Leo, en el periódico EL MUNDO (21-4-14), otra Tribuna, en la que el ex presidente Rodríguez Zapatero, vuelve a la carga en su nueva actividad de limpiar o justificar su actuación política.
En esta ocasión, argumenta para ratificar su decisión (“de mi gobierno”) de retirar las tropas de Irak, tras las elecciones de 2004.Reconoce que ese tema carece, actualmente, de atractivo para la sociedad: “pueda parecer a primera vista un tema mas para nuestro pasado reciente que algo sobre lo que debamos detenernos en este momento.” Pero mi gozo en un pozo: “Sin embargo……” y busca apoyo en situaciones actuales, con enmarañadas razones, que me cuesta mucho desentrañar, para convencernos de que la democracia obliga o permite tomar decisiones al margen de compromisos internacionales.
Pero lo que ocurrió, es que, en una acción equiparable a su sentada al paso de la bandera Norteamericana y buscando el voto progresista ante unas elecciones generales mas que problemáticas, ofreció retirar, si las ganaba, las tropas de la guerra de Irak y al ganarlas, eso si, cumplió su palabra.
A ver si puedo decirlo con claridad, la decisión fue democrática como cumplimiento de una oferta a sus votantes, pero el hecho de decidir retirar las tropas fue una decisión, personal, suya. Por mas que le de vueltas, que le da muchas, retirar las tropas no fue un acto democrático, fueel cumplimiento de una oferta electoral.
Pero sigue en la misma onda para justificar una acción que, en su momento, arrasó la confianza y nos granjeo el desprestigio ante todos los que, en este mundo, deben ser y lo eran, nuestros amigos y aliados: “En aquel momento, hubo quien dijo, como reproche, que la decisión tenia un marcado carácter electoral...”, “...fue para gobernar con una determinada actitud democrática.” Trabajo me cuesta ceñirme a mi tamaño de escrito pues el cúmulo de sofismas del suyo, merece una cita y refutación pormenorizada. Además de insistir hasta el infinito en busca de apoyos democráticos (El titulo es “Irak y la fuerza de la democracia”.), recurre al supuesto error de la operación, a lo innecesario de nuestra intervención, a las perdidas humanas y a valoraciones negativas, con argumentos “a posteriori”.
Hasta pretende hacer pasar su decisión como valiente y prestigiosa…”como si no pudiéramos adoptar, como ellas (las grandes democracias europeas), decisiones en defensa de nuestros intereses”…y como si hubiera tenido premio...”fue el presidente Bush quien, al final de su mandato, aceptó convocar a España a la trascendental Cumbre del G20,grupo al que no pertenecíamos-“... Nuestra participación se debió a la intercesión de Francia acuciada, en persecución bochornosa, por nuestra mendicante petición.
Con la arrogancia de los que se creen defensores distinguidos de la paz y desprecian a los que piensan que esta no se defiende huyendo ante el enemigo, se enreda, después:…..”Se que para determinadas formas de pensamiento político el afán por la paz suena a buenismo”.”Para hacer mas creíble la política y con la fuerza de la democracia mi Gobierno retiró las tropas de Irak”.
Para defender su decisión de retirar, unilateralmente, las tropas de una guerra en la que participaba junto sus amigos y aliados, hacen falta mas razones y así tiene que recurrir a una maraña de palabrería en la que mezclando y agitando, confusamente, su decisión y democracia quiereconseguir que las dos cosas parezcan la misma.
Pero el hecho es que, llamados por nuestro principal aliado y garante de nuestra seguridad, que había sido agredido en el corazón, representado por su poder económico (Torres Gemelas), militar (Pentágono) y político (tercer avión-posible Casa Blanca), estábamos participando en una guerra, emprendida con el, quizá, demasiado ambicioso objetivo de implantar la democracia en el Islam, como forma de acabar con el radicalismo. Que después de haber sido, nosotros mismos, atacados en nuestro propiocorazón por el mismo enemigo, abandonó, unilateralmente, la lucha, fortaleciendo al enemigo en sus propósitos, quedando solo en la defensa ante un enemigo que no ceja en sus propósitos y enturbiando la buena convivencia con los que, necesariamente, han de ser nuestros amigos.
Y fue una decisión suya, dentro de una campaña demagógica que tenia como objetivo encabronar al personal para ganar, como sea, las elecciones y en la seudoideologia progre (si, buenismo), que predica, paraacabar con las guerras, el desarme unilateral y que adjudica a los EEUU el papel de causante de todos los males. Esos EEUU a los que él buscó y aduló, después, haciendo un papelón del que muchos nos avergonzamos. Como no cesará en el intento de arreglar su imagen, trabajo no le va a faltar, pero a nosotros paciencia…...
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