Historia de un superviviente,
entre muros y puentes
En 227 páginas resumo mi vida. No voy a publicar el texto, lo voy a adjuntar a mis últimas voluntades. Quisiera que aquellos que no pudieron o quisieron conocerme sepan toda la verdad de lo que ocurrió.
Dedicatoria en verso
A ti, Ana, que llegaste cuando el silencio parecía eterno, y con manos de ternura recogiste mis ruinas sin miedo. Me devolviste la salud, el amor, y las ganas de mirar el mañana. Tu luz vive en cada palabra que volvió a nacer contigo.
A Lorenzo, mi hermano, luz que no se apaga, ángel que me guarda en cada paso incierto.
A María, mi primera mujer, a quien rezo cada día como quien conversa con el alma que no olvida.
A quienes me amaron sin condiciones, y a quienes me desafiaron sin tregua, porque en ambos hallé la medida de mi camino.
A los que heredarán mis obras, mis silencios, y mis palabras sembradas como huellas en la arena.
Y a Dios, por permitirme contar esta historia antes de que se cierre mi último capítulo.
Carta de despedida
A ti, que lees estas páginas cuando mi voz ya se haya apagado:
He caminado entre sombras y luces, entre muros que me encerraron y puentes que me liberaron. No todo fue fácil, pero todo fue mío. Y por eso, doy gracias.
No escribí esta historia para que el mundo la célebre, sino para que quienes la hereden comprendan. Que vean en cada línea no un juicio, sino una búsqueda. No una defensa, sino una confesión serena.
Rezo cada día por María, mi primera mujer, cuya ausencia es presencia constante. Sigo el ejemplo de Lorenzo, mi hermano, que convirtió su dolor en ofrenda. Hoy lo siento cerca, como un ángel que me guía en silencio.
No quiero que Ana ni sus hijos hereden las guerras que aún duelen. Que encuentren paz donde hubo conflicto, y que el recuerdo no sea carga, sino semilla.
Mis libros, mis obras, mis silencios… y mi patrimonio. Eso es lo que dejo. Que se reciba con respeto, con conciencia, y con la voluntad de construir, no de dividir.
Muy bonito. Inspira mucho respeto. Qué Dios te guarde muchos años!
ResponderEliminarEl anónimo es Bjorn Forsgren
ResponderEliminarMuchas gracias Bjorn, abrazos
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