sábado, 13 de septiembre de 2025

Pórtico del Profeso y los Borgia de Carlo Emanuele Ruspoli

 


Esta novela histórica es muy especial porque la dedico a mi mentor y gran amigo Federico Trenor y Trenor, Barón de Alacuás, que en paz descansa. Federico me proporcionó una buena parte de los documentos que sirvieron para la investigación histórica. El interesante prólogo de la obra fue redactado por otro gran amigo, Alfonso de Ceballos-Escalera, Vizconde de Ayala. 

He aquí el prólogo:


Carlo Ruspoli y el Profeso: una trayectoria vital y una obra literaria 


Un prólogo no debe de ser sino una breve guía para el lector de la obra, que ponga de manifiesto a esta y a su autor, en un contexto intelectual. Y nunca debe de ser ni una crítica feroz, ni tampoco un ramillete de elogios: pero debe dar cuenta de la vida del autor, y de su obra, porque no existe libro alguno en el que no asome, con mayor o menor fuerza, la personalidad de su autor. Y no se comprenderá el núcleo de un texto si no se conocen los rasgos fundamentales de la personalidad de quien ha puesto su empeño en la esforzada tarea de traducir en palabras sus ideas. El lector debe conocer lo más posible de quien le regala sus conocimientos y sus saberes. Vayamos, pues, por partes.

De la novela histórica contemporánea

Allá por el año 2005, en el Congreso Internacional de Hispanistas celebrado entonces en Cracovia, hice pública mi aversión a la mal llamada ‘novela histórica’. Como historiador que soy, la tergiversación, cuando no la falsificación de la Historia, me desagradan profundamente, y por desgracia esa tergiversación y esa falsificación se dan con mucha frecuencia entre los escritores y los cineastas.

Todo parte de quienes consideran que la Historia no es una ciencia, sino mera ‘literatura’. Admitamos que el Amor y la Muerte -el Tiempo- son argumentos literarios básicos, como que son sentimientos básicos y primarios de la vida humana en su conjunto. Y recordemos, con Amorós, que los experimentos literarios con el tiempo son especialmente frecuentes, sobre todo en la novela, que es un género esencialmente temporal, en el que el tiempo no necesita ser reflejo de la duración real de los hechos. En toda novela hay un reloj.

En segundo lugar, creemos que, bajo la denominación de ‘novela histórica’, se quieren identificar textos de muy distintos tipos, no solamente literarios o historiográficos. Antes que nada, una primera clasificación ha de obedecer a su diferente método de trabajo: la historia trabaja básicamente con documentos y testimonios, y la literatura lo hace con simples ficciones. Si no se hace esta previa y primera distinción, se produce una indeseable confusión que perjudica, y mucho, al lector común (que no discierne la diferencia, y que tantas veces cree de buena fe que el totum revolutum que está leyendo es la historia de lo verdaderamente ocurrido). Cabría, pues, en nuestra modesta opinión, distinguir entre la ‘historia novelada’, la ‘novela de ambiente histórico’, y por último la que propiamente ha de ser llamada ‘novela histórica’.

La ‘historia novelada’ no es más que un relato puramente histórico en el que el estilo y la amenidad priman sobre el aparato de la erudición académica, para acercarse al lector y facilitarle una aproximación fácil al hecho histórico; incluso a veces la historia se presenta en el contexto de una trama literaria. Pero, al fin y al cabo, se trata de un relato científico que narra e interpreta fielmente, a partir de los documentos y los testimonios, la realidad de lo ocurrido. Por otra parte, se publican muchas más ‘novelas de ambiente histórico’, que pueden ser buena o malas -las hay excelentes- pero que son en todo caso un producto puramente literario, y casi siempre -pero no siempre- exclusivamente ficticio. Finalmente, existe también un tipo de texto que consideramos que es, en nuestra opinión, el más pernicioso y deplorable entre todos: nos referimos al único que propiamente debe ser llamado ‘novela histórica’, y que consiste en tomar hechos pasados, y sobre todo personajes reales, y rehacer o reescribir sus vidas poniendo en sus bocas o presentando en sus comportamientos, dichos y hechos no solamente ficticios, sino muchas veces completamente incompatibles con las mentalidades de la época, o con lo que de cierto se conoce sobre la personalidad, las actitudes y los hechos del indefenso -por fallecido hace mucho- biografiado. La hábil mezcla de las técnicas literarias de la novela policiaca con un neo-gnosticismo de escaso nivel conceptual, adobada con algunas ideas de la viejísima teoría conspirativa de la Historia, y presentado todo de una manera verosímil -pero lo verosímil no es sinónimo de lo verdadero-, han logrado que estos subproductos culturales hayan calado mucho en la sociedad postmoderna, donde toda muestra de incultura encuentra su asiento, sobre todo por ese bien conocido sentimiento, tan natural y tan humano, de evadirse del presente, que, como tal siempre tiene aspectos negativos o cuanto menos desagradables.

Pero no divaguemos más, y concluyamos nuestro alegato en defensa de la Fortaleza de los Hechos y contra los perjuicios intelectuales y espirituales, tanto individuales como sobre todo colectivos, que puede causar -que está causando- la mal llamada novela histórica, en todas sus variantes literarias y cinematográficas, manifestando nuestra honda preocupación -y también, por qué no decirlo, nuestro desprecio- por tan generalizado engaño intelectual y fraude comercial, mientras hacemos nuestras aquellas sabias palabras que tantas veces repitió el maestro Ortega y Gasset: O se hace ciencia, o se hace literatura, o se calla uno. Y en eso estamos.

Fray Giangaleazzo Ruspoli, Profeso de la Orden de San Juan

En sus textos de historia novelada, Carlo Emanuele Ruspoli no se limita a recrear épocas pasadas con precisión documental, sino que explora las continuidades y rupturas que conectan el pasado con el presente. Sus obras sobre la vida y andanzas del personaje del Profeso, un caballero sanjuanista llamado fray Giangaleazzo Ruspoli, constituyen una saga literaria que combina rigor histórico con imaginación narrativa, ofreciendo a los lectores una visión renovada de un período crucial de la historia europea: el Renacimiento.

Obviamente, para escribir de historia, aunque sea novelada, hay que saber mucho de Historia. Y Ruspoli la conoce, y la conoce bien. Sus obras delatan muchas y bien aprovechadas lecturas. Por otra parte, Ruspoli escribe de aquello que sabe y que no está en los libros de Historia, porque solo se aprende en una gran Casa de la nobleza histórica europea: el sentido caballeresco de la vida que tuvieron nuestros pasados, sus códigos, su more nobilium. Por esa carencia fracasan en semejantes empeños tantos escritores de clase media o popular, que no han aprendido en sus casas ninguna esas añejas tradiciones y costumbres.

Por las páginas de esta nueva obra, el caballero Giangaleazzo Ruspoli, Profeso de la Orden de San Juan- y su hija Ginebra deciden viajar a Roma en pleno Renacimiento durante el pontificado de Alejandro VI, para aliarse con sus tremendos vástagos César, Juan, Lucrecia y Godofredo Borgia. Sucesivas aventuras llevarán al Profeso a luchar dos veces junto al Gran Capitán por la conquista del puerto romano de Ostia, y de todo el reino de Nápoles; a derrocar al temible fraile dominico Savonarola en la turbulenta Florencia; a salvar la vida del hijo de César Borgia y Caterina Sforza; a luchar contra naves piratas y turcas en el Mediterráneo oriental; a enfrentarse a la aterradora peste negra que asolaba Europa; y, finalmente, a afrontar a la temible Inquisición española en Valencia. Disfrazados a veces de modestos mercaderes de libros, en Roma y en Valencia, frà Giangaleazzo Ruspoli y su hija tendrán que superar muchas pruebas para su inteligencia y para su temple.

El nombre que resuena a través de los siglos

Porque, cuando uno se adentra en el estudio de las grandes familias que han marcado la historia europea, inevitablemente se encuentra con apellidos que trascienden las fronteras nacionales y temporales. Entre estos linajes de ilustre abolengo, el de Ruspoli destaca como una larga constelación de personalidades excepcionales que han brillado en diversos campos del saber humano, desde las artes militares hasta las letras, desde la arquitectura hasta la diplomacia. La Casa de Ruspoli, cuyas raíces se hunden en el medievo italiano y se extienden hasta la España de los Austrias, ha dado al mundo figuras de una diversidad y talento extraordinarios. El linaje Marescotti Ruspoli, hoy simplemente Ruspoli, nos ha dejado biografías de santos, altos oficiales, cardinales, prelados, embajadores, políticos, exploradores, poetas y héroes. Este patrimonio genealógico no es meramente una cuestión de blasones y títulos nobiliarios, sino un legado vivo de contribuciones al progreso de la Civilización Occidental. Porque, como nos enseña Steiner, poseemos civilización porque hemos aprendido a traducir más allá del tiempo.

En este contexto, la figura de Carlo Ruspoli -nombre que han llevado varios miembros distinguidos de esta ilustre estirpe- emerge como un testimonio viviente de la continuidad cultural y el refinamiento intelectual que caracterizan a esta familia de origen italiano. La figura contemporánea de Carlo Emanuele Ruspoli, Duque de Morignano, nacido en Roma en 1949, encarna de manera ejemplar la continuidad de los valores familiares adaptados a los tiempos modernos. Es doctor arquitecto y ha viajado y trabajado en los cinco continentes. Autor de numerosos títulos técnicos y catálogos, así como de proyectos de edificación e industriales, su trayectoria profesional ilustra perfectamente cómo la tradición humanística de los Ruspoli se ha adaptado a las exigencias del mundo contemporáneo, manteniendo el espíritu de excelencia que ha caracterizado a la familia durante muchas generaciones.

La trayectoria vital de Carlo Emanuele Ruspoli es la de un polígrafo de nuestro tiempo, pero también revela la figura de un auténtico hombre del Renacimiento, aunque haya nacido en el siglo XX. Su formación como arquitecto le ha permitido no solo diseñar espacios físicos, sino también construir puentes intelectuales entre disciplinas aparentemente dispares. Ensayista de artículos de índole técnica y cultural en varias revistas, esta colaboración con instituciones académicas de prestigio subraya su compromiso con la preservación y transmisión del patrimonio cultural, una misión que va más allá de sus intereses profesionales inmediatos.

Lo que resulta particularmente fascinante de la obra de Carlo Emanuele Ruspoli es su capacidad para transitar sin solución de continuidad entre géneros literarios diversos. Ha escrito además libros de historia, antropología, anécdotas de vida profesional e historia novelada. Esta versatilidad intelectual no es casualidad; refleja una formación humanística sólida y una curiosidad intelectual que lo lleva a explorar los múltiples aspectos de la experiencia humana. Sus cinco blogs, que cuentan con más de 300.000 lectores y sus más de 1.300 artículos publicados, demuestran su capacidad para conectar con audiencias contemporáneas utilizando los medios de comunicación modernos.

El reconocimiento de sus pares no se ha hecho esperar. En la Feria del Libro de Madrid 2014, obtuvo el Premio Escriduende a la mejor novela histórica por ‘El Profeso y el opio’; en 2015 fue galardonado con el Premio Internacional de Literatura «Rubén Darío» por ‘El Profeso y la parapsicología’, así como con el Premio Internacional Sial Pigmalión de Narrativa por su obra ‘La hija del Profeso’; en 2019, recibió la Medalla de Oro Mayte Spínola de novela histórica por el conjunto de su obra literaria; en 2022 recibió el Premio Gustavo Adolfo Bécquer por la novela ‘El Profeso y el Grial’; y finalmente, en 2024 ha recibido el Premio «Heródoto» por su novela histórica y épica más ambiciosa: ‘El Profeso y el Faraón’. Estos reconocimientos no solo avalan la calidad literaria e histórica de su obra, sino que también confirman su capacidad para abordar temas complejos con una perspectiva original y atractiva para el público contemporáneo.

Y es que la obra de Carlo Emanuele Ruspoli trasciende las categorías tradicionales de la literatura y la arquitectura para constituirse en un proyecto integral de preservación y reinterpretación del patrimonio cultural europeo. Sus investigaciones genealógicas, plasmadas en obras como Retratos. Anécdotas y secretos de los linajes Borja, Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli, no son meros ejercicios de erudición, sino intentos genuinos de comprender las fuerzas históricas que han modelado la identidad europea.

Su trabajo como antropólogo añade otra dimensión a su perfil intelectual. En una época de creciente globalización, su perspectiva antropológica le permite analizar las transformaciones culturales contemporáneas con la profundidad que solo puede aportar alguien que ha estudiado las raíces profundas de las civilizaciones. Sus viajes por los cinco continentes no han sido simples desplazamientos turísticos, sino oportunidades de observación y de investigación que han enriquecido su comprensión de la diversidad humana. En un mundo cada vez más homogeneizado, figuras como la de Carlo Emanuele Ruspoli, representan la posibilidad de mantener viva una identidad cultural específica sin caer en el anacronismo o en la nostalgia estéril.

Su obra literaria y académica constituye un puente entre pasado y futuro, entre tradición e innovación. Al combinar el rigor de la formación universitaria con la creatividad del novelista, la precisión del arquitecto con la sensibilidad del antropólogo, Carlo Emanuele Ruspoli encarna un modelo de intelectual integral que resulta cada vez más necesario en nuestra época de especialización excesiva.

La presencia de Carlo Emanuele Ruspoli en las redes sociales y su éxito en los medios digitales demuestran, además, que la tradición cultural europea puede encontrar nuevos canales de expresión y difusión sin perder su esencia. Sus más de 300.000 lectores digitales constituyen una comunidad virtual unida por el interés en la historia, la cultura y las tradiciones que él representa y divulga.

Vayamos concluyendo, la larga y densa obra del Duque de Morignano –tanto en su dimensión individual como familiar– nos invita a reflexionar sobre las múltiples formas en que el patrimonio cultural puede transmitirse y renovarse. En una época de transformaciones aceleradas, su ejemplo nos recuerda que es posible mantener vivos los valores del humanismo europeo adaptándolos creativamente a las exigencias del presente. Su obra constituye un testimonio elocuente de que la verdadera nobleza no radica en los títulos heredados, sino en la capacidad de emular a nuestros pasados, igualándolos al menos pero incluso superándolos, y así enriquecer el patrimonio cultural común de la Humanidad.

Hoy ‘El Profeso y los Borgia’ se separa de su Autor como un hijo se separa de sus padres al hacerse mayor, y emprende una vida propia que es la que le van a dar sus lectores.

Disfruten de la lectura, como yo lo he hecho.


Dr. Marqués de la Floresta

Cronista de Castilla y León 


miércoles, 3 de septiembre de 2025

Dos novelas históricas pendientes de publicación de Carlo E. Ruspoli

Próximamente va a ser publicada esa novela histórica heterodoxa, Muerte de Profesos. En esta entrega, el protagonista Fray Giangaleazzo Ruspoli, Bailío Gran Prior de Pisa de la Orden de San Juan, recibe la visión de un ángel que le encomienda una misión celestial: salvar a la propia Orden, que ha olvidado su faceta militar y se encuentra amenazada por una conspiración que podría acabar con la vida de sus caballeros profesos e incluso socavar los cimientos de la Iglesia Católica. Ya está publicada.




La razón y el misterio, la ciencia y la magia, el Profeso y el Chamán. Dos caminos opuestos, dos mundos que raramente convergen. En las sombras de un continente que late con historias ancestrales, un encuentro inesperado cambiará todo lo que uno sabe y lo que el otro siente. Cuando la lógica se enfrenta a lo inexplicable, y los antiguos secretos desafían el conocimiento moderno, ¿quién tiene la verdadera respuesta? En estas páginas, te adentrarás en una historia que explora los límites del pensamiento, el poder de la fe y la eterna lucha entre lo que vemos y lo que no podemos explicar. Este es el inicio de un viaje que pondrá a prueba las certezas de la mente y los susurros del alma.