jueves, 24 de mayo de 2018

El fuego invisible de Javier Sierra

Llevo ya un tiempo pensando que después de leer El péndulo de Foucault, la famosa novela de Umberto Eco, es complicado que alguna historia sobre templarios, griálicos o demás grupos relacionados con el ocultismo te marque. Si te gustan estos temas creo que esa es la obra que buscas. Para todo lo demás, usando la coletilla del famoso anuncio, también hay otros libros. Uno de ellos es por ejemplo este, el último Premio Planeta, "El fuego invisible", de Javier Sierra. 



Si has llegado a esta reseña porque te interesa el libro es bastante probable que ya conozcas al autor. Sierra es uno de los únicos escritores españoles que ha visto alguno de sus títulos en la lista de los diez más vendidos en Estados Unidos. Y eso ya es decir. El tema de la búsqueda de lo oculto llama, llama y vende, y es por eso que estamos inmersos actualmente en un boom de novelas de este tipo. Desde la aparición de Dan Brown que, casualmente, compite con Sierra en estas fechas (aun compartiendo sello editorial), las librerías y las mesitas de noche se han llenado de libros que cuentan historias de investigadores detrás de la verdad sobre el Grial, de la persecución del rastro templario, de la realidad que hay detrás de los masones, etcétera. 

Como digo, es complicado seguir leyendo novelas de este tipo cuando El péndulo de Foucault de Umberto Eco ya ha entrado en ti. Y quizás es por eso que siempre termino con la sensación de que al libro que acabo de leer le falta algo. En El fuego invisible, Javier Sierra nos presenta a David Salas, prometedor lingüista de la Trinity College de Dublín, y quien nos narrará la historia, que se topa con la circunstancia de viajar a Madrid. De primeras, Salas pensará que va a la capital española en busca de un pequeño tesoro antiguo relacionado con sus estudios, pero desde su llegada se dará cuenta de que aquello era una mera excusa para convencerlo. En Madrid comenzará una aventura, al estilo del famoso Robert Langdon de Dan Brown, acompañado al igual que este de una pareja femenina por la que se sentirá atraído desde el primer momento, que lo llevará hacia una lucha por descubrir la verdad que hay detrás de las leyendas del Grial. En su camino se encontrará con lugares mágicos de la geografía española como la Font de Montjuic o la Iglesia de Santa María de la Santa Cruz de la Serós, con personajes históricos que tuvieron algo que ver con estas leyendas como Valle-Inclán o Unamuno, con familiares que nunca estuvieron para él porque esperaban el momento justo.

Bajo el paraguas de Victoria Goodman, quien le enseñará todo lo que fue en realidad su abuelo, Salas empezará a comprender en España, su país de origen, todo lo que su abuelo escondía, todo lo que este hizo, todo lo que le legó y todas las luchas que acometió, luchas que siguen vivas y que será David Salas quien se tendrá que encargar de sellar. David se verá, casi sin saber cómo, dentro de una organización secreta a la que se le llama la Montaña Mágica, coordinada por Victoria Goodman y formada por otros cuatro como él, en la que se le pedirá su ayuda para completar el equipo que irá en busca de la verdad sobre el Grial. Dicen en las películas de terror más básicas que lo que nunca debe hacer un grupo en una situación de peligro es separarse, y es lo que estos harán. Siguiendo las distintas rutas que el Grial ha protagonizado a lo largo de los años por territorio español, el grupo se dividirá en tres, tocándole a David y a Pau (cómo no) la visita a Barcelona, otro punto en común con la última novela de Dan Brown. Allí descubrirá que no todo es como parece, que hay mucho más oculto detrás de esa búsqueda de lo que pensaban, que la mentira es también una fuerte base de estas leyendas y de cualquier historia y que la traición estuvo tan viva antes como ahora.

A medida que avancen las páginas, David se irá dando cuenta de algo acerca del Grial, de algo en lo que todos alguna vez hemos caído o deberíamos caer, que a veces la verdad no está ahí fuera, que a veces la verdad la llevamos nosotros dentro, y que siempre hay alguien por quien nunca hemos apostado que nos vigila y nos cuida. ¿Y si el Santo Grial nunca fue lo que nos contaron? ¿Y si el Santo Grial estuviera más cerca de lo que pensamos? ¿Y si para acariciar el Santo Grial, para prender la llama del fuego invisible, solo tuviéramos que cerrar, muy muy fuerte, los ojos?


jueves, 3 de mayo de 2018

Fra' Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta

El Consejo de Estado de la Orden de Malta, el órgano electivo compuesto por 54 miembros que representan a toda la institución, ha elegido a Fra' Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto como 80° Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta tras reunirse en la mañana de este miércoles en la Villa Magistral en Roma, sede institucional de la orden. Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto, que había sido elegido como nuevo Lugarteniente del Gran Maestre de la Soberana Orden Militar de Malta el pasado 29 de abril de 2017, asumirá ahora el cargo de Gran Maestre de por vida.


El Papa Francisco ha sido informado por carta del resultado de la votación. Posteriormente, la elección fue comunicada a todos los Grandes Prioratos, los Subprioratos y las Asociaciones Nacionales de la Orden, a sus representaciones diplomáticas en el mundo y a los de los 107 Estados con los que la Soberana Orden de Malta mantiene relaciones diplomáticas. Está previsto que Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto jure su cargo ante el Delegado Especial del Papa ante la Soberana Orden de Malta, el Arzobispo Angelo Becciu y ante los miembros del Consejo de Estado este jueves por la mañana en la iglesia de Santa María en Aventino.

Según ha informado la Orden de Malta en un comunicado, el nuevo Gran Maestre "reafirmó su deseo de continuar el trabajo para la reforma de la Constitución de la Orden de Malta lanzada en 2017, para adaptarlo al notable desarrollo que la Orden ha experimentado en las últimas décadas". Giacomo Dalla Torre del Tempio di Sanguinetto es un diplomático, religioso, profesor, filólogo, arqueólogo e historiador italiano. Nacido en Roma el día 9 de diciembre de 1944, desciende de una antigua familia noble proveniente de la ciudad de Treviso. Su familia ha estado siempre muy vinculada a la Santa Sede; entre sus antepasados se incluye a su abuelo, que era editor del periódico L'Osservatore Romano y a su hermano Giuseppe Dalla Torre, que es un destacado jurista y actual Presidente del Tribunal de la Ciudad del Vaticano.


Un incendio arrasa el palacio de los duques de Osuna en Aranjuez

El incendio ha arrasado el palacio de los duques de Osuna en Aranjuez, por lo que solo queda recordarlo como un edificio singular. Hasta ocho dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid lograron controlar esta noche el incendio que se desató y que ha devastado el Palacio de Osuna.

El llamado Palacio de los Duques de Osuna de Aranjuez es un edificio de estilo neoclásico construido en 1761 por encargo del más celebre cantante castrado, Carlo Broschi, conocido como Farinelli, al arquitecto Giacomo Bonavia (autor del proyecto urbanístico de Aranjuez para la Casa Real). El cantante pagó por su construcción 13.800 reales de vellón; ascendiendo con las mejoras realizadas posteriormente a la cifra de 16.250. La construcción se llevó a cabo en un momento de plena expansión urbanística de Aranjuez. Farinelli adquirió una voz de maravillosa belleza bajo la instrucción de Nicola Porpora. En España, donde sólo tenía planeado quedarse unos meses, terminó viviendo casi 25 años. Su voz, empleada por la reina para curar al Rey Felipe V, el primer Borbón, de su estado neurodepresivo, le ganó tanta influencia con el rey que éste no sólo acabaría dándole poder, sino el nombre oficial, de primer ministro. Fue nombrado director de teatros en Madrid y Aranjuez. No sólo cantó, sino que también tocó instrumentos musicales con teclado y la viola d’amore y ocasionalmente compuso. Fueron muchas y variadas las tareas que realizó este extraordinario cantante y organizador de festejos durante su estancia en la Corte. Fue en parte responsable de que Aranjuez se convirtiera en un faro para la música europea durante algunos años de mediados del siglo XVIII. A su sombra, muchos compositores y compañías de ópera desembarcaron en Madrid y trajeron a España la música italiana. El palacio alojó y recibió a los principales artistas, músicos, literatos y políticos de la corte de Felipe V y de Fernando VI y la melómana Barbara de Braganza. A la muerte de este último monarca, Farinelli cayó en desgracia y fue desterrado por Carlos III, poco aficionado a la música y al teatro, que le reintegró como indemnización el coste de la casa. El palacio pasó a la Corona y se mantuvo en su propiedad durante veinte años. En 1787 fue adquirida por los novenos duques de Osuna -pintados por Goya-, Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Mª Josefa Alonso Pimentel. El duque encargó su ampliación a Juan de Villanueva entre 1787 y 1795. Los Osuna, que fueron mecenas de artistas y literatos, se hospedaban en este palacio cuando la Familia Real estaba en Aranjuez.

El palacio continuó en manos de los duques hasta finales del XIX, cuando el XII duque, nieto de Pedro y Josefa, Mariano Téllez-Girón, famoso por sus derroches que le llevaron a la ruina, tuvo que venderlo. Es en este momento cuando se divide el inmueble en dos partes. La planta baja o principal la adquiere Juan Richer Turión, por aquellas épocas alcalde de Aranjuez. Esta parte del inmueble fue lugar de residencia de los Richer durante varias generaciones hasta hace pocos años. La Casa ha acogido también usos como la hostelería o la educación.