miércoles, 25 de marzo de 2015

Roma

Roma, ciudad eterna

Arrivederci Roma



 Este vídeo es una autentica maravilla. Realizado por el gran director de cine Franco Zeffirelli, cuenta en parte con la voz de Andrea Bocelli, interpretando media romanza de la Tosca (e lucevan le stelle) y acabando en el Coliseo con otra media romanza de la Turandot (nessun dorma), ambas operas de Giacomo Puccini, y la interpretación de una escena de la Tosca de la guapa actriz Monica Bellucci con el mismo Bocelli. Merece la pena guardarlo.




Backstage del vídeo de Roma





viernes, 20 de marzo de 2015

Boda y posterior Bautizo en Roma

Ayer muchos amigos publicaron las fotos de sus padres. Yo publico hoy unas fotos de la boda de mis padres en enero de 1948 en la iglesia de San Andrés al Quirinal en Roma.  Sant'Andrea al Quirinale es una iglesia barroca de Roma (Italia). Sede del noviciado de la Compañía de Jesús, está situada en la colina del Quirinal, próxima al Palacio del Quirinal. La pequeña iglesia fue construida entre 1658 y 1670, a partir del proyecto de Gian Lorenzo Bernini y Giovanni de' Rossi, por encargo del cardenal Camillo Pamphili, familiar de Inocencio X. Existía una iglesia previa, del siglo XVI. Está considerada una de las obras maestras de la arquitectura de Bernini. Su hijo recordaba cómo, años después, Bernini solía sentarse en el interior a observar el juego de luces, los estucos teñidos y el mobiliario policromado. La planta tiene forma elíptica. Su colocación transversal, con el altar y la entrada opuestos en el eje menor, permite llegar rápidamente al centro, a la plenitud del edificio. A la planta en forma de elipse se le añade pieza del pórtico curvo a la entrada, consiguiendo una referencia de frontalidad. El pórtico columnado está decorado por la corona de su patrón Camillo Pamphili. La decoración en estuco fue diseñada por Bernini y ejecutada por Antonio Raggi y otros, entre los años 1661 y 1666. Incluso el suelo repite el motivo de geometría elíptica. En el altar se encuentra El martirio de San Andrés, de il Borgognone. La primera capilla alberga tres lienzos de Baciccia: Muerte de San Francisco Javier y otros dos cuadros de 1705. En la segunda capilla se exponen tres cuadros de Giacinto Brandi de 1682. En la segunda capilla a la izquierda hay una Madonna con niño y San Estanislao de Kostka (1687) de Carlo Maratta con un techo pintado al fresco sobre la Gloria de los Santos de Giovanni Odazzi. En la primera capilla hay otra Madonna con niño y Santos de Ludovico Mazzanti, con techo sobre la Gloria de los Ángeles de Giuseppe Chiari. Carlos Manuel IV de Saboya, rey de Cerdeña y Piamonte, está enterrado en una de las capillas laterales. Los restos de San Estanislao de Kostka también se guardan aquí, en la llamada Camera di San Stanislao Kostka. Su lujosa estatua yacente, realizada con mármoles de distintos colores, fue esculpida en el siglo XVIII por Pierre Legros. En el interior se observa un cuadro de Guglielmo Córtese.




Nueve meses después nací y estas son fotos de mi Bautizo. Me llamaron Carlo Emanuele María.



Con mi padrino, el tío Ernesto

Mis abuelos hablando con Aspreno, príncipe Colonna


El obispo oficiante fue Monseñor Pignedoli



Un espíritu burlón

Fue muy divertida la representación esta semana de esta obra inglesa que se estrenó en 1941. La compañía teatral dirigida por Gloria Padura ha actuado con profesionalidad, pese a que los actores son aficionados que participan desinteresadamente para lograr una recaudación benéfica. Los siete protagonistas destacaron por actuar con elegante desparpajo y suma facilidad tanto en el hablar como en las acciones, Muy cuidada la escenografía y los vestuarios de Lourdes de Orduña. Destaco como siempre a José Manuel Serrano en el papel principal de Carlos Condomine, pero todos los demás actores merecen ser mencionados por igual. 
Tras la obra se ofreció una copa a los asistentes.



viernes, 13 de marzo de 2015

martes, 3 de marzo de 2015

José Luis Tubilla, sacerdote pasionista




Con gran dolor os informo que el 18 de febrero de 2015 falleció prematuramente don José Luis Tubilla, sacerdote pasionista. La Congregación de la Pasión viste con hábito negro, con broches en el cuello, sin alzacuellos, escudo negro con la cruz y un corazón blancos en cuyo interior están incisas las palabras "JESUXPI PASSIO" y los tres clavos. 

Josechu fue un ángel en vida así que pienso que Dios le ha recogido para llevarlo consigo y tenerle a su lado. Pero nos ha dejado huérfanos de su presencia, de sus consejos, de su cariño y de su amistad. No estoy en condición de escribir una nota necrológica porque Josechu fue siempre tan discreto. Sin embargo a lo largo de los cuarenta años que ha durado nuestra relación pude conocer a fondo su gran vocación que ha sido una guía espiritual para muchas personas y para mí. De origen vasco, Josechu perteneció a una familia de terratenientes productores de un  excelente vino tinto - siempre decía que era vino de verdad, sin aditivos - y en sus años de juventud tuvo una novia con la que no pudo casarse por su tardía vocación. Años después fue el sacerdote que ofició la boda de su antigua novia, lo cual demuestra el cariño que le rodeaba. Durante muchos años, Josechu fue el rector del Colegio San Gabriel en Alcalá de Henares hasta que un infarto de miocardio le obligó a reducir su trabajo. El superior general de su Orden le quiso siempre con él en los capítulos generales que se celebraban en Roma, en la casa principal de la Orden, frente al Coliseo. Cuando tenía un poco de tiempo libre, Josechu se levantaba muy temprano para coger el primer tren a Florencia, una ciudad que le encantaba. - Si alguna vez me buscáis en Italia - decía - estaré en Florencia -. Nunca dejó de aprender, pese a sus distintas licenciaturas en teología, literatura, filología, pedagogía, antropología, lengua inglesa Josechu no dejaba de apuntarse a masters y cursos todos los años de su vida. Leía y comprendía el arameo y el hebreo que le sirvieron para estudiar en el Centro de Estudios Bíblicos de Jerusalén los textos antiguos de la Biblia. Fue mi director espiritual y gracias a la formación que me impartió pude tomar mi voto de Obediencia en la Orden de Malta. Luego ofició la ceremonia de la boda de mi hija y cada vez que había una inquietud de cualquier tipo allí estaba Josechu para ayudar. Solía cenar en nuestra casa de vez en cuando y su presencia siempre fue gratificante. Solía utilizar ejemplos, como las parábolas de Jesús, para aconsejarnos. Nunca olvidaré sus citas de Cervantes, de la Farisea de Mauriac, pero sobre todo de la Biblia donde - afirmaba Josechu - se encontraba una respuesta para todas las preguntas. Cuando empezó mi vocación literaria, Josechu fue el corrector de los primeros textos que salieron de mi pluma. Me llamaba su amigo italiano y así me conocían tanto en la comunidad religiosa de San Gabriel, como en la de Santa Gema en Madrid.  



     


Para despedirme de ti, querido amigo que siempre estarás en nuestro corazón, aprovecharé las palabras de San Agustín: La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado. Yo soy yo, vosotros sois vosotros. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo. Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mí como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente. No toméis un aire solemne y triste. Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí. Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra. La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino. ¿Veis? Todo está bien. No lloréis si me amabais. ¡Si conocierais el don de Dios y lo que es el Cielo! ¡Si pudierais oír el cántico de los Ángeles y verme en medio de ellos ¡Si pudierais ver con vuestros ojos los horizontes, los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso! ¡Si por un instante pudierais contemplar como yo la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen! Creedme: Cuando la muerte venga a romper vuestras ligaduras como ha roto las que a mí me encadenaban\ y, cuando un día que Dios ha fijado y conoce, vuestra alma venga a este Cielo en el que os ha precedido la mía, ese día volveréis a ver a aquel que os amaba y que siempre os ama, y encontraréis su corazón con todas sus ternuras purificadas. Volveréis a verme, pero transfigurado y feliz, no ya esperando la muerte, sino avanzando con vosotros por los senderos nuevos de la Luz y de la Vida, bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar del cual nadie se saciará jamás.

lunes, 2 de marzo de 2015

El Profeso y la parapsicología


Tras regresar de su misión en Siberia, efectuada durante unos años en la segunda mitad del siglo XIX, después de la toma de Roma en 1870, Giangaleazzo Ruspoli, el caballero Profeso de la Orden de San Juan de Jerusalén, había conseguido perfeccionar el ansiado conocimiento de sí mismo y de sus facultades mentales. Había aprendido de los lamas tibetanos (El Profeso en el Tíbet) , de los brujos indios mesoamericanos, de los chamanes siberianos (El Profeso y el chamán) y se había convertido él mismo en chamán y viajante astral y físico del espacio y del tiempo. Ya nada volvería a ser igual, si bien nada nunca es igual, aunque no sepamos reconocerlo. Ahora el Profeso estaba seguro de que ya nada podría ser como antes, especialmente él mismo. Ahora él sabía que más allá de esa última frontera del control mental existe otra aún más recóndita, más hermosa, más libre, más limpia, y que él sabría encontrarla. Por mucho que tratara de ocultársela a sí mismo, ahondaría hasta lo más profundo de sí en su búsqueda y no cejaría hasta hallarla.

Al volver a su mansión de Nueva York para reunirse con su mujer Ileana y su hija Ginebra hacia el final de la década de los ochenta, Giangaleazzo pensaba  reincorporarse a sus dos actividades preferidas, la Fundación para La Paz que preside y la empresa internacional de investigaciones submarinas DIMS perteneciente a su holding industrial Douglas, de la que es director de Proyectos Especiales y cuenta con el señor Gordon, mayordomo y administrador de la mansión, que colabora con Giangaleazzo y su Fundación o sus empresas esporádicamente, sin descuidar sus obligaciones principales.

Sin embargo, el Profeso empieza a advertir, con sus asombrosas y perfeccionadas facultades mentales, que hay un estremecimiento en la fuerza mental que controla y gobierna la humanidad. Esta anomalía podría ser causante de una nueva guerra secreta entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en aquel tiempo casi al final de la guerra fría que tanto afectó al mundo de la OTAN y al del Pacto de Varsovia desde el fin de la segunda guerra mundial. Decide entonces emprender una nueva misión para averiguar la magnitud del problema del posible perfeccionamiento de una tecnología mucho más misteriosa y potencialmente amenazadora que la Guerra de las Galaxias: el control de la mente humana, una técnica o un conjunto de técnicas encaminadas a la modificación de los procesos mentales de los individuos. Sin embargo tendrá que vencer la resistencia de las autoridades norteamericanas a creer en fenómenos paranormales porque no tienen una sólida base científica.

Para ello, Giangaleazzo, por medio de una de sus múltiples vidas en Estados Unidos, elige convertirse nuevamente en jefe del departamento ultra secreto de Ciencias del Comportamiento de la CIA, una plataforma adecuada para desarrollar su estrategia. Allí descubre a una vidente que de alguna manera puede señalar la localización exacta de los submarinos soviéticos en el Océano Atlántico. Pero, cuando la mujer es asesinada por un despiadado agente de la KGB, Giangaleazzo empieza a sospechar que la han matado para mantener a la CIA apartada de un revolucionario descubrimiento soviético, que permitiría pronto a la KGB controlar los pensamientos y emociones hasta del Presidente de los Estados Unidos...