En Oriente brillaba una estrella,
anunciando la llegada de un Rey,
tres sabios partieron sin demora,
en busca del Niño que nacería.
Oro, incienso y mirra llevaron,
regalos dignos de un Salvador,
guiados por la luz celestial,
encontraron al Niño en Belén.
Melchor, Gaspar y el buen Baltasar,
llegaron con amor y devoción,
adoraron al Niño con fervor,
y le ofrecieron su corazón.
Los Reyes Magos, símbolos de fe,
nos traen la esperanza y la ilusión,
recordándonos el amor divino,
en la Epifanía del Redentor.
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