lunes, 30 de mayo de 2016

Presentación en Sevilla

Hace mucho tiempo que deseaba presentar mis libros en Sevilla. La familia de mi mujer es sevillana, pero hasta ahora no fue posible. El lugar elegido para el evento pertenece a una encantadora prima hermana muy conocida en la ciudad, tanto por su hotel como por su servicio de catering. Espero contar con la presencia de la mayoría de los primos y parientes y amigos de la capital hispalense y en especial la de mi querido primo hermano político, el  sociólogo y catedrático Pedro Romero de Solís que espero pueda acompañarnos relatándonos alguna de sus brillantes reflexiones. 
¡Os espero!

sábado, 28 de mayo de 2016

Amancio Ortega

Amancio Ortega ha cumplido ochenta años y esa noticia apenas aparece en la prensa, en la que si leo, repetidamente, la de su cobro de más de quinientos millones de dividendo en Inditex, la empresa tronco de los negocios textiles, que él creó. ¡Ay España!



He topado con el vídeo de homenaje en su cumpleaños y me ha emocionado, a mí, que soy muy poco aficionado a ello. Se le ve, con su chaquetilla de punto, como un abuelo que va a dar su paseo matutino o a observar la marcha de las obras de su barrio, pero le vemos subir en un ascensor acristalado donde va, no al paseo, sino a su trabajo diario en las instalaciones de su empresa. Allí le sorprende y le emociona hasta las lágrimas, la recepción de sus empleados. Su hija le ha preparado un vídeo en el que puede verse a estos, repartidos por todo el mundo, felicitándole.

 Ese cumpleaños redondo es, para cualquier persona, día de hacer balance de una vida y llegar, quizá, a la conclusión de que se puede dar la tarea por concluida. Para él, pudiera ser, además, el momento de dejar hacer a sus sucesores, elegidos con gran acierto y ver a su empresa seguir progresando desde su bien merecido descanso. Pero mucho me temo que no será así. Es una pena que no se haya filmado otro video, en el que veamos a Amancio, al día siguiente, quizá con la misma chaquetilla, nuevamente camino de su trabajo. Así le veo yo. 

¿Quién es Amancio Ortega? Yo no conozco de él más que alguna furtiva gacetilla que los periodistas, a los que rehúye, consiguen sacar, muy de vez en cuando, de su recatada vida. Parece que su biografía podría resumirse en dos palabras: Trabajo y familia. Pero, amigos, esa vida gris en la apariencia es, nada menos, la de un señalado por el dedo misterioso del que siembra el talento, que, ya sabemos, puede florecer en los sitios más insospechados.

He aquí el milagro: Un hombre, sin preparación académica, trabajador desde la infancia que, a partir de un modesto negocio de batas caseras, promueve un emporio en el que un gran equipo de diseñadores mantiene una renovación permanente, la logística es un mecanismo de precisión que teje, sin tregua, una tela de araña de transporte por todo el mundo y su lúcida aceptación de la globalización excita en él una audacia, increíble en una persona recluida en un ambiente totalmente provinciano, que le lleva a inaugurar una tienda al día en las mejores calles del mundo.
El resultado colateral de su éxito le convierte en la primera o segunda persona más rica del mundo sin cambiar, apenas, su comportamiento diario ni perder un minuto en mirar su cuenta corriente.

Su modestia en el comportamiento y su discreción no llaman a escribir sobre él y su éxito, que le convierte en uno de los empresarios más importantes del mundo no parece ser excitante suficiente para estos medios, nuestros, que están a otras cosas. 
Y ellos, los elegidos, quizá los mutantes, no echan en falta la curiosidad, el aplauso y el agradecimiento de la gente. Ellos no hacen su labor por eso, sino, lo repito una vez más, por sacar al ser irrepetible que llevan dentro, señalado con una misión o mandato que cumplir.

Yo, por mi parte, elevo a los altares de mi santoral laico a uno de los componentes de esta, mi generación, que ha sido capaz de dar una pléyade de empresarios de categoría comparable, en su disciplina, a la de los deportistas actuales.

Inicio, con este escrito, el procedimiento de canonización, para mi santoral laico, de Amancio Ortega. 

jueves, 19 de mayo de 2016

300 aniversario del nacimiento de Carlos III




Baile benéfico de la Orden de Malta

Un año más la Asociación Española de la Orden de Malta organiza su baile para recaudar fondos destinados a sus obras hospitalarias. “Frente a un mundo en el que las dificultades económicas son un hecho, el llamamiento de los que sufren – los pobres, los enfermos, los sin techo, los desplazados internos, los refugiados, los discapacitados, los ancianos – se hace más urgente. Nosotros, como miembros de una orden religiosa laica con la tradición secular de asistir a los pobres y los enfermos, somos conscientes de la necesidad de atender a nuestro prójimo. Ésta ha sido nuestra misión desde nuestra fundación, y sigue siendo hoy nuestra misión y nuestro objetivo”. Frey Matthew Festing, 79° Gran Maestre.


75 Feria del Libro de Madrid


Queridos Amigos, os informo que estaré firmando ejemplares de mis cuatro novelas en la caseta de Sial Pigmalión número 196 (sombra) el domingo 5 de junio por la mañana de 11:00 a 14:30 y el lunes 30 de mayo por la tarde de 18:00 a 21:30. El domingo 12 de junio se celebrará el acto de entrega de los premios Escriduende. ¡Os espero!












El hombre invisible


El presidente Rajoy es “el hombre que espera”, descubren Lionel Barber y Tobias Buck, los periodistas de Financial Times que han pasado algunas horas con el “hombre invisible” de La Moncloa –como también lo definen–, antes de publicar esta jugosa entrevista que el martes rebotó pletórica en el patio local. Lo comparan con Wilkins Micawber, el personaje de David Copperfield que Dickens esbozó del natural de su propio padre, siempre entrampado en asuntos de deudas. Toma nota de este parentesco literario. Han tenido que venir los ingleses a ilustrarlo, siempre barriendo para casa, como desmereciendo nuestra propia genealogía, como si no tuviéramos ya nuestro Guzmán de Alfarache, nuestro Gregorio Guadaña, nuestro Marcos de Obregón, nuestro Periquillo el de las gallineras con los que entroncarle. Como Mr. Micawber, Rajoy es es “el hombre que espera”, un estoico o un budista que alcanza el conocimiento a través de la fatalidad… de los demás. Como el príncipe Siddhartha, como Marco Aurelio, como la esfinge, Rajoy contempla. Su nirvana, su aceptación, es ver caer a sus rivales, uno tras otro, sin dejar de meditar.

Micawber sabe que las deudas llevan a una gran tribulación. “Ingresar 20 libras al año y gastar 19,96, significa la felicidad. Ingresar 20 libras al año y gastar 20,6 significa la miseria”, dice el paciente inglés. En su reunión de este miércoles, la Comisión Europea debe decidir si impone sanciones a Portugal y España por incumplir ostensiblemente el objetivo de déficit indicado por Bruselas. En el caso de España, el objetivo era situar el déficit en el 4,1%, pero los políticos españoles del Estado central y las Comunidades Autónomas gastaron un 5,1% más que la riqueza producida por el país. Puedes seguir la comparecencia del presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, en la que anunciará las medidas sobre el incumplimiento de los objetivos de déficit de Portugal y España.

Wilkins Rajoy Micawber no está preocupado. Sabe que no habrá una sanción de Bruselas, o que será simbólica, o que se aplazará hasta que pasen las elecciones generales del 26 de junio. Bruselas no quiere hacer nada que dañe las expectativas electorales del PP, sabiendo que la alternativa a Rajoy sería un gobierno anti-austeridad de PSOE, Podemos, Izquierda Unida y los nacionalistas. Y es otra de las paradojas de la paciencia de Rajoy: sus deudas suelen acabar en felicidad propia y perdición de sus adversarios. Más que Mr. Micawber, su efigie es el “sí” del Magnificat: contemplar el misterio y guardarlo en su corazón.

martes, 10 de mayo de 2016

Don Miguel de Cervantes Saavedra



Un ejemplo de maltrato al talento, flagrante y penoso, es el del pobre Cervantes al que ni en vida, ni en muerte, ni a su persona, ni a sus obras hemos hecho justicia, quedando abierto un abismo entre lo que dio y lo que recibió. Tras su etapa de estudios, de soldado y de cautiverio, llevó una vida siempre a ras de la miseria, lo que convierte en milagro la ejecución de las maravillas que escribió. Es un ejemplo más de como un portentoso talento fue ignorado por los poderes políticos y económicos. El Duque de Bejar y el conde de Lemos le negaron, reiteradamente, su apoyo, aunque los hizo inmortales en sus dedicatorias. Más todavía, el personaje que él creó, Don Quijote, le ha robado la fama.

Y ahora estamos buscando sus huesos, que enterramo… en la fosa común. Lo que escribo a continuación es de mi entera cosecha y añade, todavía, más escarnio al tratamiento que le damos, pues, yo creo, que El Quijote es un libro muy poco leído y muy mal interpretado. Lo de poco leído lo digo a sentimiento y de mi propia lectura saco otras interpretaciones, además de la clásica de la ridiculización de las novelas de caballería. Seguramente el primer propósito seria ese, pero la segunda salida, en la que Don Quijote incorpora a Sancho, me da la clave de otra interpretación. Yo creo que a Cervantes se le ocurrió contrastar la personalidad y el comportamiento de dos prototipos del ser español que, para bien o para mal, han protagonizado la historia de España. Adornamos la personalidad de Don Quijote con las virtudes que querríamos ver en “lo español”, valentía, caballerosidad, generosidad, honorabilidad, entrega, altura de miras, etcétera... pero el libro no dice eso sino que describe a Don Quijote como un alienado, un hombre fuera de su tiempo, haragán, sin sentido económico ni del ridículo, entrometido, despilfarrador, crédulo hasta el desatino, que confunde sus deseos con las realidades, dueño del mando como por ley natural, amnésico de sus errores y creador de problemas en vez de soluciones. En cambio de Sancho Panza hemos hecho un personaje ridículo, creando un adjetivo, sanchopancesco, para calificar lo ignorante, pedestre, zafio y grotesco. Sin embargo, Cervantes nos lo describe, claramente, como un hombre honrado, que tiene que agarrarse a un clavo ardiendo (Don Quijote) para ganar un sustento que llevar a los suyos, ignorante pero lleno de sabiduría popular y de inteligencia natural, cuida de su amo como de un niño al que advierte, constantemente, de la suerte que van a correr al involucrarse en cuestiones imaginarias, sin embargo sufre, con él, lealmente, los catastróficos resultados. Nunca lo abandona, siempre lo respeta y aunque consciente de la superioridad intelectual que le hace reconocer la realidad y enfrentarse a ella, nunca cuestiona su autoridad. Y cuando le llega su oportunidad, no falla. Es sumamente reveladora, del pensamiento oculto de Cervantes, la aventura del gobierno de la famosa ínsula, con la que unos nobles quieren embromarlo. Sancho Panza sale, sorprendente y plenamente airoso y durante el tiempo que la gobierna deja memoria de sus aciertos y perplejos a los que le habían menospreciado.

Aquí está la clave de mi interpretación. Don Quijote es el prototipo del que nos ha gobernado casi siempre y nos ha llevado, a lo largo de nuestra historia, por ruinas, catástrofes, analfabetismos, tiranías, guerras, fanatismos y muchos etcéteras. Casi siempre, salvo en circunstancias muy raras en que se baraja radicalmente el escalafón, y Los Sanchos toman el mando haciendo avanzar y progresar a la nación. Recordemos el prodigioso reinado de Los Reyes Católicos, durante el que la Reina iba anotando, en su famosa libreta, el nombre de los Sanchos que encontraba en cualquier lugar, para encumbrarlos, sin complejos, cuando llegaba la ocasión. O la legión de Sanchos que, de espaldas a la corona, atrapada en la ratonera europea, descubrió, conquistó y colonizó un inmenso imperio que ha sido la gran aportación de España a la historia del mundo. O la de otros muchos Sanchos, dirigidos por el gran Sancho, Adolfo Suárez, que situó, por fin, a España en el siglo XX.

La tercera interpretación que yo doy al Quijote consiste en considerar que el modelo en el que se basó Cervantes para su personaje fue el mismísimo Carlos V, príncipe europeo, formado en ideales medievales y caballerescos, que se impuso como objetivo la recomposición del Imperio Carolingio y la defensa, a ultranza, de la fe católica frente al Imperio Otomano. Una vez conseguido el Imperio, gobernó su Europa de forma absurdamente itinerante, como si fuera La Mancha, acudiendo a solucionar los problemas donde se presentaban, hasta que, traicionado y acorralado, reventó y vino a morir, prematuramente, al único reino que le permaneció siempre fiel, Castilla. Y le fue fiel a pesar de su eterna ausencia pues siempre la gobernó por persona interpuesta. Solo vino en escasos momentos de descanso y siempre para recabar dineros y más dineros. Echó a la hoguera europea todos los hombres valiosos de España, sus riquezas hasta la ruina total, los galeones americanos cargados de oro y plata, las impagables deudas, que arrastramos durante generaciones y el futuro de España que estaba y sigue estando, en América, a la que siempre hemos dado la espalda. Podéis trasladar a Carlos V todas las características y defectos con que he descrito a Don. Quijote, pues mi interpretación es que Cervantes quiso hacer una enmienda a la totalidad al gobierno y personalidad de Carlos V que sumió a España en la miseria y la enredó, para siglos, en la cainita Europa. El árbol español, a partir de Carlos V, creció con mucho vigor pero torcido

No podemos esperar que Cervantes hiciera estas denuncias, tan sumamente subversivas que lo hubieran arrojado a una mazmorra a los diez minutos, ni que cortara el hilo que lo mantenía amarrado a una vida penosa pero que le permitía seguir escribiendo. Su denuncia fue tan sutil que ha pasado desapercibida a lo largo de cuatro siglos, pero, para mí, son estas interpretaciones las que hacen del Quijote una obra transcendente y profunda que, de otra manera, queda en una gran obra literaria de lectura amable y amena pero desvalorada por el tiempo. Si Cervantes hubiera querido limitarse a hacer la crítica de los libros de caballería se hubiera ceñido a ellos y a los que los leían. Y así empieza El Quijote que, desde la segunda salida, toma otros derroteros.

Rindo, aquí, mi humilde homenaje y desagravio a un español genial, ejemplo culmen de cómo esta patria madrastra trata a sus héroes. Y a sus más valiosos.


miércoles, 4 de mayo de 2016

Al gobierno se viene "aprendidos".

    
                    

Los políticos no han sido capaces de formar gobierno. No se puede culpar solo a ellos pues, como indica el resultado de las elecciones, España está profúndamente dividida. Por muy experto que sea el barman no se le puede pedir que haga un buen cóctel con ingredientes que no son miscibles. En el momento de la Transición había una fragmentación similar, pero el terror a la vuelta al pasado hizo entrar en razón a los líderes en busca de un acuerdo.
Esta división no viene tanto de la abundancia de ideas como del aumento de grupos y grupúsculos. En las ideas, hay una convergencia tal, que ha permitido, a los partidos, cambiar cromos intensamente. Todo es, ya, en Europa y en España, una gran socialdemocracia y vemos como la victoria de esta ideología ha vaciado a los partidos socialistas, que no logran encontrar un mensaje peculiar que transmitir.
Bien es verdad que no se pueden llamar ideas a los tópicos y eslóganes mitineros, con el estribillo del “cambio”, el “progresismo” y el “reformismo” con que nos han abrumado y nos volverán a exasperar. Y no digamos la falta de consistencia, se dice una cosa y la contraria en la misma frase, se hace un programa por la mañana y se vuelve del revés por la tarde, la linea roja de hoy se vuelve verde mañana y solo quedó una sin borrar, la de la integridad de la nación que a las ideologías comunistoides y a la contumacia independentista no les importa destruir.
Gran dificultad es la aparición de una nueva generación de políticos y líderes menores que, llevados por su afán de protagonismo, no se resignan a ser colas de león, creen llegada su hora y solo están todos de acuerdo en echar a Rajoy, un hombre en plena madurez y experiencia, que les afrenta con su comportamiento. Se comportan como adolescentes que están esperando que sus padres se marchen de viaje para empezar la fiesta que tienen programada. Nos hablan machacónamente del “cambio”, pero, en realidad, quieren decir “quítate tu que me pongo yo”.
No se ha hecho énfasis suficiente sobre la nula preparación de los candidatos. Solo he oído a Rajoy lanzar la alarma: “Al Gobierno hay que venir aprendido, no a aprender”. Pero, amigos, todos los que hoy hemos puesto ahí, con nuestro voto, dándose codazos para sentarse en la silla, van a aprender. El currículum de todos ellos no incluye la mínima gestión de nada ni en lo público ni en la empresa privada, en un momento en que en vez de revolución lo que hace falta es reforma y gestión (tecnocracia).
Todo se ha dicho, ya, de este trance y hemos tenido ocasión de conocer a los protagonistas hasta en los últimos recovecos de su biografía y personalidad. Tenemos elementos de juicio para valorarlos y amigos, el resultado es penoso. ¿No estais de acuerdo en que es una locura dejar el gobierno, tan complejo, de una nación como España en manos de gente tan poco formada y preparada?. ¿Como hemos llegado hasta aquí?. ¿Como no hay una alarma general, en los medios y en la opinión publica ante tamaño despropósito? ¿Es currículum suficiente para gobernar España el de estos aspirantes? ¿Cuantos puntos bajarían las acciones de una empresa del IBEX al anunciar que uno de ellos la dirigiría? ¿Dejaríais a alguno de ellos dirigir vuestro negocio o empresa familiar? ¿Pondríais en sus manos la administración de vuestros ahorros para la vejez?
Las dos legislaturas de Zapatero, al que elegimos dos veces, en vez de ser la vacuna, ha sido la dosis que ha enganchado a la sociedad española a la frivolidad. Tanto repitió que cualquiera podía llegar a Presidente del Gobierno que muchos lo han creído y ahora hay cola de aspirantes. Pero no son los mas cualificados sino los que tienen mas “morro”.
Ayer el CIS concluyó que los votantes evalúan a los partidos con poco más de tres puntos sobre diez. Entre muestras de desprecio mutuo, tácticas oportunistas y vetos irracionales, siguen perdiendo confianza a chorros. Esa es la razón por la que deberían tener una idea clara: tras el 26-J nada de lo ocurrido hasta ahora debe repetirse. 
En materia de gobierno todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar...

martes, 3 de mayo de 2016

Museo Egipcio de El Cairo

El Museo Egipcio de El Cairo o Museo de Antigüedades Egipcias, conocido comúnmente como Museo Egipcio (en árabe ‏المتحف المصري), se encuentra en El Cairo (Egipto), y custodia la mayor colección de objetos de la época del Antiguo Egipto; posee más de 136.000 objetos clasificados de diferentes épocas de la historia egipcia: Tinita, Imperio Antiguo, Imperio Medio, Imperio Nuevo, Tercer Período Intermedio, Tardío, Helenístico y Romano, sobresaliendo de otros museos no solo por la cantidad, sino también por la importancia de muchos de ellos. Más de dos millones y medio de personas visitan el museo anualmente.

La máscara funeraria del faraón Tutankamon, encontrada sobre su momia, pesa 11 Kg. de oro.

Estatua en madera del noble Ka-Aper hallada en 1860.


Se encuentra en el centro de El Cairo, en la plaza Tahrir. Fue diseñado en 1900 por el arquitecto francés Marcel Dourgnon en estilo neoclásico, inaugurándose en 1902. Lo administra el Consejo Superior de Antigüedades (Supreme Council of Antiquities, SCA), cuyo secretario es Zahi Hawass. Desde 2004 la directora del museo es Wafaa El Saddik, doctorada en arqueología en Viena.
En 1835 fue creado el Servicio de Antigüedades de Egipto para proteger los tesoros y monumentos del país de la codicia y expoliación local y extranjera. Esto condujo a que, por primera vez, el gobierno egipcio reuniera una colección de Arte Egipcio, que se guardó al principio en un pequeño edificio del parque Esbekiah de El Cairo, y más tarde fue trasladado a la Ciudadela de Saladino. Pero el gobernador de Egipto, Abbas Pachá, regaló esta colección al emperador austríaco Maximiliano, en su visita de 1855 a Egipto. En 1858 Auguste Mariette (entonces director del Servicio de Antigüedades) abrió un nuevo museo en el barrio de Bulaq, a orillas del Nilo, pero quedó inutilizado durante una gran inundación; el gobierno decidió construir un gran museo, y hasta entonces la colección se guardó en el palacio de Ismail Pachá, en Guiza.
Desde 1922 el museo experimentó un espectacular crecimiento al ser incrementados sus fondos con el gran tesoro de Tutankamón, de más de tres mil quinientos objetos, descubierto por Howard Carter (financiado por Lord Carnarvon) en la tumba del faraón (KV62), en el Valle de los Reyes, situado en las proximidades de la antigua Tebas.
En la planta baja se encuentra una amplia colección de papiros y monedas utilizadas en el mundo antiguo. Los numerosos papiros son generalmente pequeños fragmentos, debido a su deterioro en los últimos dos milenios. Están escritos en varios idiomas, griego, latín, árabe, egipcio antiguo y en escritura de jeroglíficos. Las monedas son de oro, plata y bronce, y las hay no solo de Egipto, también griegas, romanas, e islámicas, lo que ha ayudado a los historiadores en la investigación del comercio antiguo egipcio. También en la planta baja hay objetos de los Imperios Antiguo, Medio y Nuevo, e incluyen estatuas, pinturas, y sarcófagos. Entre ellos hay objetos encontrados en las tumbas de varios faraones, así como otros muchos encontrados en el Valle de los Reyes. En el piso superior se encuentra el tesoro de Tutankamón y la exposición continúa siguiendo un orden cronológico con objetos de las últimas dinastías, entre ellos los de las dinastías XXI y XXII de Tanis, incluida la máscara de oro del faraón Psusennes I. La colección acaba con la muestra de varias piezas del periodo romano, como un mosaico con la cabeza de Medusa. Todavía hay un gran número de objetos en el almacén, situado en los sótanos del museo que no se han documentado, incluidos los procedentes de alrededor de 600 tumbas, cuyo inventario tendrá una duración de años.
Durante la revolución el museo fue saqueado y sus tesoros fueron vendidos, pero con el tiempo fueron devueltos por la colaboración de los museos egipcios en Europio y Estados Unidos.

Alejandría, Egipto

En el año 332 a. C., Egipto estaba bajo el dominio persa. Ese mismo año, Alejandro Magno entró triunfante en Egipto como vencedor del rey persa Darío III y los egipcios lo aceptaron y lo aclamaron como a un libertador. Hay que tener en cuenta además, que en Egipto había desde mucho tiempo atrás gran cantidad de colonias griegas y que por lo tanto no eran considerados como extranjeros.
En abril de 331 a. C., fundó la ciudad que llevaría su nombre en un lugar del delta del Nilo, sobre un poblado llamado Rakotis habitado por un puñado de pescadores. La elección del emplazamiento fue muy afortunada pues estaba al abrigo de las variaciones que pudiera tener el río Nilo, y por otro lado, lo suficientemente cerca de su curso como para que pudiesen llegar a través de sus aguas las mercancías destinadas al puerto, a través de un canal que unía el río con el lago Mareotis y el puerto.
Al este de Alejandría en la antigüedad (donde ahora está la bahía de Abu Kir) hubo varias islas y pantanos donde desde el siglo VII a. C. existían importantes ciudades como Canopo y Heracleion. Esta última fue redescubierta recientemente bajo el agua.

Un estupendo libro que describe la ciudad desde sus orígenes a la edad contemporánea



El lugar estaba frente a una isla llamada Faro, que con el tiempo y las múltiples mejoras que se harían quedaría unida por un largo dique a la ciudad de Alejandro. El arquitecto que realizó esta obra se llamaba Dinócrates de Rodas. El dique tenía una longitud de siete estadios (185 m cada estadio), por lo que se le llamó Heptastadio (Επτασταδίων). La construcción del dique conformó dos puertos, a ambos lados: el Gran puerto hacia el este, el más importante; y el Puerto del buen regreso (Εύνοστος), al oeste, que es el que continúa utilizándose en la actualidad.
En los amplios muelles del gran puerto atracaban barcos que habían surcado el Mediterráneo y el Atlántico. Traían mercancías que se apilaban en los muelles: lingotes de bronce de España, barras de estaño de Bretaña, algodón de las Indias, sedas de China. El famoso faro construido en la isla de Faros por Sóstrato de Cnido, en 280 a. C., dispuso en su cúspide un fuego permanentemente alimentado que guiaba a los navegantes, hasta 1340, cuando fue destruida la edificación.
El arquitecto Dinócrates se ocupó también del trazado de la ciudad y lo hizo según un plan hipodámico, sistema que se venía utilizando desde el siglo V a. C.: una gran plaza, una calle mayor de treinta metros de anchura y seis kilómetros de largo que atravesaba la ciudad, con calles paralelas y perpendiculares, cruzándose siempre en ángulo recto. Se construyeron barrios, semejantes a los que levantaron los españoles en las ciudades hispanoamericanas, las llamadas cuadras. Las calles tenían conducciones de agua por cañerías. Administrativamente se dividió en cinco distritos, cada uno de los cuales llevó como primer apelativo una de las cinco primeras letras del alfabeto griego. Cuando Alejandro se marchó de Egipto para continuar sus luchas contra los persas dejó como administrador de Alejandría a Cleomenes de Naucratis.
Fue una ciudad opulenta. Los Ptolomeos construyeron un palacio de mármol con un gran jardín en el que había fuentes y estatuas. Al otro lado de ese jardín se levantaba otro edificio construido en mármol al que llamaban Museo (Μουσείον). Fue una innovación del rey Ptolomeo I Sóter y en él se reunía todo el saber de la época. El museo tenía una gran biblioteca. Cerca de este edificio se levantaba el templo de Serapis, el nuevo dios greco-egipcio. En el centro de la ciudad se hallaban la Asamblea, las plazas, los mercados, las basílicas, los baños, los gimnasios, los estadios y demás edificios públicos y necesarios para las costumbres de aquellos siglos.
Los habitantes de esta magnífica ciudad eran en su mayoría griegos de todas las procedencias. También había una colonia judía y un barrio egipcio, de pescadores, el más pobre y abandonado de la gran urbe.
Alejandría se convirtió pronto en el centro de la cultura griega en la época helenística y contribuyó a helenizar al resto del país de tal manera que cuando llegaron los romanos todo Egipto era bilingüe. El arte y la arquitectura era lo único que se mantenía propiamente egipcio. Tan importante llegó a ser y tan grandiosa que la llamaron Alexandria ad Aegyptum, es decir, "Alejandría que está cerca de Egipto", perdiendo importancia el resto del país.
El escritor griego Plutarco (c. 46-125) que escribió la biografía de Alejandro Magno, cuenta cómo éste se inspiró para tomar la determinación de fundar la ciudad en este sitio. Según parece, tuvo un sueño en el que se le apareció un anciano de cabellos muy blancos y que le recitaba insistentemente cierto pasaje de la Odisea: "Hay a continuación una isla en el mar turbulento, delante de Egipto, que llaman Faros (Φάρος)". Cuando se levantó quiso ir a la isla y se dio cuenta de su situación privilegiada y más aún si, por medio de un dique, se la unía a la costa. Entonces mandó traer harina para marcar él mismo el enclave de la futura Alejandría (pues no se disponía del yeso con que solía hacerse) y él mismo dibujó el círculo en forma de manto macedonio. No bien hubo terminado cuando empezaron a llegar desde el río y desde el mar pájaros grandes y diversos que se dedicaron a comer toda la harina esparcida. Cuando vio lo que estaba ocurriendo, Alejandro se turbó muy preocupado pensando que se trataba de un mal augurio. Pero Aristandro, el vidente que lo acompañaba supo interpretar el buen augurio y que el proceder de los pájaros pronosticaba que la ciudad sería tan rica y próspera que podría nutrir a todos los hombres de todas las razas.

La fabulosa red de alcantarillas no se puede visitar, pero en este libro de describe con detalle


Imprescindible guía para saborear los monumentos con su historia



Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí

El Monasterio de la Transfiguración o Monasterio de Santa Catalina (en griego: Μονὴ τῆς Ἁγίας Αἰκατερίνης) está situado en la boca de un cañón de difícil acceso a pies del monte Sinaí, en Egipto. Está construido donde la tradición supone que Moisés vio la «zarza que ardía sin consumirse». Se trata de uno de los monasterios más antiguos que continúan habitados. También se le conoce con el nombre de Monasterio de la Zarza Ardiente. Pertenece a la Iglesia ortodoxa autónoma de Monte Sinaí, dependiente de la Iglesia ortodoxa de Jerusalén. En 2002 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Libro editado por la Universidad Americana de El Cairo


La madre del emperador Constantino I el Grande, Santa Elena, mandó construir una capilla en el lugar donde según la tradición Moisés habló con Dios en el episodio bíblico de la «zarza ardiente». Posteriormente el emperador Justiniano I mandó construir un monasterio en aquel lugar, junto a la capilla mencionada. El monasterio fue construido entre los años 527 y 565. Supuestamente la zarza que se conserva es la original, convirtiendo al monasterio en un lugar sagrado para las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islam. Aunque su verdadero nombre es Monasterio de la Transfiguración, es conocido también como Monasterio de Santa Catalina, recibiendo este nombre de Santa Catalina de Alejandría, una mártir cristiana que fue sentenciada a morir en la rueda de tortura. La tradición transmitió que la rueda se rompió y que finalmente fue decapitada. Su cuerpo fue trasladado por los ángeles al Monte Sinaí y los monjes del monasterio encontraron sus restos sobre el año 800, en una gruta de la montaña, momento a partir del cual el monasterio custodió sus reliquias y se convirtió en un importante centro de peregrinación.
Según un documento en posesión del monasterio, y supuestamente del puño y letra del mismo Mahoma, el mismo profeta dio su protección al monasterio tras haberle concedido refugio de sus enemigos. Gracias a este documento y a que se construyó una mezquita fatimí en el interior de sus muros, el monasterio perduró a la dominación musulmana de la región. La mezquita está cerrada y nunca ha sido usada ya que, por error, no está orientada hacia La Meca.
Los anacoretas del Sinaí fueron eliminados durante el siglo VII y sólo el monasterio perduró gracias en parte a las fortificaciones que lo protegían. Éste aún conserva los muros que servían de defensa. El acceso al interior del recinto se efectuaba hasta el siglo XX mediante una puerta elevada en el muro exterior. Las cruzadas aumentaron el interés de los peregrinos hacia el monasterio, que se convirtió en centro de peregrinaje entre los años 1099 y 1270. El monasterio se mantenía gracias a dependencias del mismo en Egipto, Palestina, Siria, Creta, Chipre y Constantinopla.
El monasterio tiene gran importancia debido a su antigua y valiosa biblioteca que guarda la segunda colección más extensa de códices y manuscritos del mundo, sólo superada en número de ejemplares por la Biblioteca Vaticana. En ella se pueden encontrar unos 3.500 volúmenes escritos en griego, copto, árabe, armenio, hebreo, georgiano, siríaco y otras lenguas.
En el complejo se encuentran obras de arte únicas, entre las que se encuentran mosaicos, iconos rusos y griegos, pinturas encáusticas, ornamentos religiosos, cálices y relicarios. Entre los iconos que guarda el monasterio se encuentran algunos de los más antiguos del mundo, datados de los siglos V y VI. Cabe destacar el Pantocrátor del Sinaí, del siglo VII, el libro de la escalera del divino ascenso, un icono del siglo XII del libro de San Juan Clímaco, o el icono más antiguo sobre un tema del Antiguo Testamento. Se ha ideado un proyecto para catalogar las obras de la biblioteca del monasterio.
El monasterio data de los tiempos de Justiniano. Esteban de Aila, el arquitecto del monasterio, construyó una basílica de tres naves, de basalto, con el techo de madera y capiteles labrados en un estilo derivado del corintio. La basílica tiene cinco naves laterales y unas torres en el extremo occidental. La «zarza ardiente» se encuentra situada en el extremo oriental.
El monasterio ha experimentado pocos cambios desde su construcción. La misma puerta de madera cierra el portal occidental y el techo de madera descansa sobre vigas con grabados en honor del emperador Justiniano y su esposa Teodora, todo ello del siglo VI. Las inscripciones habían sido observadas y comentadas por los distintos viajeros que por allí habían pasado hasta el siglo XVIII. Sin embargo, en 1958 se realizó una expedición que estudió detenidamente las escrituras de las vigas, descubriendo su contenido; en ellas decía, «nuestro emperador más pío», refiriéndose a Justiniano, y «su difunta emperatriz», refiriéndose a Teodora. El monasterio debió terminarse entre la muerte de la emperatriz y la del emperador, es decir, entre 548 y 565.
También se pueden encontrar los restos de la mezquita de los siglo X y XI. Los estudios arqueológicos realizados han encontrado cruces cristianas en su interior. En el monasterio también se encuentra la Capilla de San Trifón, que es usada de osario para los hermanos difuntos.
El monasterio, junto a algunas dependencias del exterior, como el cercano monasterio de Raithu, constituye la Iglesia ortodoxa del Monte Sinaí. Esta iglesia es autónoma y está encabezada por un arzobispo, que es el mismo abad del monasterio. Este arzobispo es tradicionalmente consagrado por el Patriarca ortodoxo de Jerusalén.