Insomnio bendito
A veces sufro de insomnio, y le doy gracias al Todopoderoso. Porque en cada noche en vela se abre una puerta sin cerrojo.
Soy libre cuando todos duermen. Libre de ser quien no fui, quien fui, quien seré, quien jamás existió.
He sido sacristán astuto, cura necesitado, conquistador de almas, obispo de sombras y hasta Papa por un voto divino.
He sido médico, poeta, futbolista y Premio Nobel, estudiante sin memoria, analfabeto con sabiduría.
Cien veces casada, alguna viuda, ganador de carreras y combates, extraterrestre, chamán, demonio, ángel, San Pedro… Y una noche fui Dios. Que Dios me perdone.
He sido pirata, vagabundo, buhonero, aguador, rapero, obrero y minifalda, militar romano, escriba samurái, herido, envenenado y muerto.
Quijote, Sancho, Buscón, parado, rico, esclavo, enfermo y milagroso. Pájaro, dinosaurio, cordero, escopeta.
Pero entre todos, el que más me emociona es el Profeso de la Orden de San Juan, haciendo justicia en la antigua, la media, la moderna y la contemporánea.
Y como no tengo límites, he sido todo eso y más, al mismo tiempo.
Aun así, hay quien pregunta: “¿Por qué escribes?”
La respuesta es simple: porque soy humano y deseo la libertad. La encuentro en la madrugada, frente al ordenador, o ante un folio en blanco, cuando surge la pregunta que me impulsa:
¿Por qué no escribir?
Carlo, questa mi sembra una delle cose più belle che hai scritto.
ResponderEliminarGrazie caro Maurizio, abbracci
EliminarMaurizio
ResponderEliminar