Una relación complicada: reglas a seguir si quieres llevarte bien con tu suegra.
"¡R.I.P, R.I.P, hurra!" es el epitafio que proponía Groucho Marx para su suegra, y es éste sólo uno de los muchos chistes que la suegra, como concepto, ha suscitado. En inglés, el nombre que se le aplica es el de madre política, es decir, mother-in-law. Pues bien, con no poca frecuencia los anglófonos, entre la sorna, la broma y la realidad se refieren al monster-in-law, el monstruo político.
Pero, si bien gracioso, el asunto no es poco de pavo: según el sitio web Netmums, una de cada cuatro nueras desprecian a su suegra y la encuentran demasiado controladora. El sondeo se hizo con 2.000 mujeres, que consideraban que la suegra se inmiscuía como autoridad en los asuntos referidos a la educación de los hijos o en cómo se debe actuar como padres. Algunas hacían referencia a la suegra subestimando a la nuera frente a su marido y sus hijos. Otras quejas aludían a que la suegra expresa que la mujer no es lo suficientemente buena para su hijo o que era borde y metomentodo. Aproximadamente un tercio de las mujeres describía a su suegra como "criticona" o "entrometida".
Dicho esto, no sorprenderá que cerca de un cuarto de las participantes en la encuesta describiera la relación con su suegra como "mala" o "terrible". En los casos más radicales, la tensión con la familia política conduce a problemas serios en la pareja.
En opinión de la sexóloga y profesora Yvonne K. Fulbright, en la relación suegra-nuera es esta última quien juega con desventaja. Fulbright propone una serie de pasos a seguir o de consejos para controlar las emociones cuando, en estos casos, la situación se vuelve crítica: al fin y al cabo, se trata de tu bienestar y del de tu familia.
Intenta ser objetiva y pregúntate honestamente si ella tiene una criterio válido. Piensa si lo que dice o hace tiene una buena intención de fondo. Observa, también, que puede sentirse desplazada por haber dejado de ser la matriarca de la familia, y seguro que es fácil hacerla sentirse importante en su nuevo papel.
Piensa, pues, si puede haber algo que la esté molestando. ¿Eres una víctima realmente o dices y haces cosas que pueden incitar una respuesta negativa? Si es así, considera qué puedes cambiar para manejar más adecuadamente la situación y evitar el enfrentamiento.
Pero, si bien gracioso, el asunto no es poco de pavo: según el sitio web Netmums, una de cada cuatro nueras desprecian a su suegra y la encuentran demasiado controladora. El sondeo se hizo con 2.000 mujeres, que consideraban que la suegra se inmiscuía como autoridad en los asuntos referidos a la educación de los hijos o en cómo se debe actuar como padres. Algunas hacían referencia a la suegra subestimando a la nuera frente a su marido y sus hijos. Otras quejas aludían a que la suegra expresa que la mujer no es lo suficientemente buena para su hijo o que era borde y metomentodo. Aproximadamente un tercio de las mujeres describía a su suegra como "criticona" o "entrometida".
Dicho esto, no sorprenderá que cerca de un cuarto de las participantes en la encuesta describiera la relación con su suegra como "mala" o "terrible". En los casos más radicales, la tensión con la familia política conduce a problemas serios en la pareja.
En opinión de la sexóloga y profesora Yvonne K. Fulbright, en la relación suegra-nuera es esta última quien juega con desventaja. Fulbright propone una serie de pasos a seguir o de consejos para controlar las emociones cuando, en estos casos, la situación se vuelve crítica: al fin y al cabo, se trata de tu bienestar y del de tu familia.
1. Piensa en frío
Como en cualquier situación de estrés, no te precipites. Busca un lugar tranquilo para pensar qué cosas te molestan, escribirlas en una lista si lo ves necesario, ordenar tus sentimientos y tus opiniones. La cautela y la reflexión te ayudarán a obtener resultados beneficiosos.
2. Ponte en su lugar
Sea más o menos de tu agrado, considera cuáles son las circunstancias vitales de tu suegra y por qué se comporta así. Es muy probable, según Fulbright, que su comportamiento se derive de la relación que tiene con su hijo, no contigo. En muchas ocasiones su actitud hostil para contigo es simplemente un acto de frustración al sentirse desconectada de su hijo. En tal caso, sería el marido quien debería tratar de mejorar la relación con su madre.Intenta ser objetiva y pregúntate honestamente si ella tiene una criterio válido. Piensa si lo que dice o hace tiene una buena intención de fondo. Observa, también, que puede sentirse desplazada por haber dejado de ser la matriarca de la familia, y seguro que es fácil hacerla sentirse importante en su nuevo papel.
3. Reflexiona acerca de tu papel
En algunas de estas situaciones la nuera en cuestión no ha hecho nada para que la relación con la suegra se tense. Pero otras veces la nuera hace o deja de hacer cosas que llevan a la suegra a tratarla de un modo u otro (sea o no merecido).Piensa, pues, si puede haber algo que la esté molestando. ¿Eres una víctima realmente o dices y haces cosas que pueden incitar una respuesta negativa? Si es así, considera qué puedes cambiar para manejar más adecuadamente la situación y evitar el enfrentamiento.
4. Deja a un lado las expectativas
Recrearse en cómo deberían ser las cosas supuestamente no es sino incitar el sufrimiento. Es inútilpersistir en aquello que no se puede conseguir. Sé realista con la situación, incluyendo cualquier circunstancia innegociable. No pretendas ser la protagonista de un christmas navideño y sé consecuente: no es necesario, tampoco, tener una relación ideal y de amistad con tu suegra. Basta con que las cosas marchen con cordialidad y eficacia.
5. No busques su aprobación
Ni tú necesitas la aprobación de nadie para vivir tu vida como deseas, ni tu suegra tiene nada que decir al respecto de tus decisiones vitales. No te vuelvas loca intentando complacerla, simplemente admite y respeta que podéis tener distintas visiones del mundo.
6. No finjas una relación que no existe
La relación con tus suegros debe ser cordial, amable y respetuosa. Pero no tenéis que ser mejores amigos, ni tienes por qué tratarlos como a tus padres. No es necesario fingir una intimidad que no existe para forzar la situación.
7. No te pongas a su nivel
Es tentador responder con su misma medicina, siendo esquiva, borde o desconsiderada. Pero no es eficaz. Intenta llevar la relación a un término práctico, centrándote en lo que compartís o en lo que es estrictamente necesario que compartáis.
8. No te tomes las críticas de manera personal
Probablemente tu suegra actuaría así con cualquiera que estuviera en tu lugar. Además, no debes olvidar que lo importante es que tu marido te quiera y te admire, que lo haga ella es secundario. Por lo tanto, no te tomes a la tremenda sus críticas. Pueden cansarte, pero no deben minarte.
9. Limita la actuación de la familia política en tu vida
Cuando alguien se vuelve verdaderamente tóxico para tu matrimonio o tu familia hay que fijar unos límites muy claros. Tanto tú como tu familia tenéis derecho a disfrutar de una existencia tranquila, y nadie debe interrumpir tu círculo sano de seres queridos. Si realmente te están maltratando o faltándote al respeto, pon unos límites tajantes.
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