepto las condiciones de uso"
Es la gran mentira de nuestra época. Olvídate del “No eres tú, soy yo”. Es difícil encontrar a alguien que sea sincero cuando declara “He leído y acepto los términos de uso”. La mayoría de nosotros navegamos por la red aceptando unas condiciones que en muchos casos no hemos leído en detalle.
Redes sociales, servicios de almacenamiento de archivos, proveedores de correo electrónico, aplicaciones y cualquier otro site en el que nos abramos una cuenta desplegará ante nosotros un largo documento (o nos presentará el enlace) para informarnos de cuáles son sus reglas. Suelen ser textos complejos, difíciles de entender y aburridos. Por no hablar de que cambian constantemente. El resultado es que bajamos rápidamente al final del texto en busca de la opción “Acepto” sin pararnos a leer más allá del primer punto.
Algo que nunca haríamos con un contrato de trabajo, o con cualquier otro documento legal y que en la red hacemos sin darle mayor importancia. Y en muchos casos la tiene. Al aceptar los términos de uso aceptamos las condiciones del servicio en cuestión: qué pueden hacer con nuestros datos, a quién pertenecen nuestras publicaciones, si pueden o no seguir nuestra actividad…
Puede que, del mismo modo que ocurre con los productos alimenticios, en algún momento las autoridades obliguen a las empresas que proporcionan estos servicios a presentar de forma clara y comprensible sus condiciones a los usuarios. Hasta que eso ocurra, una iniciativa se está encargando de hacer precisamente eso.
Colectiva, abierta y sin ánimo de lucro
El planteamiento de Terms of Service; Didn’t Read (Tosdr) es el mismo con el que comienza este artículo: “He leído y acepto las condiciones de uso es la mayor mentira de la web. Queremos arreglar eso”. La iniciativa, financiada por organizaciones sin ánimo de lucro y aportaciones individuales, pretende analizar y evaluar las condiciones de uso de los servicios de internet más utilizados.
Su actividad consiste en leer en detalle esos términos de uso que muchos consideramos demasiado largos y engorrosos, clasificar sus puntos más importantes en buenos, neutros, malos o muy malos y utilizar esa clasificación para otorgar una puntuación, que va desde la A (muy buena) a la E (muy mala). Con la idea de ser lo más transparentes posible (en contraposición con muchos de los documentos que analizan), todo el debate se realiza de forma pública y cualquiera puede contribuir. El resultado se publica en forma de código libre y abierto.
Además de consultar sus análisis de páginas y servicios web, cualquiera puede descargarse su extensión para navegador que da información en tiempo real de las condiciones que imponen las páginas por las que vamos navegando.
Google, Yahoo y Facebook necesitan mejorar
El trabajo de Tosdr acaba de empezar, pero ya han pasado por su escrutinio algunas de las páginas más utilizadas de internet. Google, por ejemplo, obtiene una C, ya que “en general sus términos de uso son aceptables, pero hay algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta”. Entre ellos, enumeran el hecho de que Google guarda las búsquedas y datos de sus usuarios durante un tiempo no determinado, que puede utilizar esa información para sus actuales servicios y para los que cree en el futuro o que no se comprometa a informar a sobre las peticiones de información que reciba de las autoridades gubernamentales.
Youtube sale peor parada, calificada con una llamativa D color rojo, ya que “sus condiciones están muy desequilibradas en perjuicio del usuario”. Ese suspenso está motivado por el hecho de que sus condiciones pueden cambiar sin necesidad de informar a los usuarios, que los derechos que se reserva sobre el material subido por los usuarios son excesivamente amplios y que los videos eliminados no son, de hecho, eliminados: “Youtube puede retener, aunque no reproducir ni distribuir, copias del contenido que hayas eliminado”.
Otras páginas aún no han recibido su calificación definitiva, pero si han sido analizadas. Es el caso de Facebook, en cuyo caso el análisis hasta ahora es bastante negativo. Se critican las libertades que se toma sobre el contenido de los usuarios, que rastree su actividad incluso cuando navegan en otras páginas, que comparta datos automáticamente con terceros y que no se comprometa a informar sobre peticiones gubernamentales de información.
Tampoco Amazon ni Apple han sido calificadas todavía, aunque si han sido analizadas e igual que Facebook, sus condiciones no gustan demasiado. En ambos casos, se destaca que tampoco están obligados a avisar de posibles cambios en sus términos de servicio, que no informan de las peticiones gubernamentales de información y que no son transparentes con la forma de manejar esas peticiones. Además, Amazon es criticada por reservarse la opción de incluir la información de los usuarios en posibles operaciones de venta.
Buenas notas para Wikipedia, Flickr, LinkedIn y Dropbox
Sin embargo, no son todo suspensos. Algunos de los servicios en escrutinio parecen ir bien encaminados. Es el caso de la Wikipedia, por ejemplo. Aunque aún no tiene nota, los evaluadores consideran positivamente que otorgue una licencia Creative Commons sobre lo que se publica en su site, manteniendo los derechos últimos en el autor, que permita un proceso de discusión y feedback antes de realizar ningún cambio en sus condiciones y que utilice cookies temporales para rastrear la actividad de los usuarios, que se borran al cerrar el navegador.
También Flickr, la red social para compartir fotos perteneciente a Yahoo! sale de momento bien parada del análisis. Uno de los motivos es que permite al usuario elegir la licencia de copyright que da a sus fotos, permitiéndoles mantener el control sobre ellas. Ese control incluye a la propia Yahoo!, que solo puede utilizar las fotos para el propósito con el que fueron subidas.
Otros servicios cuyas condiciones se consideran, de momento, aceptables y equilibradas son LinkedIn y Dropbox. De ambos servicios se puntúa positivamente que informen a los usuarios cuando reciben una petición de información de las autoridades y que sean claros al señalar cuáles son las normas para gestionar datos privados.
Twitter, Instagram y Spotify quedan en un término medio
En un término medio se encuentran otros servicios, entre ellos Twitter. Por un lado, se valora positivamente que borre los datos de actividad de los usuarios a los 10 días y que se comprometa a informar sobre las peticiones de información de las autoridades. Por otro, no gusta que se reserve tantos derechos sobre el material de sus usuarios o que realice cambios de gran calado en sus condiciones sin consultar a los usuarios.
En la misma posición está de momento Instagram. El cambio en las condiciones de uso que la red de fotografías introdujo a principios de este año, ampliando sus derechos sobre las imágenes compartidas, se considera excesivo, a la vez que se aprecia el hecho de que se comprometa a avisar por adelantado sobre ese tipo de cambios.
Otro servicio sin evaluación aún pero que ya se está analizando es Spotify. Entre otras cosas, se critica que este servicio de música en streaming se adjudica una licencia permanente sobre lo que suban sus usuarios (parte de esa licencia expira al anular la suscripción, pero los contenidos públicos o compartidos no se eliminan y siguen bajo esta licencia). También se considera negativo que pueda transferir datos a otros países, en los que la protección de esa información puede ser inferior. Como contrapunto positivo, Spotify mantiene informados a sus usuarios sobre qué considera datos personales, qué uso les da y cuál es el riesgo de autorizar a terceros para que puedan verlos también.